CAPITULO XXI


De la hierba PAICO


Nace también en la provincia del Perú una hierba llamada PAICO, con hojas casi como de llantén, pero acres, y que aplicadas al lugar enfermo curan los dolores ilíacos. He oído decir que nace allí asimismo un árbol, cuyo nombre no conozco, parecido al olmo en el tamaño y en las hojas, y cuya raíz es acre con alguna astringencia de suerte que el polvo de su corteza introducido en la nariz purga la cabeza expeliendo la pituita. En la misma provincia, cavando la tierra, se saca una raíz como trufa, sin fibras y que no echa ningún tallo, de hermoso aspecto, del tamaño de medio dedo, cilíndrica, torcida, dibujada y de color ceniciento. Suena en ella, cuando ya está seca, el núcleo que encierra, el cual es parecido a una almendra blanca, igualmente dividido en dos partes y cubierto de corteza leonada, comestible y de sabor agradable como de avellana. Habita en la misma región un arbolito con forma de encina, arqueado, con hojas como de helecho y fruto amargo, redondo, del tamaño de una nuez y encerrado en cierta pulpa glutinosa con la que fabrican unas bolitas que llaman saponarias porque hacen veces de jabón, duras y de un negro brillante como de ébano; he oído decir que esta planta nace ya también en España. Se encuentra asimismo en el Perú una hierba muy amarga que los españoles allí residentes llaman lechuguilla silvestre por la forma de sus hojas, que son de un verde oscuro, la cual alivia el dolor de dientes lavándolos con su cocimiento o con su jugo y aplicando las hojas mismas, machacadas, a la parte enferma. Hay además otra que suelda los huesos rotos, propiedad de la cual participan muchísimas plantas de Nueva España según lo hemos consignado en nuestros libros. Dicen también que nace en dicha región (aunque esto no me parece fácil de creer) un árbol mediante el cual los indios presagian a los enfermos la vida o la muerte, según que éstos lo tomen en su mano tranquilamente o no.

TOMO III. HISTORIA NATURAL DE LA NUEVA ESPAÑA 2