CAPITULO LXII

Del HOITZILÓXITL o árbol del bálsamo de Indias

La planta que los panucenses llaman chucte y los nuestros árbol del bálsamo de Indias, es llamado por los mexicanos HOITZILÓXITL o que destila resina, porque mana un líquido muy parecido al bálsamo de Siria y nada inferior en aroma o propiedades. Es un árbol de tamaño de cidro, con hojas como de almendro, pero mayores, más redondeadas y más puntiagudas; flores en las últimas ramitas, amarillas y con forma, al principio, de canastillas oblongas, pero que más tarde parecen hojas más largas y más anchas que las otras; encierran éstas, en una cavidad que tienen cerca de la punta, semillas blancas algo amarillentas, oblongas y un poco torcidas, parecidas a semillas de cidra o más bien a aquellas que los haitianos llaman maníes y suelen cubrir con azúcar, como nuestros compatriotas los piñones, y de las que hablaremos en su lugar. Haciendo incisiones en la corteza o en el tronco de este árbol en cualquier época del año, pero principalmente al terminar las lluvias, destila aquel precioso líquido famoso en todo el mundo, y no bastante alabado todavía, que llaman bálsamo, de un color amarillo leonado tirando a negro, de sabor acre y un poco amargo, de olor fuerte pero muy grato, seco y caliente casi en cuarto grado, y de partes sutiles con cierta astringencia y tonicidad. Se extrae también el mismo líquido, aunque inferior en virtudes, cociendo en agua los renuevos menudamente partidos y recogiendo la capa resinosa que queda sobre el agua. Es útil éste para alejar y combatir innumerables géneros de enfermedades; tres o cuatro gotas tomadas por la mañana en ayunas, fortalecen el estómago debilitado por causa fría, provocan y arrojan del cuerpo la orina y las impurezas de los riñones y de la vejiga, abren las obstrucciones y curan la dificultad de la respiración, calman los dolores de estómago y de vientre, mejoran el color y conservan y protegen el vigor juvenil por mucho tiempo. Aplicado a la vulva en forma de supositorio atrae las secundinas y los infantes muertos, acelera el parto, y combate la esterilidad causada por humores fríos y húmedos.

HOITZILÓXITL

Untado exteriormente calma los dolores de cualquier parte que provienen de esas mismas causas, quita la flatulencia, resuelve los tumores y fortalece el cerebro; aplicado al nacimiento de los nervios alivia la parálisis, y cura todas las enfermedades de los mismos que provienen de frío. Es admirablemente útil en los cólicos, afecciones intestinales y dolores de las articulaciones. Cierra además las heridas recientes y sana las antiguas, y untado en la nuca y el dorso aleja los fríos de las fiebres largas. Los mismos auxilios presta el aceite exprimido de la semilla, pero más suave y benignamente, aunque es también acre, de olor gratísimo, de gusto suave y aromático, y calorífico en tercer grado. Este aceite, que fue el que primero extrajimos con prensa, es parecido en sabor y olor al que se saca de las almendras amargas o de los huesos de melocotón, pero más aromático, más fuerte y mucho más acre. Nace en regiones cálidas, como la panucina; se encuentra también en los huertos hoaxtepecenses, llevado por los reyes mexicanos para realzar su magnificencia, y lo vimos también en este pueblo en lugares altos y montuosos, aunque por el cuidado del hombre ha descendido ya a los campos y crece, como forzado, en lugares cultivados y hortenses, por lo que puede esperarse que se aclimataría en las regiones más cálidas de España. Hay otros líquidos, simples o compuestos, que los españoles aquí residentes llaman con el mismo nombre; pero de ellos hablaremos, si Dios nos lo concede, al tratar de las plantas haitianas o de Nueva España de las cuales suelen destilar o prepararse.

TOMO II. HISTORIA NATURAL DE LA NUEVA ESPAÑA 1