CAPITULO IV


Del QUAUHTLATLATZIN o árbol crepitante


Es árbol grande con hojas como de moral, pero mucho más grandes, aserradas en su borde y con muchas nervaduras, tronco leonado y fruto redondo, pero comprimido por uno y otro lado, estriado como los melones, y que encierra doce o más huesos blancos, circulares, parecidos en forma y tamaño a un real de plata o a las rodajas que se ponen a los husos para hacerlos girar. Tres de éstos, con un peso de dracma y media y quitándoles cierta membrana interior y central que suele producir malestar, evacúan todos los humores por el conducto superior y por el inferior, y principalmente la pituita y la bilis; son un remedio seguro y eficaz, moderadamente cálido y muy propio para las enfermedades que provienen de frío; se tuestan un poco, se disuelven en agua y se toman por la mañana. Es cosa admirable en este fruto que, cuando madura, estallan algunas de sus estrías y se abre y rompe con tal fuerza y ruido, que se oye a gran distancia como si fuese producido por algún disparo. Nace en lugares cálidos, donde es muy común.



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QUAUHTLATLATZIN

TOMO III. HISTORIA NATURAL DE LA NUEVA ESPAÑA 2