Libro Segundo




DEL MUNDO, DE LAS COSAS CELESTES, TERRESTRES Y DEL AIRE



CAPITULO I

Si el mundo es finito y si es uno

El mundo,1 que por otro nombre ha agradado llamar cielo, con cuyo ámbito se cubren todas las cosas conforme a razón, parece creer[se] que sea deidad2 eterna3 e inmensa que ni fue engendrada ni tiene jamás de perecer. Lo que está fuera4 de él, ni toca a los hombres inquirirlo, ni lo puede alcanzar el entendimiento humano. Es sagrado, eterno, immenso,5 todo en todo6 o, por mejor dezir, él es el todo. Es finito y semejante a infinito,7 cierto8 de todas las cosas y semejante a incierto, abrazándolo todo en sí, dentro y fuera.9 El mismo es obra de naturaleza10 y la misma naturaleza de las cosas.

Tengo por desatino11 haver querido algunos averiguar su tamaño y osado escrivirlo, y que otros, tomada de aquí ocasión12 o dándola a éstos, hayan afirmado que huviese mundos sin cuento,13 de manera que fuese necesario admitir otras tantas naturalezas, o si una sola asistiese a todos,14 otros tantos soles y otras tantas lunas. Y ansí, de todas las demás cosas15 que aun en uno son immensas y sin número, como que no se huviese de ofrecer la misma dubda al cabo deste discurso con deseo de algún fin. O, ya que la tal infinidad se pudiese atribuir a esta naturaleza formadora de las cosas, no se dexase entender lo mismo en uno con mayor facilidad, principalmente en tan grande obra. Locura es por cierto16 grande salir fuera de él, y dexadas todas las cosas que dentro de sí contiene por conocidas inquirir las exteriores, como que fuese posible alcanzar la grandeza de algo el que la suya no sabe, o ver el ánimoa del hombre lo que no cabe en el mismo mundo.

a. Por entendimiento.


EL INTERPRETE

1(Mundo). Porque el intento de Plinio es escrivir historia natural comenzando del cielo estrellado y discurriendo por el ethrab y elementos hasta venir a la Tierra, [sus] regiones, ciudades de cuenta, ríos, mares y montes que contiene, plantas y animales que cría y minerales que concibe en sus entrañas, da [Plinio], primero, la difinición del mundo, de quien el cielo, Tierra y todas las demás naturalezas (como sienten Aristóteles y Cleomedes) son comprehendidas, diziendo que es deidad eterna, immensa, que ni fue engendrada, ni tiene jamás de perecer. 2(Deidad). Si quiso que no huviese primera causa distinta del mundo (la cual apenas ha havido philósopho que no confesase con sola lumbre natural) encerrado todas las cosas dentro de la natura sensible, erró feamente con Epicuro y con otros que concedieron divinidad a muchas criaturas. Mas si la atribuyó divinidad por ser causa inmediata a Dios en la producción de las cosas y por causa de su Hazedor, que asiste en todas ellas esencialmente y con suprema jurisdición y potestad, según aquello que nos significó Virgilio, de opinión de Platón, en los versos que comienzan: Principio caelum ac terras camposquae liquentes spiritus intus alit, puede permitírsele. 3(Eterna). Algunos philósophos antiguos, y entre ellos Aristóteles, viendo que no havía razón humana que claramente pudiese mostrar haverse hecho de nada el Mundo, no osaron apartarse de aquel parecer tan recebido de sus predecesores en que se afirmava [que] de nada no poderse produzir cosa, ni lo que era algo poderse bolver en nada, y ansí creyeron que el mundo ni havía comenzado, ni tenía jamás de perecer, confirmándolo con razones tan flacas que no sólo no merecen respuesta ni satisfación, pero causan admirarnos de que siendo Aristóteles constriñido a confesar una Causa Primera distinta del mundo y causadora del resto, no se haya persuadido a creer que ésta pudiese criar sin presuponer materia y bolver lo que le plaziese en nada, según que lo tuvieron otros philósophos en esta parte más acertados, y como lo enseña la Sancta Scriptura cuando dize que crió, Dios, en el principio (no de principio) el cielo y la Tierra, que quiere dezir que le hizo y formó de nada, fuera de la vía ordinaria en que las cosas naturalmente suelen produzirse.4 (Lo que está fuera). Leo: huius extera ne quae indagare interest hominis. 5(Immenso). Habla en respecto de la flaqueza de nuestros entendimientos que no pueden medirlo, porque poco más abaxo le llamará finito.

