CAPITULO LXIX

[De cómo esté] la Tierra enmedio del mundo

Consta por razones evidentes estar la Tierra enmedio del mundo, pero clarísimamente el ser las horas del día iguales a las de la noche,a al tiempo del equinoccio, porque si no estuviese en el medio no podrían ser iguales las noches a los días, según que también se ha hallado por las dioptr[í]as, que principalmente lo confirman cómo en el tiempo equinoccial por una misma línea se vea el orto y el ocaso del Sol y el orto solsticial y ocaso brumal por la suya, lo cual en ninguna manera pudiera acaescer si no estuviera en el centro.

a. De la salida a la puesta del Sol dividían los romanos en 12 horas, así como de la puesta a la salida. Solamente en los equinoccios tienen igual duración el día y la noche y sólo entonces tienen igual duración las horas, sus doceavas partes.


EL INTERPRETE

Demuestra aquí estar la Tierra enmedio del mundo, y pruévase por algunas razones. La primera: si la tierra estuviese más cercana a alguno de los polos, no se haría equinoccios el [h]orizonte obliquo, porque distando igualmente la tierra de los trópicos ningún [h]orizonte la partirá en dos partes iguales, sino fuese el recto, ni crecerían o descrecerían los días en iguales espacios. La segunda: siempre nacen seis signos y se pone otros seis, lo cual no acontecería si la Tierra se allegase más a alguna parte del cielo porque jamás se vería la mitad de él. La tercera: si la Tierra se allegase más a oriente o a occidente, no [h]abría iguales espacios desde el oriente a mediodía y del mediodía al poniente, como los hay. Iten, los [h]orizontes parten en iguales partes como parece en las conjunciones del Sol y de la Luna y en los eclipses, luego la Tierra está enmedio. La cuarta: el cielo dista igualmente de la Tierra, luego la Tierra está enmedio. La mayor proposición se prueva por las estrellas del que llaman firmamento, las cuales siempre distan igualmente de la Tierra. Las dioptrías también muestran lo mismo, porque una misma línea se ve el orto y ocaso en el tiempo del equinoccio; quiero dezir que, si de mañana se mira el Sol que nace por la regla del instrumento, cuando se pusiere el Sol se verá por la misma regla. Queda pues llano que la Tierra está enmedio del mundo.

TOMO IV. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 1