CAPITULO XXV

Del crocodilo, scinco o estinco e hipopótamo

Cría el río Nilo crocodilos,1 pestilencia de cuatro pies, perjudicial en el río y en la tierra. Sólo éste entre todos los animales terrestres carece del uso de la lengua;2 sólo éste muerde moviendo la quixada superior, siendo fuera desto terrible por tener las ringleras de los dientes ásperas, a manera de púas de peine. Tiene muchas vezes más de 18 cobdos en largo. Pone huevos, tamaños como los de los gansos y échase sobre ellos3 en lugares a los cuales sabe con cierta adivinación que, por más que crezca el Nilo aquel año, no allegará. No hay animal que, de menor origen y principio, crezca en mayor grandeza.4 Está armado de uñas y cuero tan rezio que no admite herida. Vive los días en la tierra y las noches en el agua, lo uno y lo otro por razón del abrigo o templanza.

Estando, pues, este animal harto de peces y, con la boca suzia de lo que se le apega del manjar, dormido en la ribera, una pequeña ave llamada allí trochilo5 y, en Italia, rey de las aves, le incita y convida a que abra la boca, limpiándole primeramente unas partes y otras della por razón de su proprio mantenimiento, y después los dientes y adentro la garganta. Estando ellos muy boquiabiertos, con la dulcedumbre que sienten de que los estén desta manera rascando, en el cual deleite viéndole el ichneumon6 agravado de sueño, se entra como una saeta por la garganta y le rompe a bocados el vientre.



Otro animal semejante al crocodilo, aunque menor que el ichneumón, nace en el río Nilo llamado scinco,7 principal en los antídotos contra ponzoña y para provocar a luxuria los varones.

Mas en el crocodilo estava tan grande pestilencia escondida que no se contentó Naturaleza con darle un enemigo solo y, ansí, también los delphines8 que suben al Nilo, armados como para esta necesidad de una espina que tienen en el espalda a modo de cuchillo, matan a los crocodilos que les impiden la caza, como reinando solos en su río, porque, aunque son de menores fuerzas, vencen por maña: que todos los animales conocen no sólo lo que les dio Naturaleza para su defensa, mas lo que es a sus enemigos dañoso.



Conocen las armas y sazones y no se les esconde qué partes tengan flacas sus adversarios. Tiene, pues, el crocodilo el cuero del vientre muy blando y delgado y, por tanto, los delphines se zabullen como espantados y metidos debaxo de sus vientres se los abren con aquella espina.9

Hállase también una generación de hombres que llaman tentirites,10 a par del mismo Nilo, contraria a estos cocrodilos, de cuerpos pequeños y ánimo grande y maravillosos en este solo exercicio. Es, pues, esta bestia muy terrible contra los que della huyen y, por el contrario, huye de quien la sigue y acomete. Solos éstos osan ir contra ella y nadando por el río se les suben encima, a manera de los que andan a cavallo. Los crocodilos buelven la boca hazia arriba para morderlos, mas éstos los atraviesan entonces un palo por ella, y tiénenle con ambas manos de los dos extremos, y con ésta, como con freno, llevan a la ribera los captivos crocodilos, y espantados con sola la voz, los contriñen a vomitar los cuerpos que poco antes comieron para darles sepultura. Y, ansí, a esta sola ínsula no pasan los crocodilos huyendo del olor destos hombres, como diximos huir las serpientes del de los psyllos. Dízese que ven poco en el agua y fuera dello mucho y que viven en cuevas cuatro meses del himbierno, sin comer cosa.



Algunos piensan que va siempre creciendo este animal mientras vive, y vive muy larga vida.

Otra bestia llamada hipopótamo,11 de mayor altura, se dize habitar en el mismo río, patihendida como buey, de espalda, crin y relincho de cavallo, hocico romo, cola y dientes de javalí, retornados, pero menos dañosos. Es su cuerpo para escudos y capacetes tan recio que nada le puede pasar si no está mojado; pace los sembrados que tiene de antes ojeados para día cierto, caminando a ellos a reculas porque al volver no le tengan armado algún engaño o traición.


