CAPITULO LI


De la culebra ATALIGATO


Es pequeñita, no más larga ni más gruesa que una pluma de ganso. Se encuentran juntas en número de ciento o más, y nunca separadas. No son venenosas, pero son de otra manera tan dañinas, que si atacan a alguno a quien encuentran dormido no hay medio de arrancárselas, y al fin lo matan mordiéndolo por todas partes y lo devoran luego por completo.

TOMO III. HISTORIA NATURAL DE LA NUEVA ESPAÑA 2