CAPITULO LIV


De la PARADISÍACA tetzcocana


Es un arbusto de la altura de un hombre y extendido hacia todos lados, con hoj as como de olivo verdes por encima y blanquecinas por debajo, de donde le dimos el nombre, por no tener nombre indígena y ser muy parecido en lo dicho al árbol que nuestros compatriotas llaman del paraíso, y Plinio, según dicen algunos, barba de Júpiter. Los tallos son cilíndricos, lisos, y las hojas opuestas a intervalos y con otras dos mucho más pequeñas que brotan del mismo nacimiento. Su sabor es astringente y su temperamento frío y seco. Nace en Tetzcoco, de donde el sobrenombre. Parece pertenecer a las especies de michpatli.

TOMO III. HISTORIA NATURAL DE LA NUEVA ESPAÑA 2