CAPITULO CXVII


Del TOZNENE


Este género de loro es de colores verde y amarillo; tiene ojos rojos, pico blanco o negro, y pies pardos pero tirando a blanco. Es más bien dispuesto y hábil que los demás para imitar el lenguaje humano, sobre todo entre los españoles. Al género segundo, que es de colores verde y rojo, cabeza blanca y menor tamaño, lo llaman cocho; es también locuaz y no muy distinto del anterior, aunque su voz es diferente; los españoles llaman a estos loros catarinas. El tercero es el quiltoton, de color verde, del tamaño de la llamada calandria o de la cogujada sin penacho; tiene una mancha blanca en la frente, pico blanco y pies negros; repite las expresiones humanas, y vuela en bandadas con sus congéneres, en tanto que los demás se ven sólo en parejas. Todos nidifican en árboles altos. El primer género de que hablamos elige ciertos árboles que no abandona nunca y que, al pasar a los herederos, son de gran utilidad a sus dueños tanto por las aves mismas como por las plumas que recogen. Hay también las que los haitianos llaman guacamayas y los mexicanos alo, todas rojas excepto los hombros y la cola, que son azules, casi del tamaño de la gallina de nuestra tierra, de pico grande, blanco y retorcido, pies negros y carne también negra, entre las cuales se encuentran algunas que, enseñadas, imitan el lenguaje humano aunque de manera tosca y desmañada, y que empollan, como las demás aves domésticas, en las casas donde las tienen. Se encuentran también otras de color verde claro, pico y pies negros, cola y hombros de un verde subido, y no menores que las antes dichas; viven en las cumbres de los montes y en los altos pinos, gritan con fuerza y vuelan en parejas. Hay otras monteses, de aspecto desaliñado, que no se domestican ni crían en las casas. Ninguna de estas aves tiene carne comestible, pues es negra y de mal sabor. Es común a todas el mover ambas mandíbulas, cosa que no hace ninguno de los otros animales. Hay además otros géneros de que hablaremos separadamente, y acaso también daremos más detalles de los antes dichos cuando dispongamos de tiempo para ello.



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TOZNENE

TOMO III. HISTORIA NATURAL DE LA NUEVA ESPAÑA 2