CAPITULO CXIV

Del CHILLI de la India oriental

El que los mexicanos llaman chilli oriental, los árabes, persas y turcos gengibil, y las farmacias gingiber o zingiber, nace en todas las provincias de la India cultivado y sembrado por semilla o por raíz, pues el que nace espontáneamente es muy poco estimado. Se da también en las islas Filipinas, y ha sido ya trasplantado a Haití y a México, donde cuidamos de pintarlo, y, según creo, también a España, aunque no sé si ha prosperado allí. Hay dos géneros de esta planta, el macho y el hembra. Del macho hemos tratado ya en otro lugar bajo el nombre de ancoas. El hembra o jengibre común es una hierba de dos o tres cuartas de largo con raíces tuberosas y transversales, de donde surgen tallos parecidos a cañas con hojas largas y angostas como de lirio o de gladiolo, y en el extremo capítulos algo parecidos a los de cantueso. Se siembra en el mes de marzo en regiones cálidas y en suelo fértil, abonado, labrado cuidadosamente y sombreado por algunos árboles chicos, partiendo la raíz en pedazos del tamaño del pulgar que se colocan a una distancia entre sí como de cinco dedos y a una profundidad de cinco dedos también, se cubren con la tierra y se riegan inmediatamente después de sembrados, y posteriormente dos veces por semana o una sola si el terreno es húmedo de suyo. Debe también escardarse, pero cuidando de que las plantas nuevas no se arranquen ni sufran daño. El terreno debe labrarse tres o cuatro veces por año. La cosecha se verifica cuando las hojas se secan, lo que suele acaecer a principios de enero. Una vez cortado, para guardarse debidamente se le quita la corteza exterior y se echa en una vasija con salmuera, donde se deja por una hora o media hora; se pone al sol en seguida durante un tiempo igual, y se extiende por último sobre mantas a la sombra hasta que exhale toda la humedad; pero si ésta persiste, conviene ponerlo al sol de nuevo. Para transportarse a otro lugar es necesario conservar las raíces dentro de cajas y cubiertas de tierra, y regarlas con agua dulce las veces dichas, tapándolas por la noche y destapándolas durante el día. Nada tengo que decir acerca de sus propiedades, pues son tan conocidas. Dicen los habitantes de la India oriental que partida la raíz, mezclada con otras hierbas y preparada con aceite y vinagre, se come como ensalada, pues en algunos lugares de la India, sobre todo en los más húmedos, no es como entre nosotros acre y urente.

TOMO II. HISTORIA NATURAL DE LA NUEVA ESPAÑA 1