CAPITULO LXXXVII

Del CACAHOAQUÁHUITL o árbol del cacao

Vienen a la mente, al hablar del CACAHOAQUÁHUITL, las grandes etapas de la historia humana. En el Viejo Mundo y en los tiempos primitivos, las cosas necesarias para la vida y que debían por consiguiente, cuando faltaban, solicitarse de otros, no se pagaban con dinero; no circulaba todavía moneda de oro o de plata, ni se grababan en metales imágenes del ganado, de reyes o de príncipes. Se vivía mediante el trueque de las cosas, según cantó Homero, proveyéndose mutuamente los hombres de los frutos cosechados, hasta el día en que se acuñaron los metales grabándose en ellos mil imágenes diversas. Pero en este Nuevo Mundo no habían penetrado jamás los signos de la avaricia ni había nacido la ambición, hasta que llegaron a él nuestros compatriotas traídos por las naves y los vientos. No eran para sus habitantes de tanto precio el oro y la plata, que abundaban grandemente; plumas de aves hermosísimas, telas de algodón y piedras preciosas que esta tierra produce copiosa y espontáneamente, constituían sus más preciadas riquezas. No conocía el pueblo los collares, pulseras y brazaletes sino hechos de flores, y ningún valor tenían las perlas entre ellos. Andaban casi desnudos y llevaban una vida dichosa sin preocuparse del mañana, de acumular grandes tesoros o de aumentar su patrimonio; vivían al día, siguiendo sus inclinaciones y deseos, en condición modesta pero tranquila y feliz, y gozando con gran alegría de los máximos bienes de la naturaleza. La semilla cacáhoatl les servía de moneda, y compraban con ella, cuando era necesario, las cosas principales, costumbre que dura hasta la fecha en no pocos lugares. ¿Y qué tiene esto de extraño cuando entre los pueblos orientales sirven de moneda ciertas conchas, las hojas de algunos árboles y otras cosas? De esta misma semilla con que se practicaba el comercio estaban llenos los mercados, y por su medio pasaban las mercancías a distintos dueños. Hacían también de ella una bebida, pues no habían descubierto la manera de fabricar vino, no obstante que en sus selvas nacían espontáneamente vides silvestres y labruscas (de las que hablaremos en sus lugares) que adornaban árboles y arbustos con sus pámpanos y racimos de variados colores, rindiéndolos a veces bajo su peso. De esta famosísima semilla que aún en nuestros días hace las veces de vino y les sirve de moneda, hablaremos pues en seguida, comenzando por el árbol mismo.

SEGUNDO TOTOCAPOLIN

CACAHOAQUÁHUITL

QUAUHPATLACHTLI

Es el cacahoaquáhuitl un árbol de tamaño y hojas como de cidro, pero mucho más grandes éstas y más anchas, con fruto oblongo parecido a un melón grande, pero estriado y de color bermejo, llamado cacahoacentli, y que está lleno de la semilla cacáhoatl, la cual, como dijimos, sirve a los mexicanos de moneda y para hacer una bebida muy agradable. Está formada de una substancia negruzca dividida en partículas desiguales pero muy bien ajustadas entre sí, tierna, de mucho alimento, algo amarga, un poco dulce y de naturaleza templada o un tanto fría y húmeda. Hay, que yo conozca, cuatro variedades de este árbol: la primera, llamada quauhcacáhoatl, es la mayor de todas y la que da más grandes frutos; la segunda es el mecacacáhoatl, que es de tamaño mediano, extendido y con fruto que sigue en tamaño al precedente; la tercera, llamada xochicacáhoatl, es menor, con menor fruto, y de semilla rojiza por fuera y como las demás por dentro; la cuarta, que es la menor de todas y llamada por eso tlalcacáhoatl o sea chica, da el fruto más pequeño pero del mismo color que las otras. Todas las variedades son de la misma naturaleza y sirven para los mismos usos, aunque la última sirve mejor para bebidas en tanto que las otras son más propias y cómodas para monedas. Podría también considerarse dentro del mismo género de árboles el quauhpatlachtli, pero es un árbol más grande, con mayores hojas, frutos y semillas, las cuales son más dulces que las otras y pueden comerse como almendras, tostadas o con azúcar, aunque son menos propias para preparar la bebida. Dicha bebida hecha de la semilla cacáhoatl sin agregarle ninguna otra cosa, suele administrarse para templar el calor y mitigar los ardores a los enfermos de gravedad, así como a los que sufren destemplanza cálida del hígado o de alguna otra parte. Mezclados y tomados cuatro granos con una onza de la goma que llaman holli, contienen admirablemente la disentería; pero deben antes tostarse tanto la goma como los granos, los cuales son tan grasos que puede sacarse de ellos aceite, en tanto que la goma es tenacísima y sumamente glutinosa. El uso excesivo de la bebida de cacáhoatl obstruye las visceras, descompone el color y ocasiona caquexia y otras enfermedades incurables. Pero como suelen prepararse bebidas simples y compuestas, y éstas no de un solo modo ni con los mismos ingredientes, sino con distintas flores u otras partes de ciertas plantas hechas harina, creemos conveniente detenernos un poco a describirlas. El primer género de bebida que suele prepararse con dicha semilla se llama atextli o sea pasta aguada; se hace simple con cien granos poco más o menos de cacáhoatl crudos o tostados pero bien molidos, y mezclados con la cantidad de grano indio, ablandado del modo que en otra ocasión dijimos, que cabe en el hueco de las dos manos juntas. Pero si se quiere hacer compuesta se agregan además frutos de mecaxóchitl, de xochinacaztli y de tlilxóchitl (plantas descritas en su oportunidad) también molidos, agitando la mezcla durante un tiempo conveniente. Antes de tomarse debe vaciarse de un vaso a otro desde cierta altura, hasta que se produzca espuma y suban a la superficie las partes grasosas, de naturaleza semejante al aceite, de suerte que puedan sorberse sólo las más ligeras y agradables, o gustarse unas y otras separadamente con mayor agrado. La propiedad de la bebida compuesta es excitar el apetito venéreo; la simple refresca y nutre grandemente. Otro género de bebida se hace con veinticinco granos de cacahoapatlachtli, del que se habla en su lugar, otros tantos de cacáhoatl, y un puñado de grano indio; no suele agregársele ninguna de las cosas antes dichas, que son calientes, pues sólo se busca en esta bebida refrigerio y nutrición. La tercera especie de bebida, llamada chocóllatl, se prepara con granos de póchotl y de cacáhoatl en igual cantidad, y dicen que engorda extraordinariamente si se usa con frecuencia; molidos unos y otros granos se echan en una vasija y se agitan con un batidor de madera hasta que sobrenada la parte grasosa y de naturaleza aérea, que separan y ponen aparte, mezclando al resto un puñado del antes dicho grano indio ablandado; cuando ya está lista la bebida para tomarse, mezclan de nuevo la parte grasosa que habían separado y la toman al fin tibia; la administran también con gran provecho a los tísicos, consumidos y extenuados. Otra bebida llamada tzone se prepara con grano indio y cacáhoatl tostados en partes iguales, y cocidos luego con una pequeña cantidad del mismo grano ablandado hasta espesar debidamente; sirve ésta como alimento refrescante, no como medicina. Se siembra junto al quauhcacáhoatl para darle sombra el árbol llamado atlinan, el cual no tiene, que yo sepa, ningún otro uso, y cuya imagen damos también. Nace el cacahoaquáhuitl en regiones cálidas o ardientes, en lugares pantanosos, acuosos o húmedos.

TOMO II. HISTORIA NATURAL DE LA NUEVA ESPAÑA 1