CAPITULO XVI


De los agüeros y diversidad de pescados


Hay también en esta parte de Naturaleza agüeros, y tienen los pescados sus pronósticos. Andando al tiempo de la guerra de Sicilia Augusto por la costa, saltó un pescado de la mar a sus pies, y por este indicio respondieron1 los adivinos que, como en aquel tiempo huviese adoptado Neptuno a Sexto Pompeyo por hijo (tanta honra le havía ganado en las guerras navales), havía César de poner debaxo de sus pies los que tenían entonces la mar ocupada.


Son, entre los pescados, mayores los machos que las hembras, los cuales {sic}, en ciertos géneros dellos, faltan totalmente ansí como en los erithinos2 y Chanas,3 porque todos se hallan llenos de huevos. Andan los escamosos casi todos los géneros, de ordinario, en manadas. Péscame antes que salga el sol, porque entonces principalmente es engañada su vista, como en las noches claras la tengan tan buena como de día. Dizen cazarse más pesces mientras más se frecuenta de pesquería el mar y, ansí, es siempre el segundo lance más provechoso que el primero. Huélganse por estremo con el gusto del azeite y, tras esto, con las lluvias templadas, de que también se sustentan y mantienen. Porque aun las cañas, dado caso que hayan nacido en el agua, no crescen sin las aguas del cielo, y fuera desto, doquiera que los pescados vivieren a la contina en unas mismas aguas, si no lloviere, se morirán.


Házeles a todos daño el himbierno muy frío, pero principalmente a los que se cree tener piedra en la cabeza, como a los lobos,4 chromes,5 scienas6 y pagros.7 Y aun, cuando es áspero el himbierno, se asen muchos ciegos y ansí se ocultan por este tiempo en las cuevas, según que diximos en el linage de los terrestres. Principalmente el hypuro8 y corvina,9 los cuales no se pescan {por} el himbierno si no es en ciertos días y pocos, y en éstos siempre también la morena, orpho,10 congrio, perca11 y todos los saxátiles. Dizen que la tramelga,12 páxaro13 y lenguado14 se ocultan por el himbierno en la tierra, haziendo hoyos en lo baxo del mar. Otros, no pudiendo sufrir el calor, se esconden los 60 días más calurosos, como el glauco o palometa,15 pescada y dorada.16 De los pesces de los ríos, el siluro se para atónito, por los Caniculares, con los relámpagos, lo cual se cree acontecer también en la mar al cyprino17 o carpa, y aun todo el mar recibe alteración con el nacimiento desta estrella, lo cual se echa más de ver en el Bósphoro porque vacilan entonces las ovas y pescados por cima del agua, buelto todo lo de abaxo arriba.



EL INTERPRETE


1(Respondieron). Leo: quo argumento vates respondere Neptunum patrem adoptante tum sibi Sextum Pompeium (tanta erat navalis rei gloria) sub pedibus Cesaris futuros qui mana illo tempore tenerent. Y era este Sexto Pompeyo hijo del Magno Pompeyo. 2(Erithinos). Llámanse en Hespaña pageles, en latín rebulliones y en Roma phragolinos. Tienen buen gusto y son de buen mantenimiento, no los descrivo por ser pescados muy conocidos en nuestras riberas. 3(Chanas). Llaman este pescado, los españoles, serranicos. Es pelágico y semejante a saxátil y aun le cuenta Oppiano entre los sáxatiles. Parece al róbalo en la manera del cuerpo y abertura de la boca. Tiene la quixada baxa más salida que la superior, por lo cual está siempre como boquiabierto. Sus dientes son agudos y sus ojos pequeños. Es semejante a los otros saxátiles en alas, color, espinas o púas, agallas y partes interiores, aunque el estómago es mayor y más espacioso. Su color es varia; el espalda tira de bermexa a negra y vanle de la cabeza a la cola unas líneas o rayas negras. Tiene su cola unas manchas negras y va una ala del ano a la cola; el ala del espalda es bermexa. Tienen todas miembro genital de hembra y lleno de huevos, lo cual nace de su fertilidad. Hállaseles el estómago muchas vezes en la boca, como también al dentón, tiburón y otros algunos pescados, a causa (según se entiende de Galeno y Aristóteles) de su voracidad y apetito. De las cuales cosas se ve ser este pesce que damos pintado la verdadera chana de los antiguos y no el pescezillo que los de Marsella llaman chana o el que los que habitan acerca del lago, que dizen los franceses martigue, canadelle, a causa de la semejanza que tienen con la verdadera, de do nace que con ella le confundan. 4(Lobos). Dos especies hay desto: uno que llaman lanatos y los españoles róbalos, muy conocidos en Sivilla y estimados en mucho por su excelente y delicado mantenimiento, porque ni son los sollos, ni tampoco los lucios o brochetes, como algunos han pensado tan sin razón que no hay necesidad que nos detengamos en redargüirlos; otros son manchados, que llamamos baylas y algunos han creído ser las truchas, también con engaño, pues los lobos habitan en la mar y en los ríos, aunque difieren algo, principalmente, en la grandeza de la boca, en que exceden los marinos, y las truchas jamás se vieron en la mar. 5(Chromes). Creen algunos ser el castagno de los ginoveses. Distínguese de chemis, de quien Atheneo haze aparte mención.


