CAPITULO XLII

De la naturaleza de los cavallos

Tuvo el mismo Alexandro un cavallo llamado Bucéphalo,a o por su torva y ceñuda catadura, o por el hierro que tenía en el espalda, de una cabeza de toro. Dizen haverse comprado del rebaño de Philónico pharsalio1 por 16 talentos,2 aficionándose entonces el rey a él, siendo aún muchacho, por razón de su hermosura. Jamás admitió hombre en la silla cubierto de ornamentos reales, sino a sólo Alexandro y [admitía] de otra manera a todos. Del mismo se dize que ayudava en la batalla admirablemente a su señor y que, siendo herido en la conquista de Thebas, no consintió que el Magno Alexandro subiese en otro. Estas y otras cosas semejantes se cuentan de él por las cuales le celebró el rey exequias en la muerte, y cercó con una ciudad, que llamó de su nombre,b su sepultura.



También se dize del cavallo de César, dictador, no haver jamás consentido suviese otro que su amo sobre él, y que tenía los pies delanteros semejantes a los humanos y desta forma está esculpido ante el templo de Venus Engendrados.c Hizo también el Divino Augusto enterramiento a su cavallo, del cual hay versos que César Germánico compuso. En Grinetod tiene pirámides, sepultura de muchos dellos. Juba cuenta haver amado Semíramis a uno tan desatinadamente que vino a tener cuenta con él. Son los de Scythia grandes hombres de cavallo y aun es fama tenerlos muy excelentes y, ansí, muriendo su rey en un desafío y llegando ya el enemigo a quitarle el despojo fue muerto de su cavallo a coces y bocados. De otro se cuenta que como le descubriesen los ojos para este efecto le havían tapado, y entendiese haver tenido acceso a su madre, se fue a unos riscos y allí, despeñado, se mató. Por la misma causa hallamos haver sido despedazado un proriga3 en el campo reatino, de una yegua, porque tienen sentimiento del parentesco y ansí en el rebaño es la yegua acompañada de mejor gana de la hermana del año pasado que no de su madre.

Son tan capaces de doctrina que se halla que solía moverse toda la caballería del exército de los sibaritas con cierta manera de baile al sonido de una simphonía. Los mismos adivinan las peleas y lloran cuando pierden sus señores, y aun, a vezes, derraman con el deseo lágrimas. Como matasen al rey Nicomedes, se dexó su cavallo morir de hambre. Cuenta Phylarcho que como fuese muerto Centareto, uno de los gálatas, en una batalla, Antíocho, tomando su cavallo, subió encima muy alegre, más él encendido en indignación y enseñoreado del freno de suerte que no pudiese ser governado y reprimido con él, se arrojó por unos despeñaderos abaxo y, ansí ambos juntamente murieron. Dize Philisto que dexó Dionisio atancado su cavallo en un [tabique], el cual, desatollado, siguió las pisadas de su señor con una enxambre de avejas asentada sobre las crines y que con ese prodigioso indicio ocupó después Dionisio la tyránide.e

Cada día experimentan los ginetes su ingenio admirable en la ovediencia con que se acomodan a su voluntad, combidándolos también con su cuerpo, y estrivar a las empresas dificultosas, y aun dan al cavallero las armas cogidas del suelo. Porque uncidos en el circo al carro cuando corren el palio,f claramente confiesan entendimiento de honra y amonestación.



En los juegos siculares de Claudio César que en el circo se hizieron, derribado al arremeter de los cavallos el que los guiava, que era de la cuadrilla de los que ivan vestidos de blanco, ganaron el palio y consiguieron la victoria, apartando los impedimentos y estorvos, e hizieron lo que se podía hazer siendo governados por un muy diestro y diligente auriga contra dos competidores, los cuales estavan afrentados de que las artes humanas fuesen vencidas de los animales sin razón, y acabada la carrera pararon en el término constituido y señalado. Por mayor agüero y demostración fue tenido acerca de los antiguos que en los juegos cyrcenses plebeyos, derribado el auriga, corrieron los cavallos, como que fuera todavía allí, hasta el Capitolio, y dieron tres bueltas a la redonda. Pero la mayor de todas fue que, derribado Ratumeno, corriesen hasta el mismo lugar con la palma y corona desde Veyento,4 donde él havía vencido, del cual tomó después nombre la puerta que llaman Ratumena. Los sármatas, cuando han de caminar muy lexos, los aperciven con quitarles un día antes el pasto, y darles muy poco de bever, y ansí caminan sin apearse dellos, o parar, 150 millas.

Viven algunos 50 años; las hembras son de más corta vida y dexan a los cinco de crecer y, los machos, a los seis. Virgilio escrive muy bien de qué hechura se deve escoger el cavallo y aun yo también lo enseñé en el libro que hize de la Jaculación ecuestre. Y no veo en esto discordia casi ninguna, aunque se desean en ellos diferentes cosas para el circo, porque como para otros exercicios los domen de dos años, para las contiendas del circo no se sufre que sean menos que de cinco.