EL INTERPRETE

1(Crocodilo). Animal es de cuatro pies, del linage de los amphibios, figura de lagartija y grandeza increíble. Dizen llamarse ansí porque teme el azafrána y evita cuanto puede su olor, por lo cual lo desaparecen, en Egipto, los que aderezan la miel, por ser, extrañamente, amigos della los crocodilos. De los cuales hay dos especies, según lo afirma Plinio en el capítulo VIII del libro veintiocho, conviene a saber: terrestres, semejantes a los demás, aunque muy menores, que habitan solamente en la tierra y viven de flores muy olorosas y, por tanto, se procuran sus tripas con grande diligencia, que están llenas de suave olor, llamadas crocodilea, útilísimas para males de ojos, unctados con zumo de puerros y para otras muchas enfermedades que Plinio trahe en el lugar allegado. La otra especie es la de los marinos o fluviales, que viven también en los ríos y en la tierra, según se ve por experiencia y afirman los autores. Déstos lleva el Ganges dos diferencias (ansí lo testifica Aeliano en el capítulo XXXVIII del dézimo libro de la Historia de los animales): uno, sin daño y, otro, de muy cruel voracidad. Hállanse éstos también en el Nilo y en algunos ríos de Mauritania y de las Indias Occidentales, donde los llaman caimanes, de la misma naturaleza que los nilóticos. Vense en muchas partes sus pellejos llenos de alguna cosa, de manera que conservan buena parte de su forma, y [vense] esculpidos en la base que diximos de Roma. Pero los terrestres no son conocidos en nuestra edad aunque son referidos de los autores, como parece del lugar que de Plinio alegamos, y de Dioscórides en el capítulo X, donde atribuye a su estiércol lo que Plinio a su crocodilea o tripas. Porque los lagartos que vemos en Hespaña colgados en algunas partes, de notable grandeza, aliende que no igualan la de los crocodilos, mueven la quixada baxa a la manera de los otros animales y contra la naturaleza de los otros crocodilos, pues el que Bellonio nos da debuxado por crocodilo terrestre, antes es el verdadero cordulo,b que no ser el crocodilo terrestre. Está claro, por tener las que en los pescados llamamos agallas y el que este autor llama cordulo, antes es salamandra acuática que vemos en Hespaña en pozos y fuentes, algunas de agua dulce, aunque sea mucho tiempo gastado en ella. Por scincho ya se tiene el verdadero, sin que le falte cosa de lo que le atribuyen los autores, y aunque hayan algunos dellos llamado al scinchoc crocodilo terrestre, es muy distincto de él, según parece de lo que de ambos está escripto, que es muy diverso, fuera de que tractan dellos en diferentes lugares como de animales diversos, de manera que no se deve dubdar que haya crocodilos marinos, fluviales y terrestres, aliende del scincho, que Dioscórides y Plinio llaman crocodilos de la tierra. 2(Carece del uso de la lengua). Aristóteles dize en el libro segundo de la Historia de los animales que a solo el crocodilo negó Naturaleza este miembro, entre todos los terrestres. Pero no se entienda que del todo carezcan della, sino que es tan pequeña y sin provecho que puede juzgarse que no la tienen. Veneran por esta causa los egipcios a Dios debaxo de imagen deste animal, pareciéndoles acercarse más a él lo que más participa de silencio, según que en muchos autores se halla afirmado, por ser dios substancia simplicísima y muy agena de nuestro lenguaje, y aun David dixo [en blanco en el texto], que es: “a ti toca el silencio”, puesto caso que los 70 interpretaron [en blanco en el texto], que la Vulgata, edición, buelve te decet bymnus Deus. A esto hazen también aquellas palabras sagradas sileat omnis terra Deo, y aun los hebreos no osavan nombrar el nombre de Dios, tetragramateon o de cuatro letras, que por esto llamavan inefable, antes, doquiera que estava escripto, leían Adonai, puesto caso que entendiesen debaxo de él grandes misterios. Porque, como uno de los rabinos confiesa, está en él, incluso y encerrado, el nombre de 12 letras que es “Padre e Hijo y Espíritu Santo”, y el de 42, que es “Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Sancto, Trinidad en Unidad y Unidad en Trinidad”. Veneraban también a Dios debaxo de imagen y figura de crocodilo por razón de las telillas con que tiene cubiertos los ojos con que los ocultan a los otros animales, no dexando ellos de ver todo lo que quieren, lo cual acontece en Dios porque, no pudiendo nosotros comprender su grandeza, entiende El distinctísimamente todas las cosas. Pero no es tiempo de estendernos más en esto ni ha podido ser no dezirse algo, pues hablamos de la falta que tiene de lengua el crocodilo. 3(Echase sobre ellos). Dizen algunos que el galápago y crocodilo después de haver puesto sus huevos en la tierra los cubren y se van, y los hijos nacen y se crían por sí solos, y, por tanto, era entre los egipcios este animal hieroglífico del oriente, el cual nace también de suyo sin padre. Porque si significava con él, también, el ocaso, era por dormir las noches en la mar y las noches en la tierra, lo cual imita el Sol, saliendo [de] día y poniéndose [en] la noche. 4(En tanta grandeza). Y ansí dize Aeliano, de autoridad de Philarcho, haverse visto uno en tiempo de Psammítico, rey de Egipto, de 25 cobdos, y reinando Amasis de más que 26. Aristóteles no pasa de 15, ni Herodoto de 17. 5(Trochilo).d Algunos autores nombran este páxaro y otros no, y de los que le nombran, algunos le distinguen del trochilo o reyezuelo terrestre, como fue Amiano Marcelino, que cuenta la misma historia del trochilo, ave egíptica. Y aun de Aristóteles y Aeliano y otros graves autores parece no haverse de entender del régulo terrestre, por lo cual será bien que se entienda (havido por cierto que ha de ser el acuático) cuál dellos sea aquel que limpia la boca del crocodilo. Hay, pues, muchas especies de los acuáticos; de los terrestres sola una, y es la menor de las aves, de color entre ceniciento y amarillo o verde, con unas plumitas en la frente de color dorado, el cual yo he raras vezes visto aunque sé llamar en algunas partes reyezuelo el verdadero trogloditis, y en otras unos pajarillos que tienen en la cabeza una manera de plumitas negras y de otras colores a manera de corona; tanto ha dexado nuestro descuido escurecer la doctrina antigua. Averigua, pues, nuestra dificultad, Aeliano, diziendo que entre los géneros de los trochilos acuáticos, el que los griegos llaman cladarorincho, alimpia los dientes al crocodilo y se mantiene de la suziedad que le quita y de las sanguisuelas que tiene apegadas a la garganta, y despierta con natural benevolencia para que se libre de las ofensas del ichneumón. Y éste es (según se averigua) una especie de las gallinillas del agua.

