CAPITULO XXXVI


Del PINAHUIHUITZTLI o hierba pudorosa


El PINAHUIHUITZTLI, que otros llaman cocochíatl (porque produce sopor aplicado a la cabeza o porque tocándolo parece dormirse) , es un arbusto de cuatro palmos de largo con hojas de forma algo falcada, agrupadas a trechos en número de seis y en manojos, parecidas a las de ihoixóchitl, tallos delgados y espinosos, raíz ramificada, y flores o frutos muy semejantes a erizos, verdes al principio y leonados después, y en racimos. Dicen que concilia el amor. Las hojas saben hasta cierto punto a rábano. Es de naturaleza fría, seca, astringente y glutinosa. El jugo de la raíz cura las fiebres tercianas así como los ojos inflamados, y produce sueño; la corteza cura los flujos de vientre. Es este el arbusto cuyas hojas, al menor contacto del hombre o del viento, se contraen, se juntan entre sí y se marchitan. Nace en lugares cálidos de Tepoztlan, de Quauhtlan y de Hueitlalpa, y en las colinas de Yacapichtla. Juzgo que es la misma o congénere de la que los españoles habitantes de las islas Filipinas llaman planta sensitiva, y acerca de la cual escriben (no sé si con verdad o falsamente) algunas cosas que no son verdaderas tratándose de esta que nace en los lugares dichos, como son que echa tallos rectos del grueso de una pluma de gallina, diez o doce de cada raíz, y cada uno con doce hojas distribuidas en cuatro series que distan entre sí dos pulgadas; que las hojas son semejantes a las de loto doméstico, las flores azules, parecidas antes de abrir a lenguas de pájaro, y divididas cuando ya están abiertas en tres hojas chicas; que de tal suerte la ofende el contacto o el soplo humano, que tocando con los dedos la última serie de hojas se entristece y como que se duerme, y se le caen al punto las demás hojas quedándole sólo las superiores, las cuales caen también si se tocan de nuevo; que se rompe asimismo el tallo en la parte que se toca, y que la parte que cae en tierra queda ennegrecida como si estuviera quemada por el fuego; que al soplo humano se rompe toda y cae, no sucediendo así cuando se toca con un palo, bastón u otro objeto, sino sólo por la mano o por el soplo del hombre; que es insípida y no tiene ningunas propiedades medicinales. Dicen también que en Malabar nace una planta que se contrae igualmente al contacto de la mano, con hojas como de polipodio y flores amarillas. Otros cuentan de una que nace en el Perú, que también se seca cuando se toca, así como de algunas que hay en nuestro Viejo Mundo, y principalmente en Cádiz. Pero lo que hemos escrito acerca del pinahuihuiztli lo supimos por experiencia, y ha sido comprobado por muchos infinidad de veces.

TOMO III. HISTORIA NATURAL DE LA NUEVA ESPAÑA 2