6(Sciena). Llámanla los latinos umbra, y los italianos y algunos franceses umbrino, y los españoles sombra o berrugate, donde, por la semejanza grande que tiene con la corvina, venden el uno confusamente por el otro y aun apenas distinguen estos dos del lato, que también les es muy semejante, aunque el menor de todos es la corvina, mayor la umbra y el más grande el lato. En la Galia Narbonense llaman la corvina corp, la umbra daine o caine y el lato pesce rey. Llamóse pues umbra de su color algo negro, o por ventura de unas líneas atravesadas que le descienden desde el espalda, doradas y obscuras, que parecen sombra de otras; porque una es manifiesta, la que se sigue obscura y ansí consiguientemente hasta la cola. Difiere de la corvina, aliende del tamaño, en una verruga que tiene en la barba y que c{a}resce de dientes, aunque son los de la corvina pequeños. Sus alas son más negras y no tan largas, mayormente las del vientre y espalda; el color diverso, según diximos, por las líneas; el cuerpo más largo y no tan ancho y menos corva el espalda. En todas las demás partes de dentro y de fuera son semejantes; es de los que tienen piedra en la cabeza, como la corvina. Oppiano dize frecuentar los peñascos, aunque no es verdaderamente saxátil, porque no es su carne tierna o de fácil cocción puesto que sea blanca y suave, por lo cual se estima de la gente rica y regalada. No difiere sciena de scínides, aunque algunos lo han pensado como claramente afirma, en el tercero De alimentorum facultatibus, Galeno. Hay dos especies deste pescado, la una marina y la otra fluvial, de que a su tiempo hablaremos. 7(Pagros). Ansí los llaman los griegos y aun los franceses, y los españoles pargos. Son de buen gusto, carne de mediana consistencia y mucho nutrimento, porque son secos y no irritan, antes refrenan el vientre. Hay dellos dos especies: unos marinos, y éstos son los mejores, y otros fluviales, que no son tales, lo cual acontece por la mejor parte a los pescados que viven en los ríos y en la mar. Son semejantes a los erithrinos y no digo más de su forma y partes porque, aliende de ser muy conocidos en nuestra Hespaña, que es para quien principalmente escrivimos, más es de la intención desta obra declarar nuestro autor que hazer tractado cabal de pescados, lo cual no se pudiera hazer sin que se incurriera en imensa prolixidad. 8(Hypuro). Llámanle lampugo, en Hespaña. Este consta de una cresta que se levanta luego desde el hozico y se va continuando hasta la cola del cavallo, de donde le llamaron hypuro los griegos, y otros corisphena, por razón de nacerle del que los griegos llaman coriphe y los latinos vértex. Consta también de crescer brevísimamente, según dello testificó Aristóteles. Porque los pescadores cuando los hazen pequeños los dexan por algún tiempo en las nasas para que se hagan más vendibles y mayores, y se conoce claramente el crescimiento de cada día. Allégase a esto no pescarse sino a ciertos tiempos, por estar el himbierno escondidos, según Plinio lo testifica. Tiene otra ala este pescado que va desde el pódize hasta la cola, semejante a la superior, aunque no es tan grande. Las alas de sus agallas son cortas, anchas y doradas. Las del vientre son más largas, algo negras y que llegan hasta casi el pódize que tienen enmedio de la barriga. La boca es de mediano tamaño y pequeños y agudos sus dientes en el paladar, lengua y quixadas; ojos grandes, escamas muy menudas semejantes al glauco o a las palometas, en color y partes interiores, aunque difiere de él en que se va poco a poco desde la cabeza adelgazando, y el glauco solamente desde el pódize hasta acabar en una ancha cola. Su carne es grasa, suave y dura como la del atún. Acordáronse Plinio y Atheneo del hyppo, del cual diremos en su lugar. 9(Corvina). Désta hablaremos en el capítulo XVIII deste libro, y de la murena en el veinte y tres. 10(Orpho). Ansí se llama en griego y en latín; los valencianos le dizen Uobarro, y Theodoro cernua, aunque es distinao de la cernua de Auxenio, y del orphu de los griegos modernos. Es, según refiere Hicesio acerca de Atheneo, del mismo género con el chromi, pagro y synagris. Es pesce marino litoral; color que de morado tira a bermexo, ojos grandes, dientes a modo de sierra, semejante en la habitud del cuerpo en alguna manera al pargo. Iten, en la postura y número de sus alas y púas, de pódize muy pequeño y carece de las vías de la simiente. De lo cual consta ser el orpho de los antiguos una especie de los que llaman en Sivilla pargos, que es el que damos pintado, porque cresce con brevedad, es carnívoro, sus dientes son de sierra, carece de caminos seminales y es solitario. Cortado, dura vivo por algún tiempo. Ocúltase por el himbierno, es más litoral que pelágico, y no se estiende su vida más que a dos años. De maravillar es que cuente este pescado Plinio en el capítulo XI del libro treinta y dos, entre aquellos de quien Ovidio y no otro alguno haze mención, escriviendo de él Aristóteles y otros antiguos que cita Atheneo. Es (según quiere él mismo) de mucho y buen sueco, pegajoso y de difícil corrupción; provoca urina por su mucha humidad, cuézese con trabajo y engendra mucha phlegma. Del congrio o safio diremos adelante.