6(Viendo esto el ichneumón). Algunos dizen que haze este animal, cuando ha de pelear con el crocodilo, lo mismo que cuando ha de pelear con la áspide; quiero dezir, que se guarece y ampara de costras de lodo secas, lo cual [hay] quien ve ser falso y por tanto no referido de muchos, pues poca defensa puede hazer contra los dientes desta bestia y ya que pretendiese otra cosa con ello a lo menos no lo sacaría al sol pues le sería estorvo para deslizar de la garganta al vientre. 7(Scinco). Ya dixe de aqueste animal entre los crocodrilos, aliende de lo cual me parece advertir que la virtud que le atribuyen de provocar luxuria (según dize Dioscórides) no pertenece a todo él, sino a solos [los] lados que contienen los riñones y aun esto afirma de autoridad agena, no de la propria. También, que los scincos que nos trahen no son terrestres aunque ansí los llamen, sino acuáticos y con todo eso son verdaderos y ansí dize Dioscórides, aut Aegypti, aut Indiae, aut Rubri Maris alumna quamvis inveniant in Lydia Mauritaniae, lo cual yo entendería en sus mares o lagos. Y aunque alguno quiera entender que no, sino en la tierra, a lo menos no se puede negar que no se hallen también, de autoridad de Dioscórides, en el agua. 8(Delphines).e Destos pescados diremos en el noveno libro. 9(De una espina). Otros leen pinna por la razón que en el libro siguiente, en el capítulo de los delfines, diremos. 10(Tentirites).f ¡Cuán varias son las opiniones de las gentes y cuán contrarias son las cosas que apruevan por buenas! Persiguen éstos los crocodilos y précianse [de] hazerles daño y de matarlos y hay otros, según cuenta Strabón en el libro dezimoséptimo de su geographía, que los adoran por dioses, y si les arrebatan sus hijos y se los comen piensan que les haze Dios grandes mercedes en querérselos para sí. Danles de comer y de bever metiéndoselo en la boca, y amansado un animal tan pestífero lo recibe de sus manos y lo come con grande mansedumbre. Y aun cuenta Herodoto en el libro segundo que acerca de Thebas los tienen por sagrados y hazen domésticos hasta dexarse poner zarcillos en las orejas y otras joyas por otras partes de su cuerpo. Como suelen, visto el hombre, echar lágrimas y llegando cerca tragársele, de do viene el refrán que se dize: “las lágrimas de crocodilo”, contra los que, debaxo de fingida piedad, comen y despedazan a sus próximos. Y concluyo lo que toca a este animal con que se solía debuxar la salacidad y luxuria con él, por que se dize ser luxuriosísimos.

11(Hipopótamo). Escriven los autores antiguos, aliende de otras cosas, que tiene este animal crines y pies hendidos. El que hoy se ve en Egipto, cuyo cuero embió Gellio al cardenal Armaignaco a Roma, aunque en lo demás es hipopótamo, carece destas dos señales, por lo cual se ha dubdado si es el verdadero hipopótamo de [los] antiguos; Gellio siente (y yo ansí lo creo) como sea el mismo que hoy se ve esculpido del antiguo, en tiempo que Roma florecía en el conocimiento y experiencia de las cosas, que es el verdadero cavallo fluvial y si alguna seña le falta de las que de él están escriptas, será antes por falta de los autores, que por ventura no le vieron o no le descrivieron con tanta diligencia y verdad, que no porque este animal no sea, en nuestros tiempos, conocido. Y esto dize Gellio haver comunicado con sus rectores y averiguado por verdad como podrás ver en este autor más largamente.

a. De κρόκος, azafrán; δειλίασις, miedo

b. De κορδύλος, saurio llamado hoy Scincus.

c. Otro saurio del mismo género Scincus.

d. Charadrius monocephalus.

e. Squalus acanthias, según Cuvier.

f. Tentyra, hoy Denderah.

TOMO IV. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 1