Del TEQUÍXQUITL o nitro mexicano
A ninguna otra tierra es inferior Nueva España en la producción del verdadero nitro, llamado por los árabes aurac y por los indios tequíxquitl. Lo barren de la tierra seca del lago o lo raspan de los muros o de las grutas; es rosado y blanco y por lo general ligeramente agujereado, frágil, y ya colado tiene la forma y limpidez del nuestro. Parece, a este propósito, muy extraña la opinión de los que sostienen porfiadamente que el nitro común, usado para licuar y disolver los metales y para hacer que las armas guerreras disparen balas de plomo, es diferente del nitro de los antiguos, o no saben distinguir la espuma de nitro, que se encuentra principalmente en grutas, cuevas y demás cavidades subterráneas en forma de espuma y ligera y admirablemente blanca, del afronitro, que participa a la vez de la naturaleza del nitro y de la espuma de nitro, y afirman en cambio que el afrolitro es diverso del afronitro. En Nueva España se barre pues con escobas o se recoge con las manos, de los lagos secos en estío, una buena cantidad de legítimo nitro y de afronitro blanquísimo condensado en granos como de sal común, y se guardan para usarse. Abunda en ellos todo el lago mexicano. Es el nitro de naturaleza un tanto más acre que la sal, pero tan semejante, que si colándolo varias veces se separan sus partículas más gruesas, se obtendrá al punto verdadera sal. En ciertos alimentos y viandas es más propio y agradable que la sal misma, pues su efecto no es el mismo de ésta, sino que añade un algo de más gustoso. Con agua o vino limpia la cabeza y quita la caspa y demás inmundicias que suelen invadirla. Es tónico y secante; hace burbujas y espuma igual que el smegma o detersivo o que el llamado jabón. Lo admiministran los médicos indios mezclado a otras medicinas, que ellos llaman patli, y dicen que es frío. No es de asombrar, entonces, que muchos aseguren que el alcanfor, tan picante y fácilmente inflamable, es de naturaleza frigorífica, y que el nitro echado en el vino o el agua los enfría extraordinariamente, con más eficacia que al granizo mismo, el hielo o la nieve. Ablanda además las mazorcas de maíz mezclado al agua en que se cuecen, y mejora su sabor notablemente. Es muy bueno, espolvoreado en el agua, para lavar y limpiar las piernas y los pies, pues los protege, por cierta virtud tónica y astringente, contra el frío y las grietas que suele causar. Me aseguran las indias médicas que se extirpan los piojos y se cura completamente la alopecia, lavando y limpiando enérgicamente la cabeza con orina nitrada, y untándola luego con sangre menstrual de una primeriza, reservada al efecto.
TOMO III. HISTORIA NATURAL DE LA NUEVA ESPAÑA 2