CAPITULO LXXXIII

De [prodigios] de tierras vistas una vez

Vídose una vez, según que lo hallamos escripto en los libros de los toscanos, en el campo mutinense,a siendo Lucio Marcio y Sexto Julio cónsules,b una grande extrañeza de tierras. Porque concurrieron dos montes entre sí, juntándose y apartándose con grandísimo ruido y se levantó enmedio del día, de entre ellos, para el cielo, llama y humo, mirándolo desde la vía Emilia1 grande muchedumbre de cavalleros romanos y de familias y caminantes. Deste concurso fueron destruidas todas las alcariasc y muerto muchos animales que havía en ellas. Esto aconteció un año antes de la guerra social,2 la cual no sé si fue más dañosa a Italia que las civiles.

Vídose, también, en nuestro tiempo, un prodigio no menos espantoso en el año postrero del principado de Nerón (según que escriviendo su historia declaramos) porque se pasaron los prados y olivares de la heredad de Marcellino, cavallero romano y procurador de la hazienda de Nerón, que estava en el campo marrucino, a la otra parte de la vía pública, o camino que llamamos Real.

a. De Módena.

b. 91 a. C.

e. Cortijos.

d. Hoy Chieti, en la costa adriática.


EL INTERPRETE

1(La vía Emilia). Esta iva desde Placencia a Arimino.e 2(Guerra social). Esta tractaron los romanos con los etruscos y samnites, con rebeliónf de casi toda Italia contra la Ciudad,g en que pereció gente innumerable de ambas partes, porque no quedó en Italia cosa que no sintiese sus males y trabajos.

e. De Piacenza a Rímini.

f. Acaudillada por Espartaco, el año 73 a. C.

g. Roma.

TOMO IV. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 1