CAPITULO LIX

Del arco [celeste]

Llamamos arcos los que sin milagro1 o prodigio acontecen muchas vezes, porque ni aun dan indicios que se deva creer de días serenos o lloviosos. Cosa es muy clara2 el rayo del Sol, que hiere la nuve cóncava, siendo rebatida su punta tornarse a volver al Sol y hazerse variedad de colores por la mezcla de las nubes, rayos y aire; y ansí no se hazen sino estando contrario el Sol, y nunca más grande que medio círculo, ni de noche, aunque Aristóteles afirme3 haver sido en este tiempo alguna vez visto, lo cual confiesa él no poderse hazer sino en la Luna llena. Házese, por la mayor parte, en el himbierno4 desde el equinoccio autumnal, yéndose haziendo menores los días, los cuales, por el contrario, cresciendo desde el equinoccio del verano, no acontecen, como ni en el tiempo del solsticio cuando los días son más largo [s], Pero en la bruma, quiero dezir en los más cortos, se haze muchas vezes. Parecen estos arcos altos cuando el Sol está alto5 y menores cuando sale o se pone, pero más anchos. Y en el mediodía, angostos, aunque de mayor ámbito. En estío, no se ven al tiempo de mediodía. Después del equinoccio del otoño, a cualquier [h]ora, y nunca más que dos.


