CAPITULO XXVIII

De fortaleza

Cosa es de grandísima dubda quién haya sido el más fuerte1 de los hombres, mayormente si se admiten fábulas poéticas. Quinto Ennio, maravillado en gran manera de Tito Cecilio Teucro y de su hermano, añadió por su causa el VI Anal.2

Lucio Sycio,3 dentudo, que fue tribuno4 del pueblo siendo Spurio Tarpeyo y Annio Aeternio cónsules, no mucho después que se echaron los reyes, tiene innumerables testimonios de fortaleza. Peleó 120 vezes, salió vencedor de ocho desafíos, recibió 45 heridas, todas delante y ninguna en las espaldas, ganó 34 despojos,5 fuéronle dadas 18 astas sin hierro,6 25 jaezes,7 83 collares,8 160 armillas,9 26 coronas, 14 ciudadanas, de oro10 ocho, tres murales [y] una obsidional,a [del] dinero público; diez captivos y 20 bu[e]yes. Siguió [a] nueve capitanes que triumphavan por su ayuda y echó del Senado al pueblo un capitán, convenciéndole de haver hecho mal su oficio, llamado Tito Romulio, lo cual tengo por la mejor cosa que hizo.

No fueran menores las hazañas de Manlio Capitolino si no las estragara al cabo de su vida. Antes de cumplir 27 años havía ganado dos despojos; fue el primero que siendo cavallero recebió corona mural, cinco cívicas, 37 dones, 33 heridas delante de su cuerpo. Libró a Publio Servilio, maestro de cavalleros, estando él mismo herido en un muslo y en un hombro. Y, sobre todo, él solo havía librado el Capitolio de los francesesb y, en él, todo el estado de la república si no lo hiziera por se haber rey. Pero en estas cosas, aunque hay mucha parte de virtud, hay la mayor de fortuna.

A Marco Sergio ninguno le pondrá (según pienso) delante otro hombre con razón, aunque su viznieto Catilina haya derogado la gracia a su nombre. La segunda vez que ganó sueldo perdió la mano derecha y en otras dos conductas recebió 23 llagas. Y, por tanto, después, cuasi manco de ambos pies y manos, con un solo siervo, siendo soldado débil, ganó otros muchos sueldos. Fue dos vezes cautivo de Haníbal, que no tuvo a quienquiera por contrario; dos vezes se soltó de sus prisiones, guardado 20 meses continuos en cadenas o grillos. Peleó con sólo la mano izquierda cuatro vezes, hasta matar dos cavallos en que andava. Hizo hazer la derecha de hierro y, con ella atada al brazo, exercitava la guerra. Libró a Cremona de cerco, defendió a Placencia y tomó 12 reales de enemigos, en Francia. Las cuales cosas parecen de una plática que hizo siendo pretor,11 como le inhabilitasen los compañeros para asistir en los sacrificios por ser manco:12 ¡Válame Dios, qué montones de coronas ganara si fuera otro el enemigo (porque no haze poco el caso en tiempo de cuya virtud nazca cada uno), qué de coronas cívicas le diera Trebia,13 Ticino14 y Thrasimeno!15 ¡Qué corona mereció en Canas,16 donde escapar huyendo fue summa obra de virtud! Todos los otros, por cierto, fueron vencedores de los hombres, mas Sergio lo fue también de la fortuna.

a. Corona hecha de hierbas del lugar asediado.

b. Galos.


EL INTERPRETE

1(El más fuerte). La materia de la fortaleza es la muerte, que se recibe en la guerra por el bien común, y fuerte, el que acomete las cosas terribles, pero iguales a las fuerzas proprias por honesto fin y por la manera y orden que conviene y animoso el que en la execución desto carece de todo temor. Pero el un extremo es temeridad y el otro covardía. Hay cinco géneros de fortaleza aparente y no verdadera. El primero, en que se acometen los peligros por cobdicia de honra o temor del castigo, o necesidad del lugar; el segundo, en que por el conocimiento de la guerra; el tercero, por fiereza natural; el cuarto, por dicha y costumbre de vencer; el quinto, por ignorancia del peligro. Tampoco es fuerte el que por evitar el trabajo se ofrece a la muerte. Y es de advertir que son más fuertes los que sufren los peligros que no los que los acometen, porque se suele acometer lo igual o menor y sufrirse lo mayor, y también más el que sufre el dolor que no el que el deleite, porque es cosa fácil tomar contento en sufrir los deleites, pero muy dificultosa tomarle el dolor. Quien quisiere ver esto más a la larga y con mayor fundamento y razón, vea Aristóteles en sus Ethicas porque al presente no se sufre tractarlo más difusamente. 2(El VI Anal). Anales se llamavan las historias que procedían de año en año. 3(Lucio Sycio). Lo mismo escrive de él Aulio Gellio en el segundo libro de sus Noches Atticas. 4(Tribuno). Estos eran como agora jurados. 5(34 despojos). Eran los que quitava el vencedor al vencido.

