CAPITULO CLII

Del YYAUHTLI o hierba de nubes

Esta hierba que por sus flores densamente agrupadas que semejan en cierto modo nubes, o porque resuelve las nubes de los ojos llaman YYAUHTLI, echa tallos de un codo de largo que nacen de raíces delgadas, hojas como de sauce aserradas, y flores amarillas dispuestas en umbelas, de olor y sabor exactamente como de anís, al que también se parecen las hojas y demás partes de esta planta, por lo que podría creerse que es una especie suya. Es de temperamento caliente y seco en cuarto grado casi, de gusto acre y un poco amargo, y de partes sutiles. Evacua la orina, estimula las reglas, provoca el aborto y atrae los fetos muertos aplicando al cuerpo de cualquier manera alguna partecilla de la planta; es favorable al pecho, alivia la tos, quita la flatulencia, estriñe el vientre demasiado suelto, corrige el mal aliento, aumenta la leche, combate los venenos, estimula el apetito venéreo, quita el dolor de cabeza, alivia a los dementes y a los espantados y atontados por el rayo, contiene el flujo de sangre, apaga la sed de los hidrópicos, aleja los fríos de las fiebres en sahumerio o untado, y dicen que mezclado con grasa de víbora y tomado repara las venas rotas; el vapor de su cocimiento alivia el flujo excesivo de la nariz, y la hierba misma molida y espolvoreada sana los oídos enfermos. Machacado y aplicado resuelve los tumores, calienta el estómago y cura el empacho, principalmente el de los niños. Arroja las piedrecillas y arenas de los riñones y de la vejiga, así como la pituita más crasa acumulada en ellos; adelgaza los humores; aplicado con miel al estómago contiene el vómito; cría pus, sana las úlceras, aprovecha al útero, destierra las chinches, quita las jaquecas y presta otros auxilios semejantes. Su principal utilidad consiste en que el agua donde se haya remojado por algún tiempo, tomada por la mañana durante nueve días, sana admirablemente el salpullido y los empeines. Los mechoacanenses, en cuyas tierras también nace, lo llaman tzitziqui. Es propio de lugares templados, como son los campos mexicanos, aunque también se encuentra en lugares más cálidos, y suele nacer a veces en los montes. Florece en tiempo de lluvias, esto es, desde mayo hasta septiembre, tiempo que corresponde a nuestra primavera. Se recoge la semilla en noviembre, las hojas y los tallos en febrero, y en diciembre la raíz. Llevado a nuestra tierra medraría, según conjeturo, en el suelo matritense, y adornaría los jardines filípicos.

TOMO II. HISTORIA NATURAL DE LA NUEVA ESPAÑA 1