CAPITULO VI

De las señales de haver concebido y de las del sexo que, en las preñadas, preceden al parto

Dolores de cabeza1 diez días después de la cópula, vaguidos y ceguedad en los ojos, fastioa de los manjares y desasosiego de estómago, son señales de haver concebido. La que trahe varón,2 tiene mejor color y mejor parto y siéntelo menear a los cuarenta días. Todo es al contrario cuando trahen hembras; un peso intolerable, una hinchazón de piernas y de la ingre izquierda,3 y el movimiento de la criatura a los noventa días. Mas, ora sea macho, ora sea hembra, se siente mayor congoxa cuando le nacen los cabellos,4 y al tiempo de la oposición, la cual es contraria a las criaturas aun después de nacidas, y tanto altera a la preñada el andar y cualquiera otra cosa por liviana que sea, que si usa de manjares salados5 nace la criatura sin uñas y, si respira,6 pare con mayor dificultad. El bostezo7 es en el parto mortal, y el estornudo,8 después de la cópula, causa que no se conciba.


EL INTERPRETE

1(Dolores de cabeza). Vienen estos accidentes a las preñadas diez días, poco más a menos, según las más o menos superfluidades que hay (como dize Aristóteles en el libro séptimo De la naturaleza de los animales) después de haver concebido; porque cerrándose la madre para la conservación de la simiente, como dize Aristóteles, y retenida por la mayor parte la sangre menstrual, se comienzan ya a comunicar a los miembros superiores, ansí animales como vitales, vapores gruesos y crudos, que dellos son la causa, y ansí lo afirma Galeno en el sexto libro De Locis Afectis e Hippócrates en la 5ª partícula de Los aphorismos donde dize suceder males de la madre, faltando o excediendo la regla, que se puede entender aún de la falta que es necesaria en las preñadas. 2(La que trae varón). Esto acontece por el calor que reina en la simiente cuando se concibe macho, y por la frialdad y flaqueza della cuando se engendra hembra. 3(De la ingre izquierda). Porque leo inguinis levi tumor; que como anden las hembras por la mayor parte en el lado izquierdo y en el derecho los varones, según dize entre otros Hippócrates en el Aphorismo XLVIII de la 5a partícula, parece que se deva sentir en él esta hinchazón. 4(Los cabellos). Es de Aristóteles en el libro allegado y acontece esto en el sexto mes, porque en éste reina Mercurio, planeta indiferente. El cual, aliende que da perfección a la forma de las partes extremas y con su sequedad endurece la criatura y engendra ciertos pelos y superfluidades, con su mobilidad y fatiga haze que se comience a mover desordenadamente. De donde nace sentir, como dize Plinio, en este tiempo, grande trabajo las preñadas. No que el engendrarse las dichas superfluidades le cause, sino que cuando se engendran, que es al sexto mes, se sienten, por razón del dominio de Mercurio, que de lo uno y de lo otro es la causa. 5(Salados). Esto es de Aristóteles en el libro séptimo De los animales, capítulo IV y házese por enxugar y consumir la sal las superfluidades que havían de ser materia de las uñas. Donde, y en el capítulo III, el mismo autor refiere casi todo lo que en el presente Plinio enseña.

6(Si respira). Si atrahe aire, porque cuando esto se haze se dilata el pecho y vientre; lo cual es causa de retenerse la criatura. 7(Bostezo). Oscitatio especie es de desperezo, que es lo mesmo que los latinos llaman pandiculationes o halices. Ambas estas disposiciones, como parece de Galeno en muchos lugares, demuestran superfluidades enbevidas en los murecillos, los cuales procura naturaleza de expeler con los ya nombrados movimientos, según fuere el miembro donde estuvieren allegadas, y ansí, en el parto, muestran daño y aflicción de la criatura, no obstante que es cierto acontecer también en los sanos por otras mucho más livianas causas. 8(EI estornudo). Movimiento grande es de la cabeza (según dize no en una sola parte Galeno) con que se sacude de algunos vapores ventosos que la ocupan y enojan, aunque ayudada de los músculos del pecho. Y como aprovecha a las que con dificultad paren o tienen algo apegado a la madre (como dize Hippócrates en el Aphorismo XXXV y XLIX de la 5ª), ansí, si acontece después de la cópula, estorva el concebir, despidiendo la simiente.

a. Por fastidio.

TOMO IV. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 1