CAPITULO II


De la subtileza de Natura en aquéstos


Porque en los cuerpos {animales} grandes o, a lo menos, en los mayores, es fácil la fábrica por la obediencia de la materia, mas en estos tan pequeños y tan ningunos, ¡qué concierto, cuánta fuerza y cuán inexplicable perfección! ¿Dónde colocó Naturaleza tantos sentidos en el moxquito? Y aun hay otros menores1 animales de quien lo pudiéramos preguntar, pero ¿en qué cara le engastó los ojos? ¿Dónde le aplicó el gusto? ¿Dónde le ingirió el olfato? ¿Dónde le engendró aquella terrible y, en su proporción, grandísima voz? ¡Con qué subtileza le enlazó las alas y le prolongó las piernas y dispuso la vacía concavidad en lugar de vientre y le encendió sed cobdiciosa de sangre y, principalmente, de la humana! Pues con qué ingenio le aguzó el pico o trompa con que él horadase el cuero y como en cosa capaz,2 puesto que no se pueda ver su delgadeza, ansí le dobló, con arte recíproca, que juntamente fuese agudo para picar y hueco para sorber. ¡Qué dientes fijó a la carcoma para horadar los robles con sonido que diese dello testimonio, haziendo de la madera su principal mantenimiento! Y maravillámonos de los hombros de los elefantes que llevan torres a cuestas, y de las cervices de los toros y {sus} crueles arrojamientos en alto, de las rapiñas de los tigres, y vedijas de los leones, como la Naturaleza en ninguna cosa esté más entera que en las más pequeñas.

Por lo cual, ruego a los que esto leyeren, aunque muchos de los tales animales se suelan tener en poco, no se enfaden también de lo que dellos se refiere, pues en la contemplación de Naturaleza ninguna cosa puede parecer superflua.



EL INTERPRETE


1(Y aun hay otros menores). Como son pulgas, aradores y otros desta manera, en los cuales tiene todo lo que pregunta mayor fuerza y admiración. 2(Como en cosa capaz). Cosa de cabida, cóncava, hueco, adonde otra pueda recibirse.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2