Tiene raíces fibrosas y pardas, tallos amarillentos con hojas como de salvia largas, angostas y aserradas, verdes por encima y algo blanquecinas por debajo a la manera de la salvia; sus propiedades son las de nuestro ajenjo, y su género es el del iztáuhyatl latifolio.
TOMO II. HISTORIA NATURAL DE LA NUEVA ESPAÑA 1