CAPITULO II


Del MAZACAXÓCOTL o ciruelo cervino


Estos frutos que los indios suelen llamar xócotl por su sabor ácido, y nuestros compatriotas llaman ciruelas por la semejanza no sólo del fruto sino también del árbol mismo, se dividen, según he podido observar, en cinco variedades; pero como los árboles de todos ellos alcanzan el mismo tamaño, que es el de los ciruelos de nuestra tierra, tienen igual madera, y tallos, raíces y hojas enteramente semejantes, vamos a tratar de todos a la vez en este capítulo. Es común a todos el producir fruto adherido a las ramas antes de echar hojas, lo cual sucede en muy pocos árboles; que se preparan con sus hojas salsas y condimentos ácidos que laxan el vientre y suministran un alimento no muy agradable ni muy saludable, y que las cenizas de los árboles sirven para volver rubios los cabellos de las muchachas. Las ciruelas de la primera especie (permítasenos llamar así a estos frutos, pues no es otro el nombre que les dan los criollos), llamadas zacacoxócotl, son rojas y oblongas, del tamaño de nueces medianas, con huesos grandes duros por fuera y blandos por dentro, estriados y con forma de dátiles, y tienen poca pulpa, blanda, jugosa, y amarilla como es también el hueso. Sirven de alimento, y son preferidas a las nuestras por muchos de paladar fino pero que se han acostumbrado a ellas; ablandan el vientre y tienen un sabor agradable, dulce y ácido, pero que en manera alguna, en mi sentir, puede compararse al exquisito sabor de las nuestras. Los frutos de la segunda especie, llamados atoyaxócotl, son mucho más pequeños, amarillos, redondos, de más buen olor, de hueso más pequeño y redondo, y de gusto más agradable. El tercer fruto es el hovo de los haitianos, que los mexicanos llaman cozticxócotl, que algunos no sin cierta razón clasifican entre los mirobálanos, y que, como su nombre mismo lo indica, es amarillo; tiene manchas más grandes, pulpa más agradable, y es en lo demás muy parecido al primer fruto. El cuarto género, llamado atoyaxocotlchichiltic, es de color escarlata y el menor de todos, pero supera a los demás géneros en la suavidad del olor, que es parecido al del matzatli o piña, como le llaman los españoles que aquí habitan, y del que hablaremos en su lugar. La última variedad de estos frutos es más grande que nueces, de color de pasa, y suele llamarse chichioalxócotl, es decir, que mana sudor, porque tiñe inmediatamente las manos de quienes lo cogen. Tiene éste más abundante pulpa que los otros, hueso más chico, y es en lo demás parecido a los precedentes. El cocimiento de la corteza de todos estos árboles cura la sarna y la hinchazón de las piernas; su polvo, que es de naturaleza fría, seca y astringente, cura las úlceras. Nacen en cualesquiera lugares cálidos y húmedos, campestres u hortenses. Hay otros muchos géneros diferentes sólo por el color, que no creí oportuno describir detalladamente.

TOMO III. HISTORIA NATURAL DE LA NUEVA ESPAÑA 2