CAPITULO CC

Del ANCOAS o jengibre macho

Tiene hojas más ásperas y más gruesas que el jengibre común, pero de la misma forma, raíz mayor también y más gruesa, y sabor más acre con cierto amargor. Lo usan los indígenas contra las enfermedades del estómago y del vientre que provienen de frío, machacado, rociado con aceite de nuez índica y aplicado; también contra las heridas venenosas, en forma de mecha que se moja en el mismo aceite y se introduce en ellas. Dicen que tiene más fuerza medicinal el macho que el hembra, del cual fabrican también ciertos vinos los indios de las islas Filipinas, de los que vamos a hablar en seguida. Toman cuatro partes de jugo de jengibre hembra, una de jengibre macho, dos de azúcar de cañas, un poco de raíz de tanglat, del que hablaremos en su lugar, algo de albahaca o de otras hierbas aromáticas que se tengan a la mano, cincuenta granos de pimienta común, dos partes de casia y un quenice1 de arroz; forman con todo esto una masa que hecha tortas ponen a secar en la sombra durante cuatro o cinco días; las exponen luego otro tanto tiempo a la luz del sol, y las guardan por último en un lugar ahumado para usarlas cuando convenga, pues cuanto más antiguas se juzgan mejores. Toman entonces un medimno2 de arroz, de mijo, o en su defecto de la semilla llamada borona, y lo cuecen en una cantidad suficiente de agua hasta que todo el líquido se seca y evapora. Lo ponen luego al aire para que se enfríe, le mezclan tres cuartas partes, reducidas a polvo, de una torta, que los indígenas llaman tapai, lo guardan en un barril sin llenarlo por completo, sino dejando vacío un espacio como de cuatro pulgadas, y lo dejan allí con la boca destapada hasta que adquiere fuerza; lo cubren luego con hojas de plátano y de camotli y lo dejan reposar durante tres días, después de los cuales llenan la parte vacía con lodo de ceniza, lo cubren con las mismas hojas, y lo guardan así hasta dentro de un año y medio, aunque pasados ocho días es ya útil y puede tomarse con agrado, siendo como sigue el modo de beberlo: quitan las cenizas que hay encima, tapan con hierba muy apretada las bocas de los barriles, llenan de agua la parte vacía, y chupando al fin con tubos beben abundantemente; el vino que se consume se va reemplazando con agua hasta que pierde su fuerza. Se juntan muchas veces para beber un barril hasta cien indios, y suelen retirarse todos ebrios, lo cual es de admirar, pues casi siempre se llena seis veces de agua el barril y se consume el mismo día que se destapa, sin durar nunca más tiempo. Dicen que es excelente y saludable este género de bebida, y que supera a todos los vinos que hay en estas islas, con excepción del nuestro.


1 El quenice equivale a 1.10 litros. [N. del T.]

2 Medida que equivale aproximadamente a 52.5 litros. [N. del T.]

TOMO II. HISTORIA NATURAL DE LA NUEVA ESPAÑA 1