CAPITULO LI


Iten de su generación y qué pesces desoven


Crecen los huevos de los pescados en la mar, unos con grandísima presteza, como los de las morenas, y otros algo más despacio. Los pesces llanos a quien no estorva la cola1 y espinas, como las tortugas, se toman subiendo el uno sobre el otro. Los pulpos, metida una de sus colas en las narices de la hembra. Las xibias y calamares con las lenguas, como poniendo entre sí los brazos y nadando al contrario y paren también por la boca, pero los pulpos se toman buelta la cabeza a la tierra. Los demás de los pesces blandos, saltando sobre las espaldas, como los perros. Iten, las lagostas y esquilas, y los cangrejos por la boca.


Las ranas, subiendo el macho sobre la hembra, asiendo el macho con los pies delanteros los sobacos de la hembra y con los traseros las nalgas. Paren unas carnes muy pequeñas, llamadas gyrinos,2 que tienen solos los ojos, y cola de notable grandeza. Después se forman los pies hendiéndose la cola en los traseros. Y es cosa maravillosa que, haviendo vivido seis meses, se tornan en cieno sin que nadie lo vea, y buelven otra vez a nacer con las aguas del verano las que havían sido nacidas con muy escondida razón, como esto acontezca cada año.


Nácense también los mexillones y veneras, de suyo, en lugares arenosos. Y los que son de más dura concha, como los múrices y púrpuras, nacen de una saliva viscosa, como del liquor que se hazen los moxquitos. Y las apuas,3 de la espuma de la mar calentada cuando ha llovido sobre ella. Los que tienen cobertura de dureza de pedernal, como las ostias, podrescido el cieno o estando la espuma mucho tiempo a par de los navios o estacas hincadas y, principalmente, cabo algunos maderos. De poco acá se ha entendido, en los lugares do crían las ostias, correr del las cierto humor generativo, a manera de leche. Refréganse las anguilas a los peñascos y anímase lo que en este exercicio se despide y aparta del las, y no usan otra generación entre sí. No se mezclan pesces de diversos géneros, sacando la lixa y raya, de los cuales nace un pescado semejante en la parte delantera a raya, y que tiene acerca de los griegos nombre compuesto de ambos, diziéndose squatraia.


Unos se engendran en el tiempo más templado del año,4 en el agua y en la tierra; las veneras por el verano y aun los caracoles y sanguisuelas reviven con la misma templanza.5 Pare, entre los pesces, el lobo o róbalo y las trichias o sardinas, en el año, dos vezes y todos los saxátiles.6 Los salmonetes, tres vezes, como el chalcis7 y {la} carpa8 seis. Los escorpiones9 y {los} sargos dos, en el otoño y en el verano. De los pesces llanos sola la lixa dos vezes: al ponerse de las Vergilias y al otoño. Muchos pescados en tres meses, que son abril, mayo y junio y las calemas en el otoño. Los sargos, tremielgas, squalos y lixas, al tiempo que son iguales los días con las noches. Los blandos, al verano; la xibia, por todos los meses, a cuyos huevos, apegados con el engrudo de su tinta a manera de uvas, causa el macho con su resuello fertilidad, porque de otra manera se hazen estériles. Tómanse por el himbierno los pulpos, y ponen sus huevos al verano, apegados en un pámpano torcido, con tanta fertilidad que no cabrían en lo hueco de la cabeza de uno dellos después de muerto, donde en el tiempo del preñado los truxeron. Pénenlos a los 50 días y piérdense no pocos dellos, por ser tantos.


Las lagostas y los demás de costra delgada ponen unos huevos sobre otros y ansí se echan sobre ellos; la hembra de los pulpos unas vezes se asienta sobre sus huevos10 y otras vezes cierra su caverna enrexando por cima sus brazos. Pare la xibia en la tierra, entre las cañas, o en las ovas, si halla dellas aparejo; saca a los 15 días. Ponen los calamares en el mar, ensartados sus huevos como las xibias. Las púrpuras, múrices y los demás deste linage, desovan al verano. Los erizos tienen huevos el himbierno, en los llenos de la luna, y nacen al himbierno los caracoles.


Hállase la tremielga con 80 hijos, y saca dentro de sí huevos muy blandos, pasándolos a otro lugar del vientre y echándolos de allí fuera, y de la misma manera todos los que llamamos de ternilla. De aquí es que estos solos entre los pescados paren animal, concibiendo primero dentro de sí huevos. El siluro macho, solo entre todos, guarda los huevos después de haver desovado la hembra, muchas vezes 50 días, porque no se los coman los otros. Las demás hembras sacan en tres días, si les tocó el macho. El aguja,11 que llaman los griegos belonea sola entre los pescados rómp{esele} a causa de su grandeza el vientre, aunque se le cierra luego la llaga, lo cual se dize también de las serpientes ciegas.12 Pone sus huevos en la tierra el ratón marino,13 hecho en el suelo un hoyo y cubriéndolos con ella y pasados 30 días los descubre y lleva al agua.





a. Sygnathus acus.


EL INTERPRETE


1(A quien no estorva la cola). Leo quibus cauda non obest, aculeique et testudini. 2(Gyrinos). Llámenlos hoy en Hespaña renacuajos. 3(Las apuas). Porque leo apuae, y no atque spuma maris incalescente, de un códize vetusto y de Aristóteles, en el capítulo XV del libro de la Historia de los animales. Hay muchos géneros conoscidos déstas; unas son las que Aristóteles llama άφρός y Atheneo άφρίτις por engendrarse de la espuma del mar, y éstas son las aphias o apuas verdaderas: dízenlas los ginoveses none y son unos pescezillos muy pequeños, y que apenas igualan en algún tiempo la grandeza del meñique, muchas vezes blancos y algunas bermexos y de ojos negros. Estos ni engendran ni son engendrados de otros, antes tienen de la espuma su denominación y origen. Dizen de éstos otras cosas los antiguos que, por causa de brevedad, dexo. Hay otras que, aunque se llaman ansí, no lo son tan propriamente, como las aphias que llama Aristóteles cobites, por ser partos chicos y malos de los bodiones, y los franceses y provenzales, loches y loches de mer. Y los encrasicoles, que dezimos en esta tierra anchovas, las cuales se comen crudas con las ensaladas, y de quien escrive Atheneo y Suidas nacer de la aphia cobites, y Aristóteles de la aphia que nace en el puerto de los athenienses. Iten, las phaléricas, de quien dize Aristóteles engendrarse las membrades, aunque otros leen ἄραδες y otros βεβράδες. Son éstas las que llaman los provenzales nadelle o melete; nacen de suyo. Paréscense a sardinas, aunque son menores y más delgadas y más anchas; tienen escamas en la mar, pero cáenseles luego, quedando sólo el rastro dellas y las que dan firmeza al vientre y le hazen áspero. Es este pesce blando y tan graso que, tractado con los dedos, se derrite. Después de éstas son las de los albures, salmonetes y ménidas y otras muchas, si es verdad ser aphias todas las que se crían del cieno, lluvias o de otra cualquier manera de suyo. 4(En la templanza del año). Porque leo tepore, no tempore. 5(Con la misma templanza). Porque leo otra vez tepore.


6(Saxátiles). Llámanse ansí los que viven en lo profundo de la mar, acerca de las piedras. 7(Chalcis). Este es el que llaman, los de León de Francia, celerin, y sardanela en Italia, y otros confunden con las sardinas por la grande semejanza que tiene con ellas. 8(Carpa). Es pescado conoscido en Hespaña por beneficio de Philippo segundo. 9(Escorpiones). Llamamos hoy racazo el pescado que dixeron los griegos (en blanco en el texto}, no por la semejanza, sino por causa de sus espinas y venenos. Dubda Atheneo si difiera en {en blanco en el texto} pero tiene por cierto diferir de {en blanco en el texto}, diziendo ser el pelagio roxo y el lutario negro, el cual es de peor mantenimiento. Philotimo cuenta el escorpión entre los pesces de dura carne; su forma es cual la damos pintada, por lo cual no la descrivimos. 10(Sus huevos). Hállanse en la mar, como dize Plinio, y llámanse razimos, distincto del que Plinio cuenta al principio deste libro, según que se entenderá de la descripción que de él allí hizimos.


11(El aguja). Llámanla los griegos {en blanco en el texto}, los latinos acum y nosotros aguja, de la cual se conoscen estas dos especies que damos pintadas. Semejantes son las phirenas, que llaman los latinos sudes y los españoles espetos, de que hay otras dos diferencias conoscidas. La primera es tan semejante al brochet que los que ignoran su proprio nombre la llaman brochet de mer. La otra especie cree Rondolethio ser el hautin de su tierra, que él llama sphyrena pequeña, según que en el mismo podrá verse. 12(Las serpientes ciegas). Estas son las que llaman los griegos tiphlinas o Cecilias, de que havemos en otra parte tractado. 13(El ratón marino). Ya havemos dicho en otro lugar ser éste la tortuga de la mar, acerca de Plinio.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2