CAPITULO XVII

De cosas notables de cuerpos

Consta por experiencia que cuanto hay de las plantas1 de los pies hasta la coronilla, hay desde el dedo menor de la una mano hasta el dedo mayor de la otra, teniendo extendidos los brazos.

Como también que algunos tienen en la parte derecha más fuerza,2 otros igual en ambas, otros mayor en la izquierda, aunque esto jamás acontece en las hembras.3 Y que los machos son de mayor pesadumbre,4 y los muertos más que los vivos,5 y los dormidos6 más que los despiertos, y que los cuerpos muertos de los varones andan en el agua de espaldas, y los de las hembras boca abaxo,7 como teniendo naturaleza cuenta con la vergüenza de las defunctas.


EL INTERPRETE

1(Plantas). Tuvo cuenta Naturaleza en la fábrica del cuerpo humano, aliende de otras cosas, con las medidas y proporción que unos miembros tienen con otros, de la cual habla largamente Vitruvio en su tercero libro De architectura, capítulo I, y después de él algunos modernos. 2(Más fuerza). En la parte derecha hay más fuerza por el mayor calor que procede de estar el corazón enmedio del cuerpo, como vemos en las disecciones y afirman los más doctos de los médicos, y el hígado en la parte derecha. Cuando este calor es tal que baste para dar fuerza a ambas partes házense los hombres ambidéxteros, que las mugeres no pueden por la falta de su calor, y si el corazón inclinare al lado izquierdo o su influxo, naturalmente o por el exercicio de aquel lado, harase el hombre zurdo o izquierdo. 3(En las hembras). Ansí lo dize Hippócrates en la VII partícula de los Aphorismos, aphorismo 45, cuya causa refiere en el comienzo Galeno diziendo acontecer a causa de la debilidad de su naturaleza. Porque, si algunos varones usan de ambas manos por la fuerza de sus nervios y músculos, conforme a razón es que ninguna muger lo haga, como le deva bastar que use medianamente del derecho. 4(Pesadumbre). Esto puede venir de ser mayores los cuerpos de los hombres que los de las mugeres, como dize Aristóteles en el libro primero De la generación de los animales, capítulo IX, o de ser los huesos de las hembras más delicados y las carnes más fofas, aunque menos ralas. Algunos leen esta letra al contrario, pareciéndoles que la muger, por su frialdad y humidad, habrá de ser más pesada. Pero muestra su engaño la ordinaria experiencia, y ¿qué más puede lo que he dicho para que exceda el hombre en pesadumbre, que lo que ellos trahen en prueva de su opinión? 5(Que los vivos). Por faltarle el ánima y calor natural y, finalmente, por haver exhalado todas las partes ígneas y aéreas y quedar las térreas y pesadas.

6(Y los dormidos). Por la conformidad que en no exercitarse algunas acciones tienen con los muertos. 7(O las hembras). Por la pesadumbre del pecho y barriga, que en ellas vence a la de los varones.

TOMO IV. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 1