Están preñadas 12 meses las yeguas y paren en el duodécimo. Témanse por el equinoccio del verano. Es a ambos a los dos años, lo que se concibe, de menos estima, y a los tres, más robusto. Engendra el macho hasta los 33 años, como del circo los embían después de los 20 a ser padres. Y aun se dize haver durado en Opunte5 uno en este exercicio hasta los 40, aunque era menester que le ayudasen a levantar la parte delantera del cuerpo. En lo que toca al engendrar pocos animales se hallan menos fértiles, por lo cual los echan a las hembras de cuanto en cuanto y no allegan a 15 saltos en un año. Aplácaseles a las hembras su luxuria tresquilándoles las crines; engendran todos los años hasta 40. Dízese haver vivido un cavallo 75. Paren en este género en pie y aman sus hijos más que las hembras de todos los otros animales.

Nace a los potros, en la frente, cierto hechizo amoroso que llaman hippomanes,g de grandeza de un higo pesado, de color negro, el cual se come la yegua en pariendo o no admite el hijo a sus pechos; si alguno se le quita6 primero, muévese este género oliéndole en rabia.h Cuando acaso pierden en el rebaño la madre, crían las otras paridas el huérfano. Dízese no poder llegar a la tierra con la boca los tres días primeros después de nacido. Cuanto un cavallo es más brioso, tanto más mete, cuando beve en el agua, las narizes. Pelean los scythas de mejor gana en las hembras, porque orinan sin que por ello se paren en la carrera.

Sábese que en Portugal,7 cerca de Lisboa y del Taxo, las yeguas, cuando corre gállego,i conciben bueltas a él un viento animado que se haze potro velocísimo, pero que no pasa de tres años. En la misma Hespaña produze la tierra de Galizia8 y Asturias los thieldones,9 menos conocidos por nombre de asturcones, cuyo paso no es de menospreciar, porque se mueven en una blanda andadura, estendiendo y encogiendoagraciadamente los pies y manos, a imitación de los cuales enseñan a andar artificiosamente los otros cavallos.



Padecen las mismas enfermedades, casi, que los hombres y aliende dellas, el torcimiento o conversión de la bexiga,10 como todas las bestias de carga.

a. De βοΰς, buey, y κεΦαλή. cabeza; también βου, aumentativo.

b. Bucéphala, hoy Jhelum, en el río Hydaspes (Jhelum) en Pakistán.

c. Templum Veneris Genetricis, en el Foro.

d. Agrigento, en otros.

e. Por reino.

f. Por torneo.

g. De ίππος, caballo y μανία, locura.

h. Quiere decir que rabian los caballos que huelen al hipomanes.

i. En el texto, favonio, viento del oeste.


EL INTERPRETE

1(De Philónico pharsalio). Ciudad fue Pharsalos de Thesalia, de donde sus campos están llamados pharsalios de los autores, y toda la región, Pharsalia. Criávanse en ellas muy excelentes cavallos y notables entre los de toda Grecia, según testifica Varrón, Porque una de las cosas de que se toman sus diferencias y bondad es la región y según esto se solían tener en mucho los [caballos] iberos o hespañoles y, entre ellos, los de Cádiz, los gállicos, sacas, roseanos, paphlagones, masilos, moriscos, opeos, dálmatas, epirotas, acarnanes y, finalmente, los de Thesalia o pharsálicos, de donde era este Philónico y, ansimismo, el cavallo de quien tanto se agradó Alexandro Magno y haze Plinio al presente mención. 2(Por 16 talentos). Aulo Gellio, en el libro quinto de Las noches átticas, capítulo II, donde cuenta muchas cosas de las que refiere Plinio de los cavallos, no dize 16, sino 13 talentos. Aunque Solino sigue en todo el parecer de Plinio, y puesto caso que el talento se haya tomado de varias y diversas maneras pero en los autores, como no se le añade otra palabra alguna se entiende por la mayor parte del talento ático menor, que valía 600 coronas nuestras, y ansí 16 talentos montan nueve mil y 600 coronas, que fue el precio que dio Alexandro por este cavallo. Qué diversidad haya havido de talentos y de dónde haya nacido no nos toca declarar; el que quisiere saverlo, léalo en el libro De Asse, que Budeo, varón muy docto en todo género de buenas letras, escrivió. 3(Un proriga). Marco Varrón cuenta casi a la letra este caso en el libro segundo De Re Rustica, donde dize ser prorigaj el que junta este género para que se tome. En lo que toca a la docilidad, fidelidad, castidad, amor, obediencia, fortaleza y velocidad, de que tantos exemplos se leen en los autores, y al presente en nuestro autor algunos, es de advertir que, puesto caso que sean peculiares a los cavallos, por la mayor parte no se hallan en todos de tan subido quilate y perfección, y ansí se toman también como de las partes del cuerpo, de las virtudes del ánimo, sus diferencias, y juzga su vondad y valor, ora sean los de caza, guerra o casta, ora los de pompa o carrera, o de cualquier otro uso de la vida. 4(Desde Veiento). Lugar es en Thuscia. Virgilio escrivió muy bien en los versos que comienzan: Continuo pecoris generosi Pollux in arnis, pero esto, junto con sus enfermedades, curas y regimiento, atavíos, modos de cavalgar y otras cosas desta forma, más tocan a los cavallerizos y albeitares que no a la intención desta historia y, mayormente, deste lugar. Aunque Gesnerio hizo un chaos de todo, más lleno de lección varia y congestión confusa que disposición ordenada, donde trahe también las medicinas que se toman de las partes de los cavallos de que en diversos lugares desta obra se hará mención. Iten, las diferencias de carros, adagios, hieroglíficos y nombres que dellos a otras cosas se acomodan, sin perdonar a los fabulosos y cosas que pertenecen a religión donde podrá, el que tuviere necesidad de algunas déstas, buscarla. 5(En Opunte).k Pueblo es de Grecia y lee hasta los 40 de Aristóteles en el libro sexto De los animales, capítulo XXII.

