CAPITULO XLIX

De la diversidad del nacer

Parece pedir este lugar la determinación de los astrólogos. Epígenes afirma que no se pueden vivir 122 años; Beruso que se puede pasar de 117. Todavía dura la razón que Petosiris y Nicepsos enseñaron, llamada tetarte morion,1 de la porción de tres signos, de la cual se prueva poder en Italia vivir los hombres 126. Negaron estos mismos poder alguno pasar la medida exortiva de 90 partes que llamavan anaphora2 y aun dixeron que a ésta acorta muchas vezes el concurso de algunas estrellas malignas o de sus rayos, o también de los del Sol.

Dura ansimismo la secta de Aesculapio, el cual dezía que el espacio de la vida se toma de las estrellas, mas no se sabe cuál vida juzgase por la más larga, aunque afirma ser las más largas más raras que las cortas. Porque en las partes notables de las horas de la Luna o de siete y nueve3 días que se consideran en el día y en la noche, nace grande muchedumbre de hombres con ley occidua ascendente de años, que llaman climactras, en los cuales los ansí nacidos no pueden pasar de 53. Lo primero, la inconstancia del arte declara su incertidumbre; alléganse exemplos y experiencias de muy modernos censos que dentro destos 40 años los emperadores Césares Vespasianos, padre e hijo,a siendo censores, hizieron. Y por no agotallo todo, solamente contaré los exemplos hallados entre el Apenino y el Po. Las Parmas llevaron tres de 120 años; en Brixello vivió uno 125; en Parma, dos, 130. En Placencia, uno, 131; en Favencia, una muger, 132; en Bolonia, Lucio Terencio, hijo de Mario, y en Arimino, Marco Aponio, 150; Tertulla, 137. A par de Placencia, en los collados, hay una ciudad llamada Velleiacio, en la cual seis vivieron, cada, no años, y cuatro, cada, 120. Marco Mucio, hijo de M. de la tribu Galeria Félix, 140, y por no detenerme más en cosa tan clara, en la octava región de Italia se contaron 54 hombres de 100 años, y de 110, 57. De 125 y de 134 y de 135 ó de 137, otros tantos, y tres de 140.

Otra inconstancia humana: Homero cuenta haver nacido, en una mesma noche, Héctor y Polydamas, varones de tan diferentes fortunas. En el tercero consulado de Caio Mario y Gneio Carbón, a 27 días de mayo, Marco Cecilio Ruffo y C. Licinio Calvo, nacieron en un día ambos oradores, pero con desiguales sucesos. Esto acontece cada día a personas nacidas en una misma hora y juntamente nacen señores y siervos, reyes y hombres necesitados.

a. Ambos llamados Tito.


