CAPITULO XX

Del rhinocerote

En los mismos juegos se vido en Roma un rhinocerote,1 en cuya sola nariz se halla un cuerno nacido para que fuese segundo enemigo del elephante. Apercíbese para las peleas aguzándole en los peñascos, en las cuales lo que principalmente procura es romper el vientre al enemigo, por saber que tiene en aquella parte muy blando el cuero; es igual con el [elefante] en largura, aunque tiene las piernas mucho más cortas y el color de box.a

a. Del boj (buxus).



EL INTERPRETE

1(Rhinocerote). Animal es de un cuerno, entre otros que hay, cual es el monocerote que llaman los indios cartazono y órix. Iten, el asno, buey y caballo índicos. Verdad es que el rhinocerote no tiene el cuerno en la frente, sino en el nacimiento de las narices. Pausanias (el cual llama los rhinocerotes toros ethiópicos, distinctos de los toros ethiópicos que otros describen) afirma tener otro cuerno menor más arriba, como se vido los años pasados uno que truxeron de la India al serenísimo rey de Portugal, cuyo retrato se embió a León X, Pontifex Maximus, de la forma que hoy le dan algunos modernos debuxado, en especial Conrado y Pierio, con cuero muy espeso, compuesto como de costras juntadas a modo de escamas y color de la concha del galápago que Plinio llama buxeo y otros murino o de ratón. Confunden muchos este animal con el monocerote, cartazono o unicornio (de que dize Ludovico Romano que havía en su tiempo dos en mecha) siendo diversos, y aun creen ser sus cuernos los que tienen fuerza contra veneno, como no dellos, pero del asno índico y ciertos cavallos de un solo cuerno se halle escripta de Aeliano esta virtud, y de Philessimia, de Aeliano y de Philóstrato, de sólo el asno índico, según que en el capítulo siguiente mostraremos. Varían los 70b y aun los demás intérpretes latinos de la Sancta Escriptura en la traslación desta palabra [en blanco en el texto] volviendo unas vezes [en blanco en el texto] o unicornes y otras [en blanco en el texto] o rhinocerote, lo cual haze dubdoso cuál destos animales signifique más propiamente. Aelias quiere no significar animal de un cuerno por lo que halló escripto en el capítulo XXXIII del Deuteronomio. Sus cuernos son como los cuernos del rhinocerote y ansí los tiene (según tenemos dicho) el rhinocerote, aunque de tamaño no igual. A Pierio Valeriano le parece que, en esta dubda, cuando habla la Escriptura de animal amigable se signifique o entienda el monocerote, como en el psalmo XVIII do se escrive “amado como el hijo de los monocerotes”, que llama el hebreo [en blanco en el texto], los árabes [en blanco en el texto] de quien vulgarmente se dize (aunque lo refiere mal Isidoro del rhinocerote) que no es posible cazarle si no es dormido en el pecho de alguna doncella, tanto es el contento que recibe con la pudicia y virginidad. Y cuando en exemplo de fortaleza antes el rhinocerote, como en el psalmo XXI, que dize: “Sálvame del feroz fortísimo, como del león y rey poderoso cuya potencia sea como la del naricorne o rhinocerote”. Dize Strabón haver él visto uno de color no de box, como dize Plinio que es, sino de elephante; grandeza de toro, hechura cercana a la del puerco, principalmente en la abertura de la boca, sacando la nariz, que es un cuerno corvo, más duro que un hueso, de que usan como de armas, de la manera que el javalí de sus colmillos. Tiene, ansimismo, dos cinchas por el cuerpo, semejantes a las roscas de los dragones, que le cercan desde el espinazo hasta el vientre, de las cuales, la una va a las crines o juba y, la otra, a los lomos. Y esto baste de la forma del rhinocerote porque le descriven muchos autores antiguos y modernos y no hay mejor descripción que su icón y figura, la cual está, como tengo dicho, muy bien retractada y sacada al natural en algunos libros de modernos que ventilan esta materia, a la cual será bien que dé fin aquel refrán latino conque se notan los hombres que sagaz y astutamente mofan de las faltas agenas, a los cuales dezimos tener nariz de rhinocerote.

a.Ptolomeo II Filadelfo, rey de Egipto (285-246 a. C.) en la primera mitad del siglo III a. C. ordenó a 70 presbíteros judíos verter al griego el Antiguo Testamento.

TOMO IV. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 1