CAPITULO XXXIX

De la mudanza natural de los tiempos: [verano e himbierno]

Cosa es averiguada haver algunas causas ciertas1 invariable[s] de2 la diversidad de los tiempos y cosas y, otras, fortuitas o de razón hasta agorano sabida; porque ¿quién dubda causarse del movimiento de las estrellas los estíos e himbiernos y todo lo demás, que en los tiempos se entiende por todo el discurso del año? Luego de la manera que se sabe tener el Sol virtud de variar el año, ansí se puede creer que tiene cualquiera de las otras estrellas su propria fuerza y vigor fértil para exercitar su naturaleza, pues unas abundan en humor líquido, otras en éste mismo cuajado en heladas, otras en liquor espesado en nieves o helado en granizos; unas en vientos, otras en templanza y otras en vapor; unas en rocío y otras en rigor y yelo. Las cuales estrellas no se han de tener por tan pequeñas como parecen, pues declara su inmensa altura no ser ninguna della menor que la Luna. Luego cada una exercita en su movimiento su naturaleza. Y esto manifiestan, principalmente en las lluvias, los tránsitos de Saturno3 y no sólo tienen esta fuerza los planetas, pero muchas estrellas también de las que están fixas en el cielo cuando son solicitadas de los planetas que se les allegan, o estimuladas del concurso de sus rayos, como vemos acontecer en las Súculas4 que llaman, por esta razón, los griegos, con nombre de lluvia, Hyadas,a aun algunas espontáneamente5 y a ciertos tiempos, como el nacimiento de la imagen celeste que llaman Hedos; mas el signo de Arturo nunca casi nace sin granizo tempestuoso.

a. De ύάδες, lluvioso.


EL INTERPRETE

1(Causas ciertas). Llama causas ciertas los nacimientos y ocasos de las estrellas que nacen y se ponen a tiempos ciertos y determinados, de do es que produzen siempre ciertos y no causales efectos con su acción propria para ellos destinada, como el nacimiento del Sol en Aries, que haze el verano, y en Cáncer el estío, y las que tienen los planetas y estrellas para produzir efectos diversos y fortuitos, las que no se goviernan con cierta o perpetua razón celeste, o cuya acción no fuese propria o suficientemente destinada para el tal efecto, como los vapores que se levantan de la tierra se cuezen diversamente y reciben diversas formas, según la cualidad del aire y de la región. 2(Ciertas e invariables). Porque la causa de los tiempos del año y la fuerza del cielo es siempre cierta y constante, mas la de las cosas inferiores recibe mudanza y variedad, o a lo menos, no es sabida su causa. 3(Los tránsitos de Saturno). Quiere dar a entender que los tránsitos de Saturno manifiestan, con las aguas que causan, las mudanzas que hazen en el aire los cuerpos celestes, porque si la Luna, apartada de la conjunción, oposición o cuadraturas, caminare para Saturno por signos o lugares de su naturaleza húmidos, causa por la mayor parte lluvias que, según creo, llama aquí Plinio tránsitos, lo que el vulgo de los astrólogos nombra aperciones portarum. Si no entiende por tránsito lo que los griegos dizen [en blanco en el texto] que es cuando pasa por unos y por otros lugares, como cuando pasa por signos áqueos o áreos, etc. Y ansí dize Ptolomeo [en blanco en el texto]. 4(Como en las Súculas). La proposición principal deste capítulo, en cuyo exemplo se acordó destas Súculas o Hyadas que están en la frente del Toro, es que los planetas se hazen eficaces con sus movimientos y esto provó, primero, con el pasaje de Saturno, por signos en que haze lluvias. Los cuales no son solos en causar estos efectos porque las demás estrellas fixas varían también los rayos según el planeta que se les acercare o las mirare con algún aspecto, como entenderá el que del todo no careciere de la astrología, porque es cierto que Marte más cálidos y secos efectos produzirá cuando pasare por estrellas fixas de semejante naturaleza que si por frías y húmidas, y ansí las conjunciones magnas de los planetas que se hizieren en signos cálidos y secos, harán grandísimos calores y sequedades y, en signos húmidos, antes humidad. 5(Espontáneamente). Quiere que algunas estrellas fixas, sin ser provocadas de los rayos de las erráticas, hagan mudanzas de tiempos en su nacimiento cósmico: que éste entiende Plinio por la mayor parte como más principal y de mayor efecto, y con estas estrellas, digo, los Hedos y las Hyadas, de naturaleza de Marte y Júpiter, de do es que muchas vezes nace con granizo tempestuoso.

TOMO IV. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 1