CAPITULO II


Por qué {haya en el mar tan grandes pescados}


Hay en estos lugares animales grandísimos, aun mayores que en la tierra. Causa manifiesta es dello la muchedumbre del agua.1 Diverso es el tamaño de las aves, que viven como pendientes en el aire; mas en el mar, tan anchamente tendido y que con crescimiento manso y fértil2 recibe del cielo fuerza de engendrar, produziendo siempre Naturaleza, se hallan de muchas cosas, no sólo ordinarias, mas también monstruosas, mezcladas y rebueltas las simientes y principios entre sí de diversas maneras, ya con el viento, ya con las olas. Tanto, que es verdad lo que el vulgo dize que no hay cosa en el mundo3 que no se críe también en el mar, con muchas más que en otras partes no se hallan. Y que hay en él semejanzas no sólo de animales, mas aun de cosas sin animar. Y ansí, se sacan de él razimos,4 cuchillos,5 sierras6 y cogombros7 semejantes a los de la tierra en color y olor. De donde nace causarnos menor admiración las cabezas de cavallos que vemos asomar levantadas en caracoles8 tan pequeños.



EL INTERPRETE


1(La muchedumbre de agua). Da la razón de haver en el mar tan grandes pescados diziendo ser el abundancia y muchedumbre de humor que suele ofrecer no sólo materia de que los animales se mantengan y sustenten, pero con que se aumenten y crezcan en mayor amplitud y grandeza. Y el cielo que, con su movimiento, influencia y lumbre, es causa universal de engendrarse y corromperse las cosas inferiores.2 (Con crescimiento manso y fértil). Entiende el fluxo y refluxo del mar, de cuya causa —aunque no menos dificultosa que la del efecto—, que vemos hazer a la piedra imán, y la del crescer y menguar el Nilo, hablamos largamente declarando el libro segundo. 3(Que no hay cosa en el mundo). En el discurso pasado dixe que se tomavan (entre otras cosas) los nombres y diferencias de pescados de su forma; dize agora Plinio ser ésta tan variada y de tan diferentes maneras, que no hay cosa en el mundo cuya semejanza y denominación no se halle en el mar. Y ansí toman los pescados unas vezes el nombre de las aves, como los zorzales, mirlos, milanos, tórtolas, páxaros, estorninos y otros pescados innumerables; algunas vezes de animales de cuatro pies, como los que llaman osos, simios, perros, bueyes, lobos, onzas y muchos más que callo. Y otras de cosas sin ánima, cuales son, allende de las celestes, las plantas, como cogombros y razimos, de que haze al presente Plinio mención, e instrumentos diversos, como vihuelas, sierras, cuchillos, ruedas, agujas, coberteras y peines. Y, finalmente, de los miembros exteriores del hombre, como dedos, orejas, pulmones y otros muchos que en el proceso deste libro se celebran. 4(Razimos). Pescado es de aquellos que por ser de naturaleza que está enmedio de la de las plantas y De los animales, llamados zoophytos, dichos uva en latín, y razimos en vulgar, por semejanza que tiene con el de las vides. Adviértase que no habla en este lugar Plinio de los huevos de las xibias, las cuales en algunas partes llaman los pescadores desta manera por estar apegados entre sí a modo de razimos y colgados de un solo pezón y bañados con su tinta, según que cuando hablaremos dellas diremos. Pero entiende este razimo que damos pintado, el cual representa, en la parte de fuera, las flores de las uvas y es una masa prolongada en redondo y sin forma, colgada de un pezón, cuyas partes interiores no tienen entre sí distincción o diferencia alguna, aunque se hallan algunas vezes entre ellas unas como landrezillas pequeñas. Sirve (según dirá Plinio en el capítulo X del libro treinta y dos), podrescida en el vino, a los que dello bevieren de hazérselo aborrecer, por ventura por razón de su olor pesado y marino. 5(Cuchillos). Llámase este pescado en latín gladio; en griego, xiphias; en Venecia, espada, y en Hespaña, aguja paladar y pesce espada. En lo cual se deve notar, por causa de distincción, que llaman algunos españoles también pesce espada uno que la tiene en la espalda, no a par de la boca como éste, y a otro que tiene en el mismo lugar una manera de sierra, antes que de espada. Aunque éste también le nombran pesce sierra algunos, Plinio serra, y otros pesce vihuela, vendiéndole entre los tollos. Y otro, que tiene forma de espada todo el cuerpo, espadarte, y Plinio pristis, el cual dize ser, como lo es, de tamaño de ballena, aunque la misma gente llama también espadarte un cierto género de cavalla. Es, pues, el pescado de que al presente habla Plinio, de los testáceos o grandes, muy semejante a atún. Difiere de la simia marina que llaman los ginoveses también pesce espada, aunque éste tiene el hocico y la simia marina la cola desta forma, de donde se puso a ambos un mismo nombre; y {difiere} del atún, no sólo {por} el hocico, el cual se prolonga en una manera de espada, que viene a ser en la más provecta edad de largo de codo y medio, pero también en el cuero, que es menos negro y en las escuamas que debaxo dél, en grande abundancia, se esconden, fuera de la naturaleza de los otros pescados, siéndole en lo demás semejante, porque es del mismo grueso del cuerpo y alas en los lados, aliende de la cola, que es también de forma de luna. Tiene (según testifica Aristóteles) ocho pares de agallas, y la hiel aparte del hígado. Tráhese algunas vezes a vender a este reino de Toledo con nombre (según dizen) de aguja paladar, diferente de la aguja llamada de los antiguos latinos acus, como en su lugar veremos.


6(Sierras). Llámase ansí un pescado muy grande, familiar al océano, mayormente, Indico, que tiene el hocico dilatado en cierta manera de sierra de tres codos en largo y seis dedos en ancho, que va hazia el cabo en alguna manera enangostando, llena por ambas partes de dientes de substancia de hueso, por medio de naturaleza flexible de cuero, algo áspero y color que tira a ceniziento, llamado del vulgo lengua de serpiente, con engaño y vista en muchas partes desta tierra. Bellonio cree no haver conocido este pescado los antiguos, pero es manifiesto error si Plinio se puede contar entre ellos, el cual (según vemos) haze dél clara mención y esto no pudo ser sin que él o los que le precedieron le conociesen. Rhondolethio le confunde con el pristis con no menor engaño, ansí por hazer Plinio de amitos mención distincta y apartada, como porque (según el mismo Rondolethio afirma, contradiziendo a Bellonio, que dixo ser el pristis el calderón de los franceses) se llamó ansí por la forma prolongada de su cuerpo y apta para cortar el agua (no por sierra alguna que tuviese), de donde las galeras desta forma tomaron el mismo nombre. Y ansí, dixo Virgilio velocem Mnesthaeus agit acri retnige pristin y también por no hallarse escripto de algún antiguo que el pristis tenga esta sierra, de quien es cosa muy conforme a razón huviera hecho alguna memoria, pues es una de las cosas más notables de cuantas se hallan en el mar. Esto es lo que se me ofrece de la sierra y de los errores de que me pareció deven ser advertidos los lectores. 7(Cogombros). Zoophyto es de forma, color y olor de un pequeño cogombro o, por mejor dezir, de pepino (que también le significa cucumis) de grueso de un dedo y no de mayor largura que él, sembrado de unos bultillos cuales los vemos en el pepino terrestre, y de partes interiores confusas y sin diferencia. Vese hoy en algunas partes del Mediterráneo, tal cual le damos pintado. 8(Caracoles). De éstos hizimos en el octavo libro alguna mención y la haremos más extensa en lo que se sigue.





TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2