CAPITULO XLIII


De la inteligencia de los cuervos


No es razón que privemos a los cuervos de su loor, testificado no sólo por lo que dellos entiende el pueblo romano pero también por su cólera e indignación. Porque pasa ansí que, reinando Tiberio, un pollo de un cuervo que criava sobre el templo de los Castoresa voló enfrente a la tienda de un zapatero, el cual lo estimó a esta causa en más, por parecerle ser cosa embiada del cielo. Este, como le mostrase con el tiempo a hablar, volava todas las mañanas a los rostros.b Vuelto a la plaza, saludava a Tiberio, después a Germánico y Druso,c Césares, dándoles los buenos días y nombrándolos por sus nombres y, tras éstos, al pueblo romano que pasava, y tornándose desta manera a su tienda fue tenido en admiración por el oficio continuado de muchos años. Aconteció, pues, que un mozo de una tienda cercana, ora por competencia de vecindad, ora por ira súbita, como él lo dio a entender, por haverle manchado los zapatos con su estiércol, le mató, con tanta tristeza de todos que el matador fue, lo primero, echado de toda aquella región y, luego, muerto, y el enterramiento del ave celebrado con inumerables exequias, llevada su camaflauta, y llevando coronas de todas maneras hasta el fuego, que estava hecho a la mano derecha de la vía Appia, a dos millas, en el campo que llaman del Redículo. En tanta manera le pareció al pueblo romano asaz justa causa de exequias el valor del ave, o del castigo que se dio el ciudadano de Roma, en un pueblo donde a ninguno de tantos príncipes se havía concedido celebrar exequias, y donde nadie havía vengado la muerte de Scipión Emiliano, después de haver destruido a Carthago y Soria.d Esto aconteció siendo cónsules M. Servilio y Cayo Cestio, a 27 de marzo.


Agora también, escriviendo yo esto, está una corneja andaluza en Roma, de un cavallero romano, admirable, lo primero, por su color, de un negro muy fino, y, lo otro, por pronunciar muchas palabras atadas y deprende otras y otras continuadas.


Dízese también agora de nuevo de un eratero, llamado por sobrenombre Monocerote, que cazava en Erizena,e región de Asia, con ayuda de cuervos, porque los sacava al campo asentados sobre unos cuernos y sobre los hombros. Estos buscavan la caza y la asían, yendo tan adelante la costumbre que en saliendo le acompañavan también las silvestres. A algunos ha parecido no ser razón que se dexe de dezir lo que aconteció a uno, el cual, como tuviese sed y no osase descendir al resquebrajo de un enterramiento, donde aún durava agua llovediza, ni pudiese alcanzar a bever, amontonó piedras dentro del agua, de manera que, rebosando hazia arriba, diese suficiente cantidad con que se satisficiese el cuervo.





a. Cástor y Pólux.

b. Tribuna oratoria, en el Foro romano.

c. Hijo de Livia y medio hermano de Tiberio; nacido en 38 a. C.

d. Numancia, 133 a. C.

e. En Caria, sobre el río Indo.



EL INTERPRETE


De algunas diferencias de cuervos hablaremos entre los marinos, porque cuervo es género a ellos, a los cornejones y nocturnos, iten a las cornejas y grajas, aunque en particular se toma por el común o carnicero. Es especie déstos la que llaman cuerva agorera, de algo menor tamaño.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2