11(Perca). Dezímosla en Hespaña brótola. Hay dos especies dellas: unas marinas que llamamos de mar, éstas saxátiles, escamosas, bermexas, de boca mediana, dientes agudos y líneas muchas, unas vezes purpúreas y otras negras, que baxan del espalda al vientre, de largo de un pie, semejante en agallas, número de alas y cola a los otros saxátiles, y vientre salido, que de blanco tira a morado o lívido. Tiene el pódize casi enmedio del cuerpo, de do le sale una ala larga, y la cabeza y cuerpo, sacando el vientre, vario; estómago grande, con muchos apéndices o añadiduras, tripas muy anchas do se hallan muchas vezes lombrices. De lo cual consta ser ésta que damos debuxada la perca verdadera, pues es (según refiere Atheneo) pintada de líneas varias y transversas, de buena substancia y de carne tierna y blanda. Diversa es la perca fluvial no sólo en su forma, pero también en su duro y pegajoso mantenimiento y que con dificultad se cueze. Bien sé haver creído alguno ser esta perca fluvial nuestra trucha, pero es engañoso, siendo ansí que ninguno de los antiguos le tiene por buen manjar, como la trucha le tenga excelentísimo. Críase en estaños, como el bruxete, carpa y tenca. 12(Torpedo). Dezímosla en Hespaña tremielga, iten blandera. Hay cuatro géneros: tres manchados y uno sin manchas. Es pesce plano, de ternillas, y no de buen manjar, tan conoscido por la propriedad y naturaleza que tiene de entorpecer las manos de los pescadores que no será menester gastar más tiempo en su descripción. 13(Páxaro). Déste hablaremos en el capítulo XX. 14(Solea). Llamávanla los griegos antiguos buglosa; los de hoy glossa; Varrón y Plutarco lingulaca; Plinio y Ovidio solea, y los españoles lenguado. Es pesce plano, de buen mantenimiento y tan conoscido entre nosotros que no será menester descrivirle. Hay déstos algunas especies a las cuales imponen nombres voluntarios: llamando a la azedía, lingula; al lenguado vaca, hippoglosso; al pintado, solea o culata, y a otros cynoglosso y arnaglosso. 15(Glauco). Es, sin dubda, el que llaman en Francia derbio, y en Hespaña palometa, de que hay tres especies no muy diferentes. Consta de su color zarco o cerúleo y de toda la demás naturaleza que de él dexaron escripta los antiguos. Llámase en Roma lechia y en la Provenza biche {sic). Del asello, diremos en el capítulo siguiente.


16(Aurata). Llámanla hoy vulgarmente, en Hespaña, algunos dorada y otros orada y es tan conocida que no hay para qué en ella nos detengamos. Y es de buen gusto y no mal mantenimiento. 17(Cyprino). Ha hecho este pesce familiar a Hespaña el invictísimo Philippo II, señor nuestro, haciéndole traher al estaño de Aranjuez. Llámanle en Francia y ya en Hespaña, tomada de allá esta apelación, carpa. Conócese ser éste el cyprino de los antiguos en el paladar que tiene, muy carnoso. Su forma y partes se puede considerar en el mismo pescado, pues tan a la mano le tenemos, y la demás historia en los autores; son de mal mantenimiento y sabrosos. Parece a algunos ser deste género los que llama Rondolethio clavatos, latos {sic} y otro de admirable forma por tener el paladar (aunque no tanto) carnoso. Y cierro este comentario con advertir ser este pescado o carpa distincto del carpión de los italianos, que algunos mal confunden con él por la semejanza del nombre, el cual se halla en el lago Benaco solamente. Es lleno de pintas negras y de excelente mantenimiento, por lo cual algunos le llaman trucha del lago Benaco. Es pescado muy conoscido en Italia y ansí no pongo su descripción. Los que no huvieren vístole vivo, podranle considerar en su debuxo y pintura.



TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2