6(Si alguno se le quita). Aquí mudo la punctuación de mi códice, como podrá ver al que agradare advertirlo. Deste hypomanes he procurado saver lo que pasa, preguntando a hombres versados en rebaños destos animales y todos niegan verse tal cosa. 7(En Portugal). Acordose desto Columella en el capítulo XXIV del libro sexto donde también enseña a escoger el cavallo. Iten, Virgilio en aquellos versos: Ore omnes vere in zephirum stant rupibus altis/ exceptantque leves auras et saepe sine ullis/ coniungus vento gravidae. Iustino no cree concebir del viento, pero haverse dicho estas cosas por la velocidad de los cavallos y fertilidad de las yeguas, en el libro cuarenta y tres. 8(Produze la tierra de Galizia).l Ansí entiendo Galeca gens, pues no es de creer que Plinio estuviese tan ageno de razón que le pasase por pensamiento, cuanto más dexase escripto a la posteridad, que la gente de Galizia [criava] cavallos, antes que se deve creer (si no admitimos haya depravación en el texto) que entendió, según que yo interpreto, por gens galeca la tierra, pues es cierto no ser una sola la significación de aquesta palabra, o que por gignit quiso dezir educat o cría, con que constará el sentido deste lugar. 9(Thieldones). Un género de cavallos dize Plinio aquí llamarse de dos nombres, conviene a saber: tieldones y asturcones aunque son menos conocidos por el nombre postrero (que yo no leo forma sino fama). Estas son a mi juicio las jacas galizianas, porque aliende que no hay en aquella provincia otros de quien más propiamente se pueda o deva entender, es cierto serles más natural el andadura que a ningún otro género de cavallos. Porque aunque haya en otras partes hacas, acaneas, palafrenes y hacas pequeñas que llaman manulos, y cuartagos a quien podría en alguna manera cuadrarle y competirle, pero a mi parecer, a ninguna dellas como a las que tenemos nombradas. Esto es, pues, otro negocio de que también se coligen diferencias de cavallos, conviene a saber: el modo de andar o inceso, pues es cierto unos moverse con paseo, otros de andadura que llaman tolutarios, por tollutim incedut; otros, trotan, y por eso son llamados decusores o trotones, y otros galopean que llaman los griegos [en blanco en el texto] y otros corren y aun hay entre éstas otras maneras de andar de que hay memoria y nombres, que por parecerme muy menudos no me quiero referir al presente menos que las especies de cavallos que oímos hoy nombrar en Hespaña, por no ocupar el lugar y tiempo a otras cosas menos notorias y que tienen mayor necesidad de nombrarse. 10(Conversión de la vexiga).m Ansí la llama Plinio y Vegetio Renato inversionem, en el capítulo LI del libro primero de su Veterinaria, donde habla de la vexiga desta manera, si corriendo fuere inversa o buelta hazia el pudendo, sucede dolor grande sin apostema cálido, muchas vezes por razón de haverse caído de su lugar y por la muchedumbre de la urina que se detiene. El remedio es meter la mano debaxo abaxándola el pudendo, donde la hallarás llena de agua, y traherla para arriba hazia el ano con azeite, y provocar urina hasta tanto que la expella, y ansí se librará de un peligro de que con dificultad suelen escapar estos jumentos.

Llámanse en griego antunices los cavallos que sienten bien las espuelas; los de los rebaños, phorbados; los domésticos, trophies; los de ojos salidos [en blanco en el texto] y, los de hundidos, celophthalmi.

j. Caballerizo.

k. Donde la actual Kyparissi, en Locros.

l. Gallaica gens est et Asturica; equini generis.. . gignunt.

m. Cistocele.

TOMO IV. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 1