CAPITULO XLVI

A quién hayan juzgado los dioses por bienaventurados

Ofrécense en esta consideración dos oráculos délphicos, pronunciados de Apollo como para castigo de la vanidad de los hombres. El uno dellos declaró a Phedio por felicísimo, el cual poco antes havía muerto por la patria; el otro, consultado del rey Gyges, que a la sazón era el más poderoso del mundo, pronunció que [lo era] Aglao Psofidio. Labrava este viejo en un muy angosto rincón de Arcadia1 una heredad pequeña pero que bastava a dalle lo que havía menester para el gasto ordinario de cada año, sin jamás salir della, y (como deste modo de hazer está claro) tiniendo muy poca cobdicia, padeció en la vida muy pocos males.


EL INTERPRETE

Havía hablado de los que juzgaron los hombres por dichosos; aquí dize a quién tuvieron los mismos por más bienaventurados. Cuenta lo de Gyges y Phedio largamente Valerio Máximo, aunque en lo de Gyges varían los autores, como se puede entender de Cicerón, en el segundo libro De los oficios, de Platón, y de otros.

1(Arcadia). Región es de la Morea y parte de Achaia.

TOMO IV. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 1