CAPITULO XVIII


Del CHATÁLHUICH


Es un árbol grande, ramoso y de follaje perenne, cuyos tallos están cubiertos de pelusa rojiza, y cuyas hojas, que brotan en ellos a cortos intervalos, son parecidas a las de limón o a las de cañafístula, pero más largas y blanquecinas por debajo, las flores amarillas, y el fruto como de cañafístula también, aunque un poco más delgado, más áspero y de corteza dulce. La corteza del árbol, que es caliente y seca en cuarto grado y de color negruzco mezclado con blanco, hecha harina y tomada con agua por la mañana en dosis de dos dracmas evacúa por los conductos superior e inferior la bilis y la pituita, arroja las lombrices y gusanos que haya en el cuerpo, y es tenida por los indígenas como remedio excelente. La misma corteza mezclada con axin y aplicada detrás de los oídos, quita el dolor de los mismos. La corteza del fruto, que es dulce y de sabor parecido al de la pulpa de cañafístula, tomada de igual modo y en la misma dosis purga la bilis y la pituita, ablanda el vientre y laxa suavemente. La semilla encerrada en el fruto, molida y tomada con agua mitiga las fiebres. El agua en que se eche dicha semilla molida, si se moja en ella el peine, hace salir pronto el cabello y da una larga cabellera. Todo esto ha sido comprobado por mil experiencias. Nace en las riberas de los ríos de Xicotépec y de Pánuco. Algunos lo llaman zacaócotl y otros cañafístula.



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CHATÁLHUICH

TOMO III. HISTORIA NATURAL DE LA NUEVA ESPAÑA 2