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Libro Décimo


DE LOS ANIMALES VOLATILES


CAPITULO I


De la naturaleza de las aves


Síguese la naturaleza de las aves, entre las cuales, los avestruces1 africanos o ethiópicos son los mayores, y casi del género de las bestias de la tierra porque sobrepujan en altura un hombre a caballo, y {son} los más ligeros de todas ellas, porque tienen alas que sirven de ayudarlos a correr; en lo demás no se pueden llamar aves porque no se levantan del suelo. Tienen pies semejantes a los de los ciervos, con que pelean, hendidos y aparejados para asir las piedras que con ellos arrojan (cuando huyen) contra quien les persigue. Es su naturaleza2 admirable en digerir y gastar todo lo que comen, sin mirar qué sea ni qué no.


Iguala a esta maravilla su bobedad, porque, ocultando el cuello detrás de alguna mata, y quedando el resto del cuerpo, el cual es muy alto, eminente y descubierto, les parece estar del todo escondidos. No dan más fructo que el de los huevos, tan grandes que sirven a algunos de vasos, y el de los penachos y plumas que adornan en la guerra las crestas de celadas y capacetes.



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EL INTERPRETE


1(Avestruces). Llámalos Plinio struthios camelos;a por participar de naturaleza de camellos y de aves, aunque no se sirven de las alas (según Plinio refiere) para bolar, sino solamente para correr con mayor ligereza y, por eso dize que no son aves.2 (Tienen naturaleza). Semejante es la de los crocodilos, en cuyos estómagos se hallan guijarros, los cuales (según se ha en nuestros tiempos observado en las Indias Occidentales) digieren, sustentándose con ellos en falta de otro más comodo manjar.





a. De στρουθοϰάμηλος, nombre griego del avestruz, y, a su vez, de στρουθίον, pájaro.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2