EL INTERPRETE

1(Milagro). Dize ser fuera de milagro porque tienen causa natural manifiesta y fuera de prodigio pues (como él mismo dize) aún no dan significación a quien se deva dar crédito de días serenos o lloviosos, que es lo que más estos arcos havían de mostrar, y por el consiguiente, ni otra cosa alguna. 2(Cosa es muy clara). La causa eficiente del arco del cielo (que llaman iris los griegos) es la lumbre del Sol, y la material, la nube, que ni es agua ni vapor ácueo, sino una media naturaleza o nube rorida,a que por su liviandad aún no cae abaxo. Lo cual se conoce en que encomenzándose a espesar, luego el arco desaparece. Y la [causa] formal, la refracción de los rayos. Agora será bien que digamos de sus colores, advirtiendo primero que como pase la lumbre por esta desigual materia, es necesario que se nos representen varios y diversos, según que vemos acaescer cuando pasa por alguna vedriera. Aristóteles sintió ser tres los colores del arco, conviene a saber: amarillo que es el más remiso, más llegado al blanco y apartado del negro, y éste dixo estar en la parte interior del arco, ansí por llegarse más a la vista y ser della mejor penetrado, como por ser en aquella parte la nube menos espesa, a causa de estar más cerca del Sol. El exterior llamó purpúreo o colorado, color más intenso y cercano al negro por las contrarias razones, y el de en medio, verde, el cual es de naturaleza media entre los dos sobredichos, por las medias razones que para ello hay, y si acontece al contrario en los arcos que se suelen hazer entre el principal y el Sol, es porque éstos no se hazen de la reflexión de la lumbre del Sol, sino del arco principal, y ansí son siempre menores, y como los árboles o animales u otras cosas semejantes se representan en el agua plantados al revés, ansí acontece también en estos segundarios e interiores arcos. Podrían parecer otros colores según la diversidad de la nube y concurso de la lumbre y nuestra vista y la repercusión destos mismos colores entre sí, como es el rojo. Pero los dichos son los más principales. Otros dizen haver visto la iris toda blanca, y esto acontece de la raridad del vapor y gran esplendor de la lumbre y buena disposición de la vista en sí y en distancia proporcionada o, por ventura, a causa de la espeseza de la nube que no dexa penetrar la lumbre, de donde, hecha la repercusión en la superficie, no pudo recibir color del cuerpo mezclado. Da Aristóteles, por semejanza de la generación del arco, el agua que corre de algún caño contra el Sol, iten las iris que se hazen por el himbierno, soplando ábrego en las luzes. Lo mismo acaece en los vidros, telarañas y cuellos de algunas palomas y otras aves, especialmente índicas, en que se representan colores tan diversos como admirables. Vense ordinariamente en las anoriasb desta ciudad de Toledo, donde escrivimos. Pero la causa, porque parece en figura de arco y no en otra como el círculo en el halón,c o de línea como en las vergas, o del mismo Sol como en los parelios, es que aunque todo el vapor opuesto al Sol se pinte con sus rayos, pero, sola, parece la iris circular, porque se ve desta lumbre solamente lo que se reflexa, según ángulos iguales a un punto del exe de la pirámide radial. Porque ni los rayos interiores ni los exteriores que caen en la superficie de toda la nube rorida, concurren en un mismo punto a la vista, de donde viene que la vista juzga que todas las demás partes de la nube rorida carecen de lumbre, como acontece en la superficie plana del agua, en cada punto de la cual está la forma del Sol, Luna, y otras estrellas, aunque no se ve en un cierto lugar, dende el cual, se haze la reberveración a la vista, y mudado este lugar, se ven luego otras y otras formas del cuerpo luminoso, del cual se haze a la vista apta reflexión. De manera, que si se llevaren tres o más líneas orthogonalmente, de los puntos de la reflexión a la línea perpendicular que cae en la total consistencia del vapor del centro del cuerpo luminoso, aquellas estarán en la misma superficie por la quinta del undécimo de Euclides, y serán iguales por la trigésima segunda y vigésima sesta del primero. Luego, en el punto de su concurso, está en el exe del centro del círculo por la nona del tercero, y porque las partes de todo el rayo no se reflexan a ángulos iguales, no parece todo el círculo, puesto caso que la lumbre esté por toda la nube derramada. Porque los rayos que se reflexan a mayores ángulos que los de los rayos reflexados a la vista, se reflexan a otro lugar del exe más adelante del punto de la vista, y los que a menores concurren antes del dicho punto de la vista y ansí, ni los unos ni los otros, se ven si no fuese de otros hombres que se hallan en lugares y distancias proporcionadas. De do es que se ven diversas íridesd según se mudaren los lugares. Luego estará dicho por qué parece la nube circular y cóncava, conviene a saber, porque ni los rayos interiores ni exteriores que caen en la sobrehaz de toda la consistencia del vapor, concurren a un mismo punto a la vista. Mas la causa porque se haga sólo medio arco y no entero círculo como en el halón o corona, es que la iris se haze estando el Sol contrario, de manera que el centro del Sol, de la vista y de la iris, estén siempre en una línea que sea exe de la pirámide de la iluminación del vapor rorido. Luego, será necesario que parezca sobre el horizonte medio círculo o menos que semicírculo, porque, si el Sol estuviere en el oriente o en el poniente, el arco será semicírculo por la oposición diametral de los centros en el horizonte, y si se levantare el centro del Sol sobre el horizonte será menor que semicírculo, porque entonces el centro del círculo de la base de la pirámide de la irradiación se pondrá abaxo del horizonte y ansí cuando se levantare el centro del Sol se abaxará el centro del círculo, y será necesario verse menos que el semicírculo y, tanto menos, cuanto el centro del Sol se levantare más sobre el horizonte, de do es que estando el Sol en el meridiano, será el arco menor que si estuviere en otra parte alguna. Síguese destas cosas, que el cuerpo luminoso en el tiempo de la aparición de la iris, o está en el horizonte, o sobre el horizonte, luego nunca se puede ver entero círculo sino fuese casualmente por reverberación de la lumbre solar de la nube a la tierra u otra nube, en medio de la cual haya vapor rorido, y esté la vista entre el vapor y la nube de quien se haze la reverberación, y no se ve en la iris imagen o ídolo del Sol como en el espejo, porque no puede la figura de la cosa vista llegar a los ojos por la muchedumbre de la refracción y raridad de la nube que no puede contener la forma recibida. Mas en los parelios vese la imagen del Sol como en espejo, por la lisura y continuidad de la nube según que ya lo tenemos declarado.

3(Aunque Aristóteles afirma). En el tercero De los Meteoros. 4(En el himbierno). Por la frialdad que causan entonces los vapores más crasos y más húmidos. 5(Cuando el Sol está alto). Verás la razón de la notación postrera deste capítulo.

a. Con o cubierta de rocío.

b. Por norias.

c. Halo grande.

d. De iris, arco-iris.

TOMO IV. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 1