CAPITULO XIX


Del NAHUITÉPUTZ o cuatro dorsos


Es hierba que de una sola raíz gruesa y fibrosa, echa muchos tallos de cerca de tres codos de largo, un poco más gruesos que el meñique, rojizos, y pennados con ciertos apéndices foliáceos que se extienden longitudinalmente por cuatro lados, de donde le vino el nombre; hay en ellos hojas ásperas parecidas a puntas de dardos, pero mucho mayores, y flores amarillas y estrelladas más grandes que el crisantemo. Las fibras de la raíz son calientes y secas en tercer grado, olorosas, acres, amargas, resinosas y de partes sutiles; machacadas y tomadas en dosis de media dracma con vino o algún otro líquido, curan el empacho evacuando por el conducto inferior los alimentos descompuestos; alivian espolvoreadas las pústulas que provienen del mal gálico, si antes se lavan éstas con cocimiento de ahuácatl y de xalxócotl, y abren y limpian los forúnculos. Dicen también que la raíz misma tomada en dosis de una onza, ablanda el vientre y provoca la orina. Según algunos debe tomarse en mayor cantidad, y hay quienes aseguran que provoca sudor, sana a los resfriados, y evacuando la causa cura los puntos de las fiebres y las fiebres mismas; que quita el dolor de cabeza y disipa las inflamaciones de los ojos, que calienta y tonifica el estómago debilitado por causa fría, que abre las obstrucciones de las vísceras, apresura la menstruación lenta, alivia la caquexia, y auxilia en la destemplanza fría de cualquier víscera. Nace en regiones templadas, como es la mexicana, pero no rehuye las cálidas, los lugares altos ni los campestres. Su cocimiento se introduce a las parturientas, y las hojas aplicadas maduran los tumores o los resuelven. Parece ser de la misma especie una hierba semejante a la precedente, de flor grande amarilla con púrpura, pero casi sin sabor ni olor, de naturaleza fría y húmeda, y que aprovecha a los que tienen fiebre y cura las inflamaciones de los ojos, por lo que algunos la llaman ixpatli, aunque en Chiauhtla, donde nace, la llaman a veces pitzahoaccacaxpatli, y más frecuentemente cacaxtlácotl. Vi también otra variedad de nahuitéputz entre los itzocanenses, con raíces como de eléboro, acres, calientes y secas en tercer grado, y muy eficaces para contener los flujos disentéricos, la cual no cuidé de pintar porque no tenía hojas cuando la vimos. Hay todavía otra variedad, de temperamento frío y muy eficaz para mitigar el calor excesivo del hígado.

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NAHUITÉPUTZ

TOMO III. HISTORIA NATURAL DE LA NUEVA ESPAÑA 2