CAPITULO XXX

De formas diversas y admirables de hombres

Llámase toda esta gente Etheria, después Athlantia y, últimamente, de Ethíope, hijo de Vulcano, Ethiopía. No es maravilla que se engendren en sus partes últimas formas de animales y de hombres monstruosas, siendo artífice de figurar estos cuerpos y esculpir estas efigies la mobilidad ígnea. Y a la verdad es fama haver en la parte que está más adentro del oriente gentes sin narices, con llanura igual al resto del rostro, unas de las cuales carecen del labio de arriba, otras carecen de lengua y, otras, teniendo la boca pegada y ningunas narices, respiran solamente por un agujero y beben atrayendo el agua por unas cañas de avena, y se sustentan de sus granos, porque nace ésta por los campos espontáneamente. A otros déstos sirven de lenguaje las señas y movimientos de los miembros y aún a algunos no fue conocido antes de Ptolomeo Lathiro, rey de Egipto, el uso del fuego. No faltan autores que afirman habitar la nación de los pigmeos adelante de las lagunas de que nace el Nilo.

Pero en la costa donde quedamos se ven bermejear unas montañas continuadas que parecen arderse. Toda esta región, desde Meroe, está encima de los trogloditas y mar Bermejo. Desde Napta, por camino de tres días, hasta la costa del mar Bermejo, se guarda el agua llovediza en muchos lugares para gastar, siendo la región que está entre medias fértilísima de oro. Lo de más adelante ocupan los atabulos, gente de los ethíopes. Después están, enfrente de Meroe, los megaboros que algunos llamaron adiabaras; tienen éstos el pueblo de Apolo. Parte son, de éstos, los nómades que comen elephantes. Enfrente, habitan parte de Africa los macrobios. Otra vez, desde los megaberos, están los memnones y davellos y, por viaje de 20 días, los critensos. Más adelante de los cuales están los dochos, después los ginmites, siempre desnudos, y después los anderas, matitas, masagebes e hiporeas, pintan con tinta negra todos sus cuerpos. Pero, de la parte de Africa, los medimnos; después, los nómades que se sustentan de leche de cinocéfalos, olabos y syrbotas, los cuales se dize ser de ocho cobdos [de estatura].

Aristocreón afirma estar en el lado de Libia, desde Meroe, el pueblo Tolen camino de cinco días y, después, camino de otros 12, Esar, pueblo de los egipcios que huyeron de Psaméthico. Dízese haver habitado en él 300 años. Darón dize por el contrario ser el lado de Arabia su pueblo, Bión le llama Sape lo que él Esar y dize significarse con este nombre los extranjeros, y que la cabeza de éstos, en la ínsula, es Sembobitis y el tercero, en Arabia, los saos.

Pero entre los montes y el Nilo habitan los symbaros y phalanges y, en los mismos montes, los asachas, con muchas naciones; dízense distar de la mar por camino de cinco días; viven de caza de elephantes. Obedece a la reina de los semberritas una isla que está en el Nilo. Distan désta los ethíopes nubios por camino de ocho días. Está un pueblo de éstos llamado Tenupsis en la ribera del Nilo. Los sambros, acerca de los cuales todas las bestias carecen de orejas, hasta los elephantes. Pero de la parte de Africa, los ptoembaros [y] ptoemphanas, que tienen un perro por rey, adivinando de su movimiento lo que les quiere mandar. Los auruspos, en un pueblo edificado lexos del Nilo. Después, los achisarmos, phaliges, marigeros y casamarros.

Bión pone otros pueblos en las ínsulas. Después de Sembobitis, hazia Meroe, camino de 20 días de la ínsula cercana, el pueblo de los semberritas, que obedece a una reina y otro llamado Asar y Darón, pueblo de otra. La tercera [isla] llaman Meode, en que está el pueblo Asel, la cuarta llaman Garode, con el mismo nombre que el pueblo.

Después, otros pueblos por la costa: Navos, Montunda, Andatis, Setundo, Colligat, Secande, Navectabe, Cumi, Agrospe, Egipa, Candrogari, Arabam y Sumaram.

Dízese que una región encima de Sirbito, do se acaban las montañas, tiene ethíopes marítimos, nisicastes y nisitas, que significa varones de tres y cuatro ojos, no porque ellos sean ansí, mas porque usan de grande puntería y consideración en el tirar de las saetas. Pero, de aquella parte del Nilo que se estiende sobre las Syrtes mayores y océano Meridiano, dize llamarse Dalión, los que solamente usan de agua llovediza, cisoros y longoporos; desde los acalices, camino de cinco días, los usibalcos, isuelos, pharusos, valios y cispios; los demás son desiertos. Después se siguen cosas fabulosas: hazia el occidente, los nigroas cuyo rey dizen tener un solo ojo en la frente; los agrióphagos, que por la mayor parte viven de carnes de onzas y leones; pámphagos que comen de todo: antropóphagos que comen hombres y cinamolgos, con cabezas de perros, artabatitas que andan vagando a modo de fieras de cuatro pies, a unas partes y a otras. Después, los hesperios y perorsos, de quien hablamos en los confines de Mauritania. Una parte de los ethíopes vive solamente de la[n]gostas, haziendo dellas cecina con humo y sal, para que les duren por todo un año; éstos no pasan de 40 años.

Tuvo Agripa por cierto que toda la tierra de los ethíopes, con el mar Bermejo, no tiene en longitud más que dos cuentos y 170 mil pasos, ni en latitud, con el superior Egipto, más que un cuento y 297 mil. Algunos dividieron su longitud desta manera: desde Meroe a Sirbito, navegación de 12 días; de ésta a los Davellos, de otros 12; de éstos al océano Ethiópico, camino de seis días y, universalmente desde el Océano hasta Meore es parecer de casi todos los autores que haya 725 mil pasos y de ahí a Siene lo que diximos.

Está, pues, Ethiopía desde el oriente hiberno hazia el occidente hiberno. Están las selvas suyas meridionales pobladas por la mayor parte de ébanos y, desde su parte media, sale sobre el mar un monte muy alto que arde con perpetuos fuegos, llamado de los griegos Theon Ochema,a dende el cual hay navegación de cuatro días hasta el cabo llamado Hesperioncerasb confín a Africa, a par de los ethíopes hesperios. Algunos dizen que hay también en este espacio unos pequeños collados cubiertos de deleitosas sombras donde habitan egipanes y sátiros.

a. Carro de los Dioses, de θεός, dios y όχημα, carro.

b. Cuerno Occidental, de έσπερος, vespertino, occidental y κέρας cuerno.


EL INTERPRETE

Aquí se prosiguen las partes más australes hasta las tierras que en aquel tiempo se conocían.

TOMO IV. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 1