6(Sin hierro). Ansí eran las que los latinos llamavan puras y solían dar por premio a los que la primera vez vencían en la guerra. No es en esta parte de callar haver sido cerca de algunas gentes las astas insignia de los reyes, como lo es hoy la corona y aun, acerca de otras, honradas en lugar de dioses, y de allí vino ponerlas en la mano a sus estatuas. Y no faltaron otras que jura van por ellas, lo cual todo creo haver nacido acerca de la Antigüedad, por ser el principal instrumento con que se hazía la guerra, por la cual en la vida se conservan los reinos y augmentan los estados y, en la muerte, se dexa immortal gloria y fama. Y ansí pintaron a Pallas con una lanza como diosa della y aun quieren dezir que por eso se llamó Curetis. 7(Jaezas). Ornamento era de cavallos, como hoy es, aunque también de cavalleros y varones nobles. Como parece de Livio en el IX [de] Ab Urbe Condita. 8(Collares). Dava éstos el capitán a los soldados por alguna hazaña, añadida cierta cuantidad de trigo. Déstos havía dos géneros porque unos se dezían simplares y otros dipiares, como se puede ver en el libro segundo de Vegetio, De Re Militari era también ornamento de cavallos. 9(Armillas). Presente era del capitán a los soldados, que traían en el brazo izquierdo. Llamáronse armillas, como dize Festo Abarmo, que ansí solían llamar el espalda y brazo porque eran manillas del brazo o escudo. De ahí tomaron el nombre las armas con que se pelea, y los escudos o blasones, indicio de la nobleza de los linages. 10(De oro). Según se ve en Aulo Gellio, libro quinto, capítulo VI, las coronas que se davan a la gente de guerra en premio y señal de sus hazañas eran de diversas maneras, y las más nobles: triumphal, cívica, mural, obsidional, castrense, naval, oval y de oliva. Las triumphales eran de oro, las obsidionales davan los que eran librados de algún cerco al capitán que los librava, y eran de grama, pero que huviese nacido en el lugar do estavan cercados. Las ciudadanas davan los ciudadanos unos a otros por haverse librado en la guerra, para con ellas testificar de la vida y salud recebida, y hazíanse de hojas de roble, porque no quiero referir la opinión de Masurio acerca desta cosa. La mural era la que dava el capitán al primero que subía el muro y entrava en el pueblo de los enemigos por fuerza. Quien quisiere ver las que restan lea a Gellio en el lugar allegado y otros muchos que después de él las han declarado, que yo me contento con traher aquí razón de solas aquellas de que Plinio se acordó en el presente capítulo.

11(Pretor). Havía pretores de la guerra, los cuales eran como capitanes generales, y otros como capitanes de la guarda del príncipe y otros de la ciudad, y éstos eran, como agora, alcaldes, no obstante que no juzgavan, sino ius dicebant, conviene a saber, que davan la instrucción del juizio a los juezes y, ellos, finalmente, executavan la justicia. 12(Manco). Porque los que eran faltos de algún miembro no los admitían en los sacrificios, según que hoy se platica en los sacerdotes y ansí parece tomar aquí Plinio débil por lisiado, lo cual a esta causa interpretamos, como he dicho. 13(Trebia). Río es, al pie de los Alpes, señalado por la victoria de Aníbal.14(Ticino). Dízese hoy Pavía. Pueblo noble de Insubria, cuya cabeza es Milán; donde también Aníbal fatigó la gente romana. 15(Thrasimeno). Lago es en el campo de Perugia, en Toscana, a par del cual mató Aníbal al cónsul Flaminio, con 23 mil romanos, prendiendo seis mil.

16(Canas). Un lugarejo es, en la Pulla, famoso por la destruición que recebió de Aníbal el exército romano.

TOMO IV. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 1