CAPITULO XIII

Cuál sea la razón del engendrar

Hállanse particulares disconvenencias1 de cuerpos, y los que entre sí son estériles, ayuntados con otros, engendran, como Augusto y Livia. Iten, otros y otras2 engendran solamente hembras o machos, y muchas vezes, después de la hembra, macho y, después del macho, hembra, como aconteció a la madre de los Grachos 12 vezes, y a Agrippina, muger de Germánico, nueve. Algunas son estériles en la mocedad, otras paren una vez en la vida, otras malparen ordinariamente y éstas, si alguna vez con remedios y cuidado detienen lo del vientre, paren cuasi siempre hembra. El Divino Augusto vido, el año que murió, nacido a Junio Sillano, nieto de su nieta, el cual, siendo procónsul3 de Asia en la sucesión del príncipe Nerón, fue muerto con su ponzoña. Quinto Metello Macedónico dexó seis hijos, 12 nietos, y entre yernos y nueras y los demás que le saludavan con nombre de padre, 27. En los Actosa de los tiempos del Divino Augusto se halla haver sacrificado en el Capitolio Cayo Crispino Hilario, del noble linage de los fesulanos, compañeros en su duodécimo consulado de Lucio Sylla, a 11 de abril, con nueve hijos, entre los cuales huvo dos hijas, 27 nietos y 29 visnietos y nueve nietas, llevando ante sí el aparatob del sacrificio.

a. Por Anales.

b. Por pompa.


EL INTERPRETE

1(Disconveniencias). Está sacado todo lo que en este capítulo se contiene, fuera de lo que toca á la historia, del séptimo libro De los animales de Aristóteles, capítulo VI. Y es de notar que la esterilidad acontece algunas vezes por falta del varón y, otras, por falta de la hembra. Del varón, cuando su simiente es muy cálida y retostada, o fría, líquida y aguanosa y flaca, cual es la de los hombres muy viejos, o más gruesa de lo que conviene. Y también cuando el miembro genital es muy corto, de manera que no se alcance a derramar la simiente en apto lugar de la madre, lo que no pocas vezes acontece por ser muy gordos y ventrudos. Por falta de la hembra, arando la madre es muy cálida y seca, o, por el contrario, muy fría y húmida, y ansí lo testifica Hippócrates en la 5a partícula, en el aphorismo LXII, diziendo que las que tienen la madre fría y espesa no conciben, antes se desvanece en ellas la simiente, y las que la tienen seca y tostada donde se corrompe por falta de mantenimiento. Tampoco conciben las muy gruesas, según parece de Hippócrates en el aphorismo XLVI de la 5ª partícula, por apretar el redaño la boca de la madre, y ansí no conciben si primero no las enflaquecen y hazen de más magra habitud. Pero tampoco conciben las muy flacas o, si conciben, luego malparen, como dize el mesmo autor en la misma partícula, en el aphorismo XLIV. Otras no conciben por tener la madre débil, angosta o corta, o por estar atapados sus vasos, cerrados o ciegos, a causa de alguna cicatriz o por estar el cuello de la madre torcido o su boca muy angosta o muy ancha. Y aun cuando se exercita este acto forzosamente, es por la mayor parte sin efecto. También la edad más u menos provecta de lo que conviene, y forma más o menos a propósito, son impedimento de la generación. Porque para ser la muger fértil es menester que tenga tamaño moderado, anchura de empeine y lomos, eminentes las asentaderas, suficiente vientre, el pecho angosto y tetas amplias. Las cuales cosas verás extensamente escripias con otras muchas en este mismo propósito en el libro que Hippócrates compuso περί άΦόρων o De Sterilibus. Y aunque esto sea ansí, no se deven considerar las causas de la esterilidad en solo el macho o la hembra, mas también la conveniencia y disconveniencia dellos y lo que resulta de la mezcla de sus simientes, como dize Hippócrates en el libro De Natura Humana, por estas palabras: “que razón lleva que de uno se engendre algo como ni de muchos pueda hazerse, si no tuvieren temperamento con que entre sí convengan”. Hasta aquí Hippócrates, porque acontece que dos excesos de que resultara esterilidad, contemperados entre sí, produzen y, por el contrario, dos simientes que entre sí fueran fértiles, juntadas con otras, son infecundas o en sí o en las que dellas suceden, como lo muestra Aristóteles en el libro segundo De Generatione Animalium capítulo VI, en los asnos y cavallos, los cuales hazen hijos fértiles juntados con sus especies y, trastrocados, hazen muías que, o no paren, o no conservan sus hijos si no es por privilegio particular de alguna región o error de naturaleza. Y ansí será verdad lo que afirmaron Plinio y Aristóteles, conviene a saber, que hay cierta conveniencia y desconveniencia de cuerpos, los cuales entre sí no engendran y ayuntados con otros de diferente naturaleza no serían infecundos. 2(Otros y otras). La causa desto es el diverso temperamento de los padres quiera sea natural, quiera accidental, quiera venga por efecto de los años. 3(Procónsul). Porque leo: Junius Sillanus, quicum Asiae obtieneret proconsulatum. Y que esto se haya de entender de Junio, y no de Marco Syllano, sácase del libro treceavo de Cornelio Tácito, puesto que él diga que murió con veneno de Agrippina y Nerón, en lo cual difiere de Plinio. En lo demás, procónsul era como agora virrey.

TOMO IV. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 1