CAPITULO XIX


Del exoceto, {ratones, pulpos y morenas}


Admírase también Arcadia de su exoceto,1 llamado ansí por salirse a dormir a la tierra. Dízese tener voz, acerca de Clitorio,2 y carescer de agallas; llámanle algunos adonis.


Salen ansimismo a la tierra los que llaman ratones marinos3 y los pulpos y morenas, y en los ríos de la India cierto género de pesces,4 y tornan después a saltar en la mar.


De pasarse a los lagos y ríos hay en algunos evidente razón, pues lo liazen por parir más al seguro donde no hay quien les coma los hijos y las olas estén más sosegadas. Pero más se maravillará que entiendan estas causas y tengan cuenta con la mudanza de los tiempos el que considerase cuán pocos son los hombres que sepan que, al tiempo que pasa el sol por el signo de Piscis, es la pesca fértilísima.5



EL INTERPRETE


1(Exoceto). Aunque haga Plinio este pesce proprio de Arcadia, no dexa también de verse en algunas otras riberas y estar entre las piedras roncando, de do se llamó acerca de los griegos exoceto,a y en Hespaña roncador. El verdadero exoceto de los antiguos, por lo que de él dize Atheneo que le cuadra sin faltarle cosa, conviene a saber: es el exoceto un pescado que llaman algunos adonis,b nombrado desta manera por salir muchas vezes a dormir a la tierra, de color bermexo y que tiene una raya blanca continuada desde el principio de sus agallas hasta la cola. Es de forma redonda no derramada y no desemejante en grandeza a los albures litorales, los cuales havemos visto por la mayor parte de ocho dedos. Y, en suma, parece muy semejante al que llamamos hyrco, salvo que éste tiene en el vientre una mancha negra que llaman barba de cabrón. Es el exoceto del género de los saxátiles y habita, por la mayor parte, acerca de los peñascos y costas pedregosas, y llevado por lo alto de las aguas (estando tranquila y sosegada la mar) poco a poco a los descubiertos peñascos, reposa fuera dellos, en lo seco mucho tiempo, y está sin moverse, bolviéndose muchas vezes hazia el sol. Después que ha estado desta manera lo que se le antoja, se arroja otra vez en el agua, dando bueltas a modo de una columna por la tierra, hasta que, llegado a las aguas primeras que bañan lo postrero de las riberas, con la resaca se buelve y desliza a la mar. Pero cuando sale por la manera que havemos dicho a la tierra, se dize evitar las aves litorales que en los días sosegados andan por lo alto de la mar nadando y jugando y viven de lo que hallan en lo postrero de las riberas, cuales son el cerylo, trochilo y el orio, semejante a la que llaman crex. Las cuales, como las ve el exoceto, no poco a poco como suele hazerlo cuando no ve cosa de qué temer, va bobeando hazia las aguas pero con grande priesa procura de saltar en la mar; hasta aquí Atheneo. 2(Tener voz, acerca de Clitorio). No carece de branchias y {no} tiene voz, pero por tenerlas muy pequeñas puede parecer que no las tiene, y por la misma razón podría causarse, del aire que se atrahe con las aguas, algún sonido que con engaño se haya juzgado ser voz. El vivir mucho tiempo fuera de las aguas no nace de atraher poco aire, porque ni les ahoga a los pescados de agallas el aire que en grande abundancia atrahen fuera de las aguas, o a estos el atraher poco es ocasión de muerte como creyó Rondolethio antes; morir los demas nace de faltarles la respiración del humor y durar estos acontece por la poca agua que en la mar atrahian, y en lo seco tienen necesidad. Ni es de maravillar que los llame varios Pausanias, pues junto con su color bermexo tienen aquella línea blanca, y el mismo Atheneo que dize ser {en blanco en el texto} confiesa tenerla. 3(Los ratones marinos). Ya havemos dicho ser las tortugas marinas, que es cosa sabida salir a las riberas. De las murenas y pulpos diremos después. 4(Ciertos géneros de pesces). Dize Theophrasto (según cuenta Atheneo) salir, acerca de los indos, los pesces de los ríos, bolver a saltar a modo de ranas en el agua, siendo de forma semejante a los de la mar. 5(Es la pesca fértilísima). Porque más de maravillar es que tengan los animales sin razón cuenta con los tiempos, no teniéndola los hombres, que si los hombres también la huviesen.





a. εξω, fuera y ϰοίτη, lecho.

b. ad, hacia y δνειρος, sueño.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2