EL INTERPRETE

1(Tetarte morion). Quiere dezir la cuarta parte del Zodiaco, que son tres signos, conviene a saber, 90 grados, llamada aspecto cuarto o cuadrantal de los comunes astrólogos, como los demás, trino, sextil, oposición y conjunction. 2(Anaphora). Conviene a saber, la porción de la línea equinoccial que sale con estos tres signos del Zodiaco por el movimiento diurno, la cual es algunas vezes mayor y otras menor, ansí por razón de los tiempos como por la diversa elevación del polo que es la que se haze a nuestro propósito. Porque según que era en alguna región mayor o menor, juzgavan ser las vidas más largas o más cortas y, ansí, dezían que, en las tales regiones, los que nacían con signo al cual, junto con los dos siguientes, correspondía mayor porción de equinoccial, aquellos eran de más larga vida y, los que con el contrario, de muy cortas, de do dezían suceder que donde se hallavan más largas vidas, allí era necesario que huviese otras muy cortas. Pues es ansí que do hay signos que nacen muy rectos hay otros que salen muy obliquos. Verdad es que hay otras maneras de tomar esta palabra, pero callarlas hemos pues no hazen a nuestro propósito. Podría en esta parte hazer dificultad que en ninguna región de Italia corresponden a tres signos del Zodiaco 126 grados de quinoccial; pero a esto se responde que en aquel tiempo no se havían hallado tan puntualmente como después los grados de línea equinoccial; que en cada región y tiempo salían con los signos del Zodiaco, si a alguno no le agradase dezir que es error de letra, lo cual no sería muy fuera de razón pues es cosa de números, donde son tan ordinarias las depravaciones. 3(O de siete y nueve). Estas horas o días de la luna, en que dize Plinio nacer gran parte de los hombres, están varias en diversos códices. En unos se lee: dierum sentem et 24 y desta letra nadie se cura por estar muy corrompida; en otros septem et 15, mas Hermolao Bárbaro siente que, aunque sea verdad que se considera en los nacimientos la Luna, séptima, tres y cuatro, se lea siete y nueve. Porque, según parece de Suetonio Tranquillo y Julio Materno, el año 63 de la edad es muy peligroso, porque los números siete y nueve que son decretorios y maléficos y de grande fuerza para cortar la vida, concurren juntos haziendo siete vezes nueve o nueve vezes siete, 63. Y por tanto se llaman climactéricos, conviene a saber, grádarios y scansiles, que van como por grados disminuyendo la vida comenzando del séptimo. Y, ansí, el 54 y otros menores se llaman también climactéricos, multiplicados por siete o por nueve. Pero si el 63 es peor que el 54 ¿por qué nombró Plinio el menos peligroso y calló el 63? No por otra cosa dize Hermolao, sino porque si pocos exceden el 54 no es menester dezir que muchos escaparan el 63 que es muy peor y mayor número. Aunque, como Censorino refiere, algunos han sentido ser peor el 53. No me parece cosa muy fuera de razón pensar que la letra padezca depravación y vicio y que se quitó de aquí un diez y se puso con las vidas de Italia, pues parece faltar aquí los mismos números que acullá sobran. Pero ¿qué es lo que dize que en siete y nueve nace grande muchedumbre? ¿Y que los ansí engendrados no pasan el 53? No otra cosa sino que en estos números vitales y que favorescen los nacimientos nace mucha gente, los cuales por haver nacido ansí están subjectos a estos climactéricos de siete a nueve. Lo que Veccio Valens siente destos climactéricos es que se mente el tiempo que hay desde el nacimiento de la canícula o de la conjunción de la Luna que la precede hasta el día del nacimiento y esta suma se divida en los 53 que tuviere y la séptima parte de un día, porque tantas son las semanas de cada año, pues siete vezes 52 días, con la séptima parte de uno, hazen 365 que es un año vertiente entero y, después, dividido según havemos dicho el número, hase de multiplicar lo que queda tantas vezes mantas se havían quitado los 53 en la séptima del sólido.

Sean, pues, por exemplo, desde la conjunción de la Luna que precede al nacimiento de la canícula hasta el nacimiento de alguno, 220 días. Deste número se han de sacar todos los 52 posibles con la séptima y, ansí, quedarán 11 y tres séptimas; éstos, multiplicados cuatro vezes hazen 45, poco más, luego este número de 45 porque se allegó por septimanas se llamó hebdomaico en griego y septimano en latín, y significa el año climactérico de la vida. Al que ansí nace, principalmente si coincide con los años aprometidos del cronocrátor o con el novenario, como haze el número que tomamos, porque cinco vezes nueve hazen 45. Esto dize este autor del séptimo climactérico.

Manda también buscar el novenario, dividiendo el mismo número por 40 novenas, con algunos minutos, los males son de cinco días, con un cuadrante, porque aliende de 360 días que son 40 novenas, sobran del año sólido cinco días y la quinta parte de uno, y manda que el septimano que es consagrado a Marte se guarde en los themas nocturnos y, el otro, en los diurnos, porque es apropriado a Saturno. Lo cual Plinio tocó aquí con grande brevedad, diziendo que se consideran en el día y en la noche. Son, ansimismo, signos climactéricos del número septenario Aries, Libra, Cáncer y Capricornio. Del novenario, Taurus, Leo, Scorpius y Aquarius. Promiscuos: Gémini, Sagitarius, Virgo y Piscis. Hay también climactéricos de horas y de días y de meses, computando hasta el 30 de la Luna. Hailos también de las partes que los griegos llaman cleros,a del demonb y de la fortuna, lo mal sería cosa enfadosa proseguir particulamente. Haze mención destos climactéricos Gellio, y Augusto en la carta que escrive a Cayo Julio Materno; Séneca en el séptimo De Beneficiis; Caelio, en el capítulo II del libro veintiuno. Iten Aqueo, sobre este lugar, y Gaurico. No es de callar que Ptholomeo, príncipe de los astrólogos, no haze menta de los números ni quiere que tengan fuerza alguna, antes los tiene por vanos, ineficaces y fabulosos.

a. De κλήρος, esfera, provincia.

b. Populares.

TOMO IV. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 1