CAPITULO XXI


De las anguilas


Viven las anguilas1 ocho años y duran sin agua seis días, corriendo cierzo, y si sur, menos. Pero las mismas no sufren el himbierno en poca agua, ni en la turbia,2 y por tanto las pescan por la mayor parte en el tiempo que nacen las Vergilias, a causa de estar principalmente entonces turbios los ríos. Ellas solas, entre todos los pesces, comen a las noches y no salen, después de muertas,3 a lo alto de las aguas.



EL INTERPRETE


1(Las anguilas). Llámanse en griego {en blanco en el texto}, del lodo o cieno, acerca de Atheneo. Los latinos las nombran anguilas, por la semejanza que tienen con las serpientes. Divídense comúnmente en machos y hembras, tomado indicio de sus cabezas, porque las tienen los machos mayores y menores las hembras. Nacen en aguas dulces y, solas entre todos los pescados deste linage, entran en los estanques y en la mar, y fuera desto viven en estaños, lagos y ríos. Su forma es notoria. Su carne es grasa, viscosa, aunque suave y menos apta a los hombres no exercitados o de flaca condición. Engéndranse de pudredumbre de alguna cosa, y por esto se ven multiplicar de cuerpos muertos de animales, y aun de los dellas mismas podrescidos. Y, ansí, Aristóteles siente no nacer por sucesión o ayuntamiento de sexos diversos, ni cree que entre ellas los haya. Plinio creyó (según veremos adelante) fregarse a los peñascos, y engendrarse de aquello que, estregándose, despiden. Esta misma materia dize Atheneo despedir, abrazadas y juntas unas con otras, y lo mismo parece haver sentido Oppiano. Rondolethio cree que verdaderamente se toman, no carcsciendo de los miembros de la generación, y aun dize haverlas visto en el ano y tiene por cierto multiplicarse por putrefacción y también por sucesión. Tiénense las saladas por más saludables, por consumírseles, con la sal, su phlegma, graseza y superfluidades. 2(Ni en la turbia). Creo acontecer esto por la estrechura de sus agallas y, ansí, mueren breve no estando limpia el agua do se crían. De aquí viene aquel refrán: “a río buelto, ganancia de pescadores”, y contra aquellos que de pleitos, guerras, sediciones y alborotos pretenden su bien y provecho, hombres perversos que, por su interés particular, quieren perturbar y pervertir la quietud y sosiego público. 3(No salen después de muertas). Algunos la echan a la falta de gordura, la cual, convertida por podredumbre en ventosidad, haze que naden los cuerpos por encima del agua. Pero como se sobreagüen también los cazones siendo sin gordura alguna, parece que será mejor referirlo a su pequeño vientre o concavidad, donde se contiene poco aire congènito, de do nace que no vacilen, antes se quedan debaxo del agua.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2