CAPITULO XXIII


Del PHEHUAME o medicina buena para el parto


Esta planta que los mechoacanenses, en cuyas tierras nace en abundancia, llaman phehuame, es llamada por nuestro Dioscórides aristolochia clematis; pero como nunca llegué a verla entre los habitantes del Viejo Mundo ni pintada ni real, en tanto que es familiar a este Nuevo Mundo, cuidé de pintarla mencionando los usos que le dan estas gentes y que yo mismo he comprobado ahora por experiencia. Es pues una planta voluble con hojas de figura de corazón, pero menores, flores purpúreas semejantes a las de los demás géneros de aristoloquia, y raíz gruesa, larga y revestida de una corteza como de alcornoque. Es ésta lo que principalmente se usa en medicina, pues es muy olorosa, acre, de temperamento caliente y seco en tercer grado, y de partes sutiles. Su cocimiento, preparado de igual manera que el de china o de zarzaparrilla o mezclado con ellos, y administrado con régimen semejante de alimentación y demás cosas que llaman no naturales, cura admirablemente cualquier afección que proviene de frío o de la peste española, alivia la tos crónica y el asma, desbarata la piedra de los riñones, cura las enfermedades de la vejiga que provienen de frío, quita los dolores de cabeza o cualesquiera otros que se han hecho crónicos, corrige el color descompuesto, provoca las reglas, acelera el parto, abre las obstrucciones y arroja el frío. La raíz misma en dosis de dos dracmas evacúa los humores crasos y viscosos, y principalmente los pituitosos, de igual modo que la raíz de todas las plantas congéneres, lo cual, según creo, fue ignorado por los antiguos. Es tenida esta planta por los indígenas en gran estima, y se cuenta entre las más saludables. Nace en regiones templadas o frías de Mechoacan, por lo cual creo que puede fácilmente trasplantarse a lugares templados o un poco calientes de España. Hay otro género de phehuame llamado menor, algo diferente en la forma pero de las mismas propiedades, con raíz fibrosa, hojas menores y zarcillos que se enredan aquí y allí, y cuyo cocimiento se dice que, entre otras cosas, aprovecha admirablemente contra las picaduras de escorpiones.



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PHEHUAME

TOMO III. HISTORIA NATURAL DE LA NUEVA ESPAÑA 2