6(Todo en todo). Alude a la opinión de los peripatéticos, los cuales tienen que este mundo, cuando toca al último cielo, no es contenido de otra cosa alguna ni está en lugar, por lo cual dize que está en sí mismo. 7(Finito y semejante a infinito). En respecto de la flaqueza de nuestros sentimientos es infinito, mas, en la verdad, es finito. Lo primero, porque se mueve circularmente, y esto no pudiera ser si fuera infinito, pues no fuera posible bolver al mismo punto de donde partió siendo las líneas llevadas del centro a la circunferencia también infinitas. Lo segundo, porque lo infinito no puede moverse en tiempo finito, lo cual el cielo haze. 8(Cierto). Cierto es en sí, pues fue criado de la sabiduría infinita con sumo consejo y orden, mas es incierto en las opiniones de los hombres, las cuales vemos ser a cada paso varias y diversas. 9(Dentro y fuera). Porque abraza todo lo que está dentro de su concavidad y también comprehende su convexo pues él lo es todo, como acaba de dezir.

10(Obra de naturaleza). Porque en él se contienen las causas y los efectos naturales de todo.11(Tengo por desatinados). Como fue Eratósthenes. 12(Tomada de aquí ocasión). Porque los que quisieron averiguar su tamaño dieron osadía a otros de afirmar que huviese infinitos mundos, o éstos, poniendo infinitos mundos, fueron ocasión que otros quisiesen averiguar su tamaño. 13(Mundos sin cuento). Como fueron Demócrito y otros muchos cuyo desatino es manifiesto, pues aliende de lo que Plinio dize, no hay dubda moverse los cuerpos simples con cierto y determinado movimiento, lo cual no pudiera ser si huviera muchos mundos, antes se viera confusión manifiesta de cielos y tierras. También, como haya un movimiento sempiterno y regular havrá un solo mundo, el cual no es menester multiplicar pues es capaz de todos los otros cuerpos. 14(O si una asistiese a todos). Porque leo incubaret; otros leen incubarent, pareciéndoles que estos finitos mundos se pueden imaginar de dos maneras; una, como un montón de globos o bolas (que con este exemplo se dará bien a entender) y que ésta significó cuando dixo innumerabiles tradidisse mundos; otra, como si muchos cascos o círculos rodeasen un centro y que ésta dio a entender por aquellas palabras, aut si una omnes incubarent. 15(Y ansí de todas las otras cosas). Porque quito sidera.c

16(Locura es por cierto). Reprehende aquí a los que no conociendo aún lo que está dentro en el mundo, procuran rastrear lo que está fuera de él, y ansí ponen infinitos mundos. Puesto caso que sea lícito al hombre con lumbre sobrenatural y de fe contemplar, no sólo las cosas naturales que con lumbre sola natural (aunque no con tanta certeza) se alcanzan muchas vezes, pero también las sobrenaturales y altísimas a do la razón humana es imposible que, por sí sola, atine ni allegue. De manera que se tenga por llano ser finito el mundo, pues se govierna por Providencia, y lo que así se rige está sujeto a la voluntad de otro y, lo tal, no es infinito. La Providencia se colige de la juntura y cómoda travezón de las partes del mundo y de la forma que hazen, del orden constante y firme de las cosas, del armonía y correspondencia entre las causas y los efectos, las cuales no se mezclan temerariamente para engendrar un tercero, antes todo está a raya dentro de su especie y, finalmente, del fin, según el cual todas las cosas encaminadas de Dios obran. Y esto no puede constar sin Providencia. Su término, como dize Cleomedes, es lo vazío, esto es, infinito, y tiene las vezes de lugar que contiene el mundo, aunque el mundo no está en lugar, porque como el lugar sea de cosa que se acaba en cuerpo y el vazío no se acabe en cuerpo, síguese que el mundo no está en lugar. Y este vazío, aunque es de naturaleza incorpórea, simple, tenue, obscura y no tangible, la cual no tiene figura por su parte exterior, ni cosa que haga o padezca mas de recebir en sí el cielo, ni está presencialmente en algún cabo, antes consta por la mayor parte de imaginación, a manera de lo que nos representa en sueños y de la que llaman los peripatéticos materia prima, que son las sobras de la simiente de que se hizo primero el mundo, pero no se puede llamar nada pues en lo que es nada no se acaba cosa alguna, ni menos lo puede comprehender la imaginación.

b. La parte más elevada del firmamento.

c. Porque lo considera incluido en cosas.

TOMO IV. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 1