CAPITULO XXXI

De las islas del mar de Ethiopía

Ephoro afirma haver por todo aquel mar muchas islas, como también Eudoxo y Timóstenes. Mas Clitarco dize haver sido hecha al rey Alexandro relación que havía una tan rica que los habitadores della daban por un caballo un talento de oro y, otra, donde se hallaba un monte sagrado y sombrío, por una selva de cuyos árboles destilavan olores de admirable suavidad.

Llámase Cerne una [isla] que está frontera al golfo de Persia y contraria a Ethiopía, cuya grandeza y distancia de tierra firme no se sabe aún; que se dize della tener pueblos ethíopes. Ephoro certifica que los que navegan del mar Bermejo a ella no pueden, por causa del grande calor, pasar adelante de ciertas columnas (que ansí se llaman unas islas pequeñas). Polybio afirma que Cerne, puesta en lo postrero de Mauritania, enfrente del monte Atlas, dista de tierra por ocho estadios. Cornelio Nepos dize distar de tierra firme mil pasos, principalmente frontero de Carthago, y que no tiene de ámbito más que dos mil.

Escrívese también de otra isla que está enfrente del monte Atlas llamada ansimismo Atlantis. De ésta, [a] cinco días de navegación, hay desiertos, hasta los ethíopes hesperios y el promontorio que llamamos Hesperionceras, rodeándose lo primero desde ahí la frente de las tierras al occidente y mar Atlántico.

Enfrente deste cabo se dizen estar las islas Gorgades,1 corte antiguamente de los gorgones, distantes por navegación de dos días de tierra firme, según lo cuenta Xenofón Lampsaceno. Pasó hasta ellas Hannón, capitán de los africanos, y dexó escripto ser vellosos los cuerpos de las mugeres, y que los varones se le escaparon por su ligereza, y puso los cueros de dos gorgones en el templo de Juno, por causa de indicio y de milagro. Los cuales se vieron allí hasta que se conquistó Carthago.

Cuéntanse también, aliende déstas, otras dos ínsulas Hespéridas,2 y son todas las cosas acerca de éstos tan inciertas que Statio Seboso afirma que desde la isla Gorgonas hay hasta las Hespéridas navegación de 40 días y de éstas a Hesperionceras de uno, y no hay fama más cierta de las ínsulas de Maritania. Agora consta de algunas pocas enfrente de los autololes, halladas de Juba, en las cuales había ordenado de teñir la púrpura de Getulia.


EL INTERPRETE

1(Las islas Gorgades). Otros las llaman Gorgonas, y dizen algunos ser de éstas la que halló Fernando de Poo y les dio nombre. 2(Hespéridas). Algunos quieren ser las de Cabo Verde y otros nuestras Indias Occidentales, y se esfuerza a provarlo por muchas razones que al presente callo; véalas quien quisiere en la Historia de las Indias Occidentales, que escrivió Oviedo. A lo que escriví de las Gorgades podría estorvar lo que dixo Hannón haver allí mugeres vellosas y haver llevado pellexos de ellas, etc. Pero a esto responde el autor de aquel parecer que podrían haverse acavado o que pudo llevar pieles de monas muy grandes que allí hay en abundancia para hazer de más espanto y más admirable su navegación.

TOMO IV. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 1