CAPITULO XXXI

De la CHUCHÚMBEQUA

La CHUCHÚMBEQUA, que los tancitarenses, en cuyas tierras nace, llaman carihcúmbequa, echa raíces ramificadas, amarillentas y cabelludas; nacen de ellas algunas ramas que arrastran por el suelo, moderadamente cubiertas de hojas alargadas, y otras erectas con hojas más ralas, más redondas y terminadas en punta, y flores amarillas. Mana leche y presenta algún amargor. El jugo de los tallos y de las raíces instilado en las llagas recientes suele curarlas como por milagro, y es por esta razón grandemente apreciada por los indígenas. Semejante a ésta es el teocoxóchitl yacapichtlense, o es la misma, pero diferente por el lugar en que nace tanto en forma como en propiedades, pues cura también las llagas recientes, pero no mana leche, y es amargo pero frío y muy glutinoso. Los tacambarenses llaman con el mismo nombre al paralios de Dioscórides o tithymalus myrsinites, del cual dicen que cuatro o cinco gotas de su leche, del jugo de las hojas o del cocimiento de las raíces, quitan introducidas los dolores que provienen del contagio gálico o de alguna causa fría; dicen también que cura los mismos dolores la raíz hecha polvo y tomada, en dosis de una dracma, con agua natural o con alguna bebida apropiada.

TOMO II. HISTORIA NATURAL DE LA NUEVA ESPAÑA 1