CAPITULO LXXX

[Del abrirse] la tierra

De suerte que se mueve el viento y sacude de diversas maneras y resultan deste movimiento obras maravillosas; prostrados, en unas partes, los muros1 y en otras tragados con hondas simas y aberturas; en unos, vomitadas cosas de grande peso y, en otras, nacidos ríos y otras vezes fuegos o fuentes cálidas y, en otras partes, forzando a los ríos que tuerzan sus caminos. Precede y acompaña a estas aberturas sonido terrible y, algunas vezes, un ruido o murmullo, semejante a bramidos o vozes humanas o a sonido de golpes de armas, según la cualidad de la materia que lo recibe y la forma de las cabernas o concavidades por donde anda, precediendo con menos estruendo por las angosturas y resurtiendo ronco en lo recorvado; bramando con lo duro y ondeando en lo húmido y acuoso, y bramando, también, contra lo macizo.

Ansí que muchas vezes se haze sonido sin que se mueva y no se mueve jamás con simple movimiento, antes tiembla y sacude y, algunas vezes, queda abertura en la tierra que muestra lo que sorbió; otras, lo oculta, cerrada el abertura y, otras, de tal manera restaurado e igualado el suelo que no queda de lo que precedió vestigio o rastro alguno; haviéndose vezes, no pocas, tragado ciudades y campos espaciosos.

Tiemblan, por la mayor parte, los lugares marítimos, aunque no carecen deste mal los montuosos. Tengo yo por averiguado que han temblado muchas vezes los Alpes y el Apenino y tiembla más vezes la tierra por el otoño y verano,2 como también se hazen rayos, y por tanto en Francia y Egipto no tiembla, estorvándolo en Egipto el calor del estío y, en Francia, la frialdad del himbierno. Y más de noche3 que de día y son los mayores movimientos los que acontecen por la mañana y por la tarde pero los más ordinarios, ya que quiere amanecer.4 Házense los diurnos a mediodía5 y en la conjunción6 del Sol y de la Luna, por estar entonces las tempestades sosegadas, en especial, cuando sucede a las lluvias, calor o, al calor, lluvias.7


EL INTERPRETE

1(Prostrados los muros). Refiere en este capítulo (que es sacado casi a la letra de Aristóteles) algunas especies de terremotos, como es lo que llaman ruina y caída, y otros inclinación; el hiato o abertura en que se arrojan grandes pedazos de tierra, y la que llaman agitación o temblor, las cuales especies todas reduce Aristóteles a dos, que son: pulsación y temblor. Porque haziendo el mar cabernas y cuevas en la tierra, la dispone a estos terremotos. 2(En el otoño y verano) . Esto acontece (como dize Pli[nio]) por la misma razón que caen en este tiempo rayos y es haver entonces calor que baste a levantar exhalaciones que son la materia destas dos maneras de tempestadas y no bastante a consumirlas. 3(De noche más vezes). Porque a causa de la frialdad de la noche, calentándose más las cavernas de la tierra, se dilata a más espacio la exhalación, y haziéndose ansí mayor, es causa de terremoto. 4(Estando cercana la luz). La causa es estar entonces más fuerte el calor en los lugares subterráneos. 5(A mediodía). Por ser entonces los rayos del Sol más eficaces y hazer mayor penetración. 6(En el eclipse). Porque entonces se echan los vientos y tempestades sobre la tierra y cuando se hazen los terremotos está el aire de fuera tranquilo y sosegado.

7 (Cuando sigue calor a las lluvias). Algunos entienden cuando después del agua se sigue calor o, después del calor, agua: no calor del Sol, sino que proceda de las entrañas de la Tierra. Y dizen que si el seguir calor a las aguas nace de las exhalaciones que están debaxo de la Tierra, se da a entender que éstas, por su gran fuego, causarán, trabajando de salir, terremoto. Y seguirse aguas tras este calor es causa que los poros y agujeros de la Tierra se cierren, y no pudiendo salir, causen las exhalaciones este movimiento. Otros entienden estas palabras de Plinio de tiempo más largo, diziendo que es señal de terremoto suceder a un año llovioso otro cálido o al cálido otro llovioso. La razón desto declaran ser que, si preceden aguas, cerrados los poros de la Tierra, se encarecerán las exhalaciones, las cuales, dilatadas con el calor del año que sucede, causan este daño y, ansí, precede calor, engéndrame exhalaciones, las cuales, encerradas con el agua que sucede, y buscando salida, causan terremoto y este sentido parece cuadrar más, que no el otro, con la experiencia.

TOMO IV. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 1