CAPITULO XIV

Del movimiento de la Luna

Averiguada cosa es que llevando la Luna sus cuernos siempre bueltos al contrario del Sol,1 si crece, mira con ellos a oriente y, si mengua, a occidente2 y que el segundo día3 después de la conjunción se pondrá más tarde que el precedente, por espacio de 47 minutos y medio de hora y ansí hasta la oposición. Desde allí a la conjunción saldrá cada día más tarde que el precedente otro tanto, y que se oculta siempre dentro de 14 grados de distancia4 del Sol. Desto se entiende ser los otros planetas mayores que ella, pues muchas vezes se parecen en solos siete grados de distancia, aunque su altura es causa que se tengan por menores, como de que entre día no se vean5 tiniendo ellos la misma luz de día que de noche, según se ve claro en los eclipses del Sol y desde los pozos muy hondos.


EL INTERPRETE

1(Bueltos al contrario del Sol). Que la Luna, llevando siempre los cuernos bueltos al contrario del Sol, si crece, mira con ellos a oriente, e muestra desta manera [véase la fig. 2]: Sea el cuerpo de la Luna ABCD, el cual esté en conjunción con el Sol. Entonces será necesario que el Sol esté en la E y nuestro ojo en la F, en el cual sitio, la mitad de la Luna que está alumbrada, conviene a saber, BAD, estará toda buelta hazia el Sol, y el ojo que está en la F no podrá ver lumbre alguna. Pero, apartándose de la conjunción hazia las partes siniestras del mundo, que es hazia oriente, y quedando el Sol en la parte derecha u occidental, que muestra la G, consta alumbrarse por la parte que mira al Sol, que es por la derecha, IADK. Y porque la mitad DCB está buelta a la vista F y la porción de ésta, DIK, está alumbrada, cuya parte más angosta es la que está acerca de la H, centro, la cual parte es más occidental que el resto de su circunferencia BK, síguese que la Luna, cuando crece, mira con sus cuernos a la B, parte oriental del mundo. 2(Y si mengua, a occidente). Esto se muestra por casi el mismo discurso. La causa destos casos es que, creciendo, siempre precede al Sol y es vespertina y, descreciendo, le sigue y es matutina. 3(Y que el segundo día). Porque cuando la Luna se aparta de la conjunción del Sol a causa de la vezindad de sus rayos no puede el primero día verse sino muy raras vezes, el segundo apenas, y algunas vezes ni aun entonces, hasta el tercero, según que es en su movimiento más presurosa o tardía y por la mayor parte desque a dos días luce un dodrantea y una semunciab de hora que son 47 minutos y medio de hora. Porque hora, que es el asísc o salido, contiene 60 minutos y el dodrante o nueve [doceavas] partes son 45 minutos, y la semuncia o media onza, que es la 24a parte, son dos y medio, que juntados, hazen 47 minutos y medio de hora. Este, pues, es el tiempo que la Luna, apartada de la conjunción que tuvo con el Sol, se pone cada día de los que se siguen más tarde que en el precedente y ansí saca sus ocasos hasta ser llena, que es el tiempo de la media lunación. Este mismo es el tiempo en que la Luna, apartándos[e] de la oposición que tiene con el Sol, nace cada día de los que se siguen más tarde que en el precedente y ansí detardad sus nacimientos continuamente hasta la otra conjunción. Agora será bien dezir la razón que siguió Plinio en esta parte, para lo cual se entienda que el tiempo sobredicho de las horas en que la Luna añade luz o se pone más tarde que el día precedente o quita, que es nace[r] más tarde, se ha de buscar en las partes de la línea equinoccial.

FlG. 2. Aspectos de la Luna, según su posición relativa con el Sol.

Dúbdase, pues, cuántas partes de línea equinoccial corresponden a la parte del Zodiaco que pasó la Luna desde la tarde del día precedente hasta la del que se siguió. Dize Plinio que 47 minutos y medio de hora, que es lo mismo que 11 grados y 45 minutos de equinoccial, porque 4 minutos de hora valen 1 grado de equinoccial. Acordárase otra vez Plinio de la misma habitud en el libro XVIII en aquellas palabras supra terras autem erit quam diu Sol, etc., las cuales declararemos a su tiempo. Agora será bien advertir, aliende de lo ya dicho, que habla Plinio de dos maneras en todo este lugar de la cuantidad del mes, según parece más claro de otro que precedió poco más arriba do dize que, en 27 días y la tercera parte de otro, pasa los mismos espacios que la altísima estrella de Saturno en 30 años y que deteniéndose en la conjunción con el Sol, a lo más largo, dos días, sale después de 30 otra vez a las mismas mudanzas. Porque aquí haze mención de 27 días y la tercera parte de otro, que son ocho horas, en que pasa el ámbito del Zodiaco, y luego de 30, después de los cuales sale otra vez a las primeras mudanzas. Pudiéranse en este propósito declarar por qué razón haya Plinio, en el [capítulo] XVIII, callado las 16 horas y otras algunas cosas, de las cuales una no me pareció dexar de dezir en qué se dificulta, porque Plinio mide con iguales intervalos los crecimientos y descrecimientos del resplandor nocturno de la Luna por cada día, de do parece que tiene por cierto ser igual el movimiento de la Luna por las partes del Zodiaco y pasar siempre en igual tiempo iguales porciones de él, como la Luna ni en su orbe se mueva de contino igualmente, antes unas vezes retarde y otras apresure su movimiento ni en el Zodiaco porque tomadas las Ephemérides y apartado algún movimiento del día que se sigue y tentado esto por muchos exemplos se hallará el arco del Zodiaco, comparado entre dos días, unas vezes más largo y otras más corto. Después desto ya que reciviésemos este movimiento como igual por cada uno de los días, con todo esto, el arco de equinoccial que le corresponde y se dize ascensión no es igual con el arco del Zodiaco. Antes tiene el signo de Aries una ascensión, Tauro otra, y otra diferente Gémini. Luego si responden arcos diferentes de la línea equinoccial a los arcos del Zodiaco aunque fuesen iguales, responderán por fuerza más diferentes siendo realmente desiguales. Y porque aquellos intervalos, conviene a saver: dodrantes, semuncias y dextantese sicílicos se toman de la línea equinoccial, no podrán ser iguales en cada uno de los días, pero menores cuando la Luna anda ligera, y mayores cuando es en su curso tardía. A esto respondo en breves palabras que aunque el movimiento preciso y exacto de la Luna sea, verdaderamente, unas vezes más largo y otras más corto por todos los momentos de los días, pero que al fin del mes sale de la misma manera que el igualado del movimiento de ambos, no curandof de precisión. De las ascensiones rectas, de quien se toman los dodrantes y dextantes, es una misma la satisfacción, porque la diferencia de las partes de la equinoccial con las partes del Zodiaco se allega casi a la sexta parte de una hora, conviene a saver, de diez minutos. Pero esto que hay de diferencia cuasi se iguala en cada uno de los cuadrantes de cualquier principio de círculo que comiencen, de manera que convengan en la suma y, por tanto, fue lícito tomar los artículos lunares según igual razón de tiempo por cada día. 4(Dentro de 14 grados de distancia). Adviértase aquí que, puesto caso que la Luna se oculte distando por 14 grados del Sol y los otros planetas por 7, no por eso se sigue que sea tanto menor que las otras estrellas. Antes havía Plinio de considerar que faltándole a la Luna casi toda su luz se ve, la cual [luz], si faltara a las otras, allegándose al Sol se ocultaran, y aunque distaran por todo el cielo, pues aun estando llenas de lumbre y distando de día por una cuarta parte del cielo no se parecen, como la Luna, en espacios mucho más cortos en presencia del Sol y días muy claros e ilustres, pueda fácilmente verse. 5(Como de que entre día no se vean). Porque leo sicut inter diu non cerni, quitando aquellas palabras affixas caelo solis fulgore, como superfluas y que hazen sentido fuera del propósito de nuestro autor en el presente lugar.

a. Nueve doceavas o tres cuartas partes.

b. Una veinticuatroava parte de la unidad.

c. Por as, unidad de cualquier especie.

d. Retarda.

e. Diez doceavas o cinco sextas partes de la unidad.

f. Cuidando.

TOMO IV. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 1