CAPITULO CLXVIII

Del árbol cuyo corazón huele a jengibre

Es un árbol alto con hojas blanquecinas por ambos lados, largas y angostas, parecidas en la forma a las de cidro, pero dos veces más anchas que las de sauce; el corazón de la madera huele y sabe a jengibre y parece ser de naturaleza caliente y seca en cuarto grado. Nace junto a las costas del Mar Austral, no lejos de Tototépec de Tecuanapa; no supe su nombre ni ninguna otra propiedad suya, pues lo conocí casualmente por haberlo cortado un pescador para fabricar una canoa.

ANÓNIMA MECHOACANENSE

TOMO II. HISTORIA NATURAL DE LA NUEVA ESPAÑA 1