CAPITULO XXXIX

De las víboras, caracoles y lagartos

De las serpientes sola la víbora dizen esconderse1 en las piedras o huecos de los árboles, como las demás antes se oculten en la tierra. Duran, fuera desto, sin comer, un año entero, con que estén guardadas del frío; duermen, fuera desto, todas en el tiempo de su retiramiento, despojadas de su ponzoña o hiel.

Lo mismo acontece a los caracoles,2 pero éstos otra vez por el estío, tan pegados a los peñascos que, aunque por fuerza los arranquen y pongan boca arriba, no salen fuera. En las islas Baleares, de Mallorca y Menorca, los caracoles que llaman fósiles o cavadizos no salen de las concavidades de la tierra o se sustentan de yerbas, antes están pegados entre sí, a manera de razimos de uvas. Hay otro linage dellos, no tan común y vulgar, que se cubre con cierta manera de tapador que tiene apegado a su concha. Estos están siempre debaxo de la tierra y sacáronse antiguamente no en otra parte que en los lugares de los Alpes cercanos a la mar, aunque comienzan ya también a sacarlos en el veliterno.3 Los más estimados son los de la isla Astipolea,4 y las lagartixas, las más enemigas dellos de todos los animales: dízese no vivir más de seis meses los caracoles y que los lagartos de Arabia son de un cobdo, y en Mero [sic], monte de Nisa, en la India, de largo de 24 pies y de color rojo, morado o verdinegro.


EL INTERPRETE

1(Sola la víbora dizen esconderse). Lo contrario afirman Aristóteles y Nicandro, poeta griego, conviene a saber, que la víbora se esconde en las piedras y en la tierra todas las otras serpientes. De manera que creyendo que la letra estaría viciosa la castigué, de suerte que hiziese el sentido que estos varones gravísimos, y a quien él tuvo por guía, sintieron. Del modo de concebir y nacer de las víboras y la demás naturaleza, iten de sus mordeduras y remedios, tenemos escripto sobre Nicandro y escriviremos en estos libros donde podrá el lector ver lo que aquí, por causa de orden y mejor comodidad, se pasa y disimula. 2(A los caracoles). Tres géneros hay dellos según su primera división: terrestres, marinos y fluviales, los cuales todos se tornan a partir en otras muchas especies que aquí no se prosiguen. Masario, veneciano, creyó dezirse los marinos, en griego, strombos y, en latín, turbines, con engaño, por ser (sin dubda) los turbines distinctos, y hazer dellos y de los caracoles, los antiguos, distincta y apartada mención según que veremos en el libro que se sigue. 3(Veliterno). Dixéronse veliternos los de Velitre, ciudad principal de los volscos de que hablamos en el libro tercero, capítulo V, de aquesta Historia. 4(Astipolea). Una es de las islas del mar Egeo dichas Cýclades.

TOMO IV. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 1