CAPITULO XXXI


De los cangrejos, erizos marinos y echinometras


Viven las lagostas en pedregales y los cangrejos en partes blandas. Buscan los lugares abrigados por el himbierno, y los sombríos por el estío. A todos los deste género ofende el himbierno,1 como engorden por el verano y otoño, y más estando la luna llena, por quebrantar el frío de la noche con su templado resplandor.


Son géneros de cangrejos los cárabos,2 astaeos, mayas, paguros, heracleóticos, leones3 y otros menos conoscidos. Difieren los cárabos de los demás cangrejos en la cola. Llámanse en Phenicia hipas4 unos de tanta ligereza que no los puede nadie alcanzar. Son los cangrejos de larga vida y tienen ocho pies, puestos al través todos; el primero de los cuales es, en la hembra, doblado, y en el macho senzillo. Tienen, allende desto, dos brazos con tigeras sembradas de dientes. Muévese la parte alta en los brazos delanteros estando la baxa sin moverse. Es el brazo derecho, en todos, mayor. Todos ellos {de vez en} cuando se juntan en masas. No pueden vencer la boca del Ponto, por lo cual bueltos atrás dan bueltas por tierra, y entonces paresce un camino {trillado}.


Llámase pinnóter5 el menor de todo este género, y a esta causa más aparejado a recebir daño. Y por tanto tiene aviso de meterse en las conchas vazías de las hostias y, cuando cresce, pasarse a las mayores. Buelven para atrás los cangrejos cuando han miedo, con ligereza igual a aquella con que caminan para adelante. Pelean entre sí encontrándose con los cuernos, ni más ni menos que los carneros de la tierra. Curan las mordeduras de las serpientes. Dízese transfigurarse su cuerpo, después de muertos en la tierra, en escorpión, pasando el Sol por el signo de Cáncer.


Del mismo linage son los erizos marinos,6 los cuales tienen espinas en lugar de pies. Su andar es rodar a la redonda, y ansí se hallan muchas vezes gastadas sus espinas. Llámanse, entre éstos, echinometras aquellos cuyas púas son más largas y los vasos menores, y no tienen todos un mismo color de vidrio. Acerca de Torón nacen blancos y de pequeñas espinas. Los huevos de todos son amargos, cinco en número; las bocas, en mitad del cuerpo, bueltas a la tierra. Dízese adivinan la tempestad del mar, y la esperan con pedrezuelas que asen, dando con el peso firmeza a su movible condición, porque no quieren gastar sus espinas dexándose rodar a unas partes y a otras, lo cual, como lo sienten los marinos, afierran con muchas ánchoras los navios.



EL INTERPRETE


1(Ofende el himbierno). Esto dixo de los testáceos Aristóteles en el cuarto de Las partes de los animales. 2(Cárabos). Ansí se llaman en griego las lagostas, aunque se dizen también en el mismo lenguaje {en blanco en el texto}. 3(Leones). Atheneo nombra, de autoridad de Diphilo, el león entre los malacodermos. Aristóteles no hizo de él alguna mención; Plinio al presente la haze de solo el nombre, pero en el libro treinta y dos añade ser sus brazos semejantes a los de los cangrejos, y lo demás a las lagostas, de las cuales dos señas se ha venido en conocimiento del que damos pintado que es el verdadero león. Llamóse ansí de su color roxo y de su vello. Es semejante en la forma del cuerpo al estaco, aunque tiene más largos los brazos; las tigeras, delgadas y más anchas, cuya hendedura es mayor que otro género de los crustatos en proporción de su cuerpo. Vístense sus brazos de vellos, y son aculeatos, en lugar de los tubérculos que tienen los que llaman elephantes. Los tres pies que están a par de los brazos son más largos, aculeatos y acabados en puntas; el postrero es pequeño, corto, delgado, sin pelos y sin acúleos. Difiere también del astaco en las púas del espalda, en que conviene con la lagosta. Tiene de ambas partes dos cuernos, muy largos y delgados, y otros cortos en la frente, entre los cuales está uno agudo, eminente, enmedio de la frente, que ni por la una parte ni la otra tiene modo de sierra. Estos son amparo de los ojos, de naturaleza de cuernos y salidos. Todo el cuerpo es lleno de ondas, a manera de chamelote. La cola se acaba en cinco pinas, a manera de la de los astacos, pero más variada, con líneas. Bellonio creyó ser el león una misma cosa con el elephante, con engaño, porque Plinio después de haver hablado de los elephantes haze mención del león, dándole seña diversa, como en el texto paresce. 4(Hipas). Otros leen hipes, y trasladó Gaza, acerca de Aristóteles, equites, en el cuarto de La Historia de los animales, do confirma lo que aquí dize Plinio. 5(Pinnóter). Hállase acerca de Aristóteles ϰαρϰινόω que es el cancello, el cual se entró en las agenas conchas por amparo de la parte baxa de su cuerpo, que tiene muy delicada y tierna. Y también ϰαρϰίνον, que llama también algunas vezes ϰαρϰίνων {y} que llamamos cangrejo pequeño, y ϰαρυδιον o esquila pequeña, que también se entra en las aguas, que dezimos pinas. Y aún de los cancellos paresce insinuar tres especies sin notable diferencia. Pero Plinio confunde el cancello con el cangrejo pequeño en el texto presente, y en el capítulo XLII haze mención, conforme a la doctrina de Aristóteles, del cangrejo pequeño y esquila pequeña, y {haze} espinnophílax y pinnóter una misma cosa.


6(Erizos marinos). Ansí llamamos los echinos;a otros la llaman castañas de mar. Conóscense dellos los ovarios, que llama Hermolao ansí por la muchedumbre y grandeza de sus huevos; los que Aristóteles llama spatagosb y brissos;c los echinometras de Aristóteles, los cuales se distinguen de los superiores en la grandeza de sus vasos, no de sus púas, y, finalmente, los de Plinio, que se distinguen en la grandeza, como él dize, de sus espinas.






a. De ἐχιυος.


b. De σπατάγγης


c. De βρύσσος.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2