CAPITULO XVIII


Del IZQUIÉPATL o zorrillo que tiene un color semejante al del maíz tostado


Es el IZQUIÉPATL semejante a la zorra de nuestra tierra en mañas y tretas, y aun congénere suyo, de casi dos palmos de largo, bajo, con hocico delgado, orejas pequeñas, cuerpo negro y peludo, principalmente cerca de la cola, que es larga y cubierta de pelo negro y blanco lo mismo que todo el cuerpo, piernas cortas y negras, y uñas corvas. Vive en cuevas, entre las peñas, donde cría su prole. Se alimenta de escarabajos y gusanos; decapita las gallinas y les come sólo la cabeza. Difunde con sus ventosidades un olor fetidísimo, pero las arroja sólo cuando alguien lo persigue, defendiéndose de ese modo. Todo él exhala un olor horrible, y su orina y excrementos son también sumamente fétidos, a tal grado pestilentes, que nada puede hallarse en nuestro Viejo Mundo que pueda en esto comparárseles; por lo que, cuando se ve en peligro extremo, arrojando la orina o los excrementos a ocho o más pasos de distancia (tal es su fuerza de expulsión), se libra de todos los daños y ensucia las ropas de sus perseguidores con manchas amarillas, indelebles y que nunca pierden su hedor. Es por lo demás animal inocuo y comestible, y sólo por la dicha razón horrendísimo. Toman su carne y su estiércol con muy buenos resultados los que padecen el contagio español (o más bien indio, pues indudablemente se extendió de aquí a las demás naciones), y también contra los dolores articulares. Se hace de él un aceite vulpino no menos eficaz que el que se prepara con la zorra de nuestra tierra. Hay otras dos variedades de este zorrillo casi de igual forma y naturaleza, una llamada izquiépatl y que tiene muchas listas blancas, y otra que llaman conépatl o sea zorrillo pueril, con una sola lista a cada lado que se prolonga por toda la cola.



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TOMO III. HISTORIA NATURAL DE LA NUEVA ESPAÑA 2