CAPITULO XIII


Del bezerro marino


Paren, los que se cubren de pelo, cosa viva, ni más ni menos que el pristis, ballena y bezerro marino. Y, éste, en la tierra, como las ovejas, y echa con el hijo pares.1 Apégase, cuando se toma, como los perros y pare muchas vezes más que dos.2 Cría a las tetas sus hijos y jamás los lleva antes de 12 días a la mar, acostumbrándolos desde ese tiempo a él muchas vezes. Mueren con grande dificultad,3 si no les hieren la cabeza, y braman cuando duermen,4 de do tomaron el nombre. Deprenden lo que se les enseña5 y saludan con voz y movimiento al pueblo dando un bramido mal formado. Llamados por su nombre, responden, y no hay animal que duerma más pesadamente. Usa de las alas con que nada en la mar, en lugar de pies, en la tierra, y dízese tener su pellejo, aun después de desollado, sentimiento de la cresciente y menguante del mar y, ansí, cuando mengua se eriza.6 Y su ala derecha tiene fuerza de provocar sueño y también lo haze puesto debaxo de la cabeza.



EL INTERPRETE


Ser el bezerro marino el que acerca de los latinos se llama vitulus marinus y acerca de los griegos, a causa de su bramido, phoca éste que damos pintado, y de que hay tanta copia en el océano, es tan claro que no hay necesidad detenernos mucho en ello. Ansí de sus partes interiores y exteriores que cuadran, sin faltar cosa, con las que dexaron de él escriptas los antiguos, como de su bramido, sueño pesado, docilidad y toda la demás naturaleza. Porque tienen las manos distinctas en dedos y de las alas traseras se sirve en la tierra en lugar de pies. Lo cual Aristóteles no entendió tan bien como el día de hoy lo ha la experiencia manifestado, según se ve en el capítulo I del libro segundo de la Historia de los animales.


Llaman los indios manatí una especie déstos, distincta de las dos que pinta Rondolethio, lo cual se arguye, aliende de la similitud de su forma, de criar sus hijos a los pechos, de la piedra que ambos crían en la cabeza y de otras cosas en que se hallan por semejantes. Ignoraron esto los modernos, como la figura del pesce reverso, el cual por su estraña hechura damos pintado, según le vemos pegado a un tiburón y en el estómago de otro, pasando a estas Indias de Nueva Hespaña.


Es el bezerro marino animal doméstico, capaz de enseñamiento, y se haze familiar a los hombres, según se vido en un monesterio de la isla de Lerino, donde criaron muchos días uno que conversava muy sin miedo con los hombres, andando por la tierra y subiendo gradas. Dormía con sueño muy pesado y bramava durmiendo. No tiene hiel en el hígado, como refiere Aristóteles, mas puédese colegir de Plinio, en el capítulo XXXII del libro undécimo, tenerla en el pecho. Las demás partes y naturaleza podrá verse en los autores modernos y antiguos y, entre ellos, en otras partes deste autor, donde nosotros diremos lo que al presente por mejor comodidad se dexa.


Hállase en el océano otra especie de bezerro que, aunque realmente lo es por la grande conveniencia que tiene con éste de que havemos hablado, es en algo diferente. Mucho se engaña Bellonio teniendo por bezerro de los antiguos aquel cuyo retracto se ve en su libro De Aquatilibus debuxado, según podrá ver el que le cotejare con las antiguas descripciones.


1(Pares). Porque leo secundas cum partu initu canum modo coheret, de Aristóteles, en el capítulo II del libro quinto y en el capítulo XII del libro sexto. 2(Algunas vezes dos). Porque leo non numquam, del capítulo XII del libro sexto de la Historia de los animales. 3(Mueren con dificultad). Esto les acontece por la mucha carne y gordura que tienen, de la cual como carecen sus sienes, heridos en aquella parte mueren más presto. Y por esta razón acontece a los gatos lo mismo. 4(Braman cuando duermen). Esto acontece por las muchas phlegmas y humores superfluos y crudos en que abunda su pulmón, áspera arteria y cabeza. 5(Deprenden lo que se Ies enseña). Hase visto esto también por experiencia.


6(En la menguante se eriza). Nos maravilla que esto acontezca y sea verdad, pues consta, en cintas y otras cosas que de su cuero se hazen, herizarse, corriendo austro, los pelos y, por el contrario, andando cierzo allanarse, de manera que apenas se parecen. Lo cual también acontece en el que vulgarmente llaman lobo marino.





a. Por secundinas.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2