CAPITULO L


De su generación y qué pesces desoven


No consiente el deseo y la admiración de los hombres que dilatemos el modo de su generación. Tómanse los pesces estregados los vientres de los unos con los de los otros, con tanta presteza que apenas se ve. Los delphines y los demás pesces cetáceos1 proceden de la misma manera, aunque se detienen en la obra algo más.


La hembra sigue en el tiempo del celo al macho, hiriéndole el vientre con el hocico, y en el del parto, los machos a las hembras de la misma manera, comiéndoles los huevos. Y no basta para engendrar el acceso solo, si después de haver desovado, el macho y la hembra conversando entre sí, no los rocían con cierto humor vital, el cual no alcanza a todos los huevos por ser grande su número, que de otra manera henchirse {de pesces} han los mares y estanques, como cada uno de los vientres conciba dellos innumerable muchedumbre.



EL INTERPRETE


Es sacado este capítulo del libro tercero de la Generación De los animales, donde está muy clara su sentencia, porque afirma allí Aristóteles haver, entre los pesces, machos y hembras y tomarse todos (si no es en algún género que tiene el sexo indiferente) y que sin la simiente del macho no puede la hembra engendrar. Aunque la presteza con que se toman haze creer a algunos, aun de los pescadores, que no intervenga entre ellos coito, ni haya conversación entre la hembra y el macho.


1(Los demás pesces cetáceos). Entiende Aristóteles los que paren vivo y no huevo. Otros autores dilatan la significación desta palabra a significar cualesquier pesces grandes, aunque